"Tenía que ir al baño". La policía caza a una mujer que conducía a 170 km/h, sin matrícula legal y con dos niños en el coche

Los policías de tráfico están acostumbrados a oír toda clase de excusas cuando dan el alto a un automovilista. En el caso de los excesos de velocidad, las más comunes son las del tipo “no era yo”, “no puede ser, el radar está mal”, pero estoy seguro que el de “necesitaba ir al baño” no es de los más habituales.

Y sin embargo es lo que ha experimentado un policía estatal de Connecticut. Sentado en su coche patrulla, vigilando el tráfico, vio pasar un Honda Civic gris a 171 km/h en una vía limitada a 105 km/h. Le da el alto y la conductora, Brianna Guerin, de 21 años, le suelta: “Iba a toda velocidad porque necesitaba ir al baño”.

De mal en peor

A todos nos pudo pasar al menos una vez de tener que rezar para llegar hasta la siguiente gasolinera, o al arbusto más cercano, con nuestra dignidad intacta y el asiento del coche limpio. Pero de ahí de ponernos a más de 160 km/h para llegar a la siguiente área de descanso, hay un trecho. No es el caso de Brianna. Aun así, el policía hizo las comprobaciones habituales en estos casos. Y la cosa fue a peor.

En primer lugar, estaba el asunto de la matrícula del Civic. Estas se han de renovar cada año, es como nuestro impuesto de circulación. Y la de su Civic había caducado, por lo que no eran matrículas legales y no podía circular con el coche. Empezamos bien.

Luego estaba la situación de sus pasajeros. Le acompañaban una mujer adulta, pero también dos niños pequeños, siendo uno de ellos todavía un bebé. A priori, tenía motivos para ir deprisa, ¿pero de ahí  a poner en peligro a los niños a esa velocidad? Imprudente es poco.

Obviamente, la excusa del baño era eso, una cutre excusa. Los agentes presentes se enteraron de que había pasado antes por delante de varias áreas de descanso antes de que la alcanzaran. Había tenido ya varias oportunidades de parar y solucionar su supuesta emergencia.

Ya sabemos que los baños de las autopistas suelen tener más de cloacas que de baños, pero si realmente es una emergencia, se hace de tripas corazón. En todo caso, ninguna área de servicio parecía haber satisfecho sus criterios.

Y lo que tenía que ocurrir, ocurrió. La cutre excusa no hizo más que convencer a los agentes que no podían limitarse a darle un aviso y dejarla marchar. Guerin fue acusada de varios cargos: conducción temeraria, conducir con la matrícula suspendida y dos cargos de riesgo de lesiones a un niño.

Tras pagar una fianza de 1.000 dólares, también su caso fue comunicado al Departamento de Niños y Familias de Connecticut, es decir, los servicios de protección de la infancia. Como recuerdan desde Motor Biscuit, que se ha hecho eco de la noticia, “esperemos que ahora el sistema llegue al fondo del asunto y Guerin haya aprendido la lección”.

Foto | Taras Makarenko

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