Teodoro Obiang Nguema Mangué, conocido como Teodorín Obiang es, como diría Mick Jagger, "un hombre rico y con clase". Y así lo demuestra circulando por Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, al volante de un Koenigsegg One:1 de color azul y negro. Un momento... ¿No era ese uno de los coches que le habían sido confiscados por la justicia en Suiza? Efectivamente, lo que tenía que ocurrir, ocurrió. El hijo del dictador ha recuperado sus coches, o al menos una parte de ellos. Y así lo ha hecho, según una investigación del diario suizo Le Temps.
A Teodorin Obiang le gustan las obras de arte y los coches, especialmente de lujo y los superdeportivos. Sin embargo, está siendo investigado a nivel internacional por blanqueo de dinero, fruto de la corrupción de cuando fuera consejero especial de asuntos forestales de 1995 a 1997 y ministro de agricultura de 1997 a 2012, es decir, antes de ser nombrado vice presidente del país.
En 2011, la fiscalía gala le confiscó una serie de coches de lujo y obras de arte en uno de sus pisos de lujo de París. Es un secreto a voces, recuperó buena parte de esos coches.
En noviembre de 2016, la fiscalía de Ginebra le confisca once superdeportivos por ser el producto de varios delitos de corrupción y blanqueo de capital. El problema para la justicia de Ginebra es que los coches son propiedad del estado de guinea Ecuatorial y no del propio Obiang.
Mientras tanto, los coches se estaban pudriendo en una nave, según indicaba la policía judicial. Mantenerlos en estado durante todo el proceso supondría un gasto elevado y a cargo del contribuyente suizo.
Así, en febrero de 2019 la fiscalía llega a un acuerdo con la familia Obiang, al poder en Guinea Ecuatorial desde prácticamente su independencia de España. Los coches serán subastados y los fondos recaudados irán a una obra social en Guinea Ecuatorial.
Bonhams fue la encargada de realizar la venta de, entre otros, el Koenigsegg One:1, McLaren P1y un Bugatti Veyron azul Francia sospechosamente igual al que le confiscaron en París (ya no se sabe si es el enésimo que le confiscan o es el mismo que va recuperando una y otra vez) el pasado mes de septiembre en Nyon (cantón de Vaud). En total fueron 25 coches los que se subastaron.
Un solo comprador se llevó la mitad de los coches
En total Bonhams recaudó 23,4 millones de francos suizos (22,14 millones de euros). Lo curioso es que un comprador, el número 40, se lleva el Lamborghini Veneno Roadster por 8,2 millones de francos suizos (7,95 millones de euros) y el Koenigsegg One:1 por 4,6 millones de francos suizos (4,35 millones de euros).
El comprador número 40 es un alemán especializado en la compra-venta de coches de lujo. Y este señor compra ese día casi la mitad de los 25 coches. Según el diario suizo, el día de la subasta se le vio en discusión con otro comerciante de los Emiratos Árabes Unidos. Los presentes ya se lo imaginan, Obiang ha vuelto a comprar sus coches.
Al final, los 13 coches comprados por el comerciante alemán quedan almacenados en una nave de Berna durante un par de meses, hasta que el 3 de diciembre son enviados por avión de carga desde el aeropuerto de Kloten a Dubai, donde está el otro comerciante y colaborador del alemán. Y allí, tras pasar un tiempo en las naves de la aduana, los coches desaparecen... hasta que vemos algunos de ellos en la cuenta Instagram de Teodorín Obiang, como el famoso Koenigsegg One:1.
Era visto. Obiang volvería a comprar sus coches. En el fondo no es nada nuevo. Al igual que ocurrió con las limusinas Mercedes-Benz de Kim Jong Un, Obiang se vale de un intermediario para comprar nuevos ese tipo de coches. De hecho, se rumorea que fue ese mismo comerciante alemán quien le consiguió el Lamborghini Veneno Roadster (solo hay nueve en el mundo) yq ue fue fotografiado entonces en el aeropuerto de Ginebra.
Pero lo peor de todo es que el Cantón de Ginebra está teniendo dificultades para cobrar el dinero de la venta. Según informan en Le Temps, llegó un primer pago correspondiente al 5 % de la venta, pero de una cuenta de Montenegro y no del comprador. El estado anula entonces la transferencia. Y no se ha vuelto a saber nada.
Nadie sabe si Ginebra cobrará finalmente ese dinero. Por otra parte, Obiang ha sido condenado a tres años de cárcel por la justicia francesa y a 30 millones de euros de multa. La familia Obiang ha llevado a Francia ante el tribunal de La Haya. Mientras tanto, Obiang se pasea por Malabo al volante de sus coches.
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