Cuando el Koenigsegg Gemera comenzó a producirse el año pasado sumó la versión V8, pero en su presentación sólo contaba con una mecánica con un motor de tres cilindros. En teoría ambas opciones iban a venderse. No fue así.
No lo fue porque los afortunados que pueden permitirse este hypercoche híbrido de 2,0 millones de dólares preferían el V8. Una pena, porque es posiblemente uno de los motores más fascinantes del siglo.
Un tricilíndrico de 600 CV gracias a la magia de su interior
La decisión de "matar" al tres cilindros del Gemera fue de Koenigsegg, aunque por necesidad: pocos clientes habían reservado el que equipaba el apodado como Tiny Friendly Giant ('Pequeño Gigante Amable'), así que la firma les empujó a que optaran por el V8. Cuestión de números.
Lo cuenta el mismísimo Christian von Koenigsegg en el podcast de Top Gear: "Había tan pocos que pedían el motor de tres cilindros que logramos convencerlos". El caso es que este avanzado tres cilindros, una loquísima obra de ingeniería, no ha llegado a producirse.
El Tiny Friendly Giant era un bloque trincilíndrico de 2.0 litros y alimentado por dos turbos que rendía nada menos que 600 CV. Una cifra asombrosa para un motor de solo tres cilindros y que se debe a su vanguardista arquitectura, obra maestra de la ingeniería.
Este 'amable gigante' no tenía el clásico árbol de levas: disponía de un sistema de distribución Freevalve a base de elevadores electrohidráulicos controlados por la propia electrónica de gestión. Esto permite una sincronización de las válvulas de admisión infinitamente variable para llevar su rendimiento al extremo. También controla la válvula de escape, mejorando la respuesta de los turbos.
Si le sumamos además el motor eléctrico de 800 CV, que se quedó en uno en la versión definitiva del Gemera por los tres que tenía el prototipo, este inédito Koenigsegg Gemera firmaba los 1.400 CV y los 1.850 Nm. También era un bloque más ligero, por lo que hablamos de un Gemera con menos kilos.
En este vídeo, Engineering Explained explica cómo funciona y da algunas cifras de rendimiento estimadas por Koenigsegg para el Gemera de tres cilindros: como que hace el 0-100 en 1,9 segundos o que firma los 400 km/h.
Koenigsegg no explica por qué la mayoría de clientes optaron por el Gemera V8. Quizá ha sido meramente una cuestión de escaparate: un ocho cilindros en uve resulta mucho más atractivo que un tres cilindros.
Cuando publicamos el vídeo con este Tiny Friendly Giant rugiendo al ralentí, hubo quien comentó que parecía "un cortacesped con el silencioso quitado" o que sonaba como un "tractor pulling". Es cierto que el V8 suena bastante mejor, pero es una lástima que este propulsor haya muerto antes de nacer.
Aunque hay esperanza, a Koenigsegg le preguntan si este motor puede ver la luz algún día y ha dejado la puerta abierta: "Sigue siendo interesante, todavía estamos trabajando en ello. Tal vez algún día lo hagamos también en el Gemera, tal vez en alguna versión". Pero claro, tendrá que tener novios o volverá a pasar lo mismo.
