Indetectable y más efectivo. El nuevo radar en helicóptero que ya está utilizando el Servei Català de Trànsit (SCT) se llama Falcon, se vale de una cámara y con sólo enfocar a un coche o vehículo detecta si nos estamos pasando pisando el acelerador. Y multar, claro.
Aunque como Pegasus no es la única infracción que sanciona: también vigila si se utiliza el cinturón, el uso indebido del móvil indebidamente o la conducción negligente o temeraria.
Así funciona y multa, este radar inmune a detectores e inhibidores
Este radar Falcon de momento, sólo lo usan en Cataluña y ya está multando. Lo hace desde finales de junio, según explica en este reportaje de Lifestyle Motor el responsable de la gestión de tráfico del SCT, Jan Peña. En realidad es una evolución del sistema que ya usaban en el helicóptero de este organismo y que tampoco se valía de sistema láser.
Presumen de que es más fiable y efectivo que los radares por láser y efecto efecto Doppler. No sólo por la detección del exceso de velocidad en sí, sino también porque es completamente indetectable.
Esta tecnología Falcon utiliza una cámara de vídeo; en este caso, de alta resolución aunque Peña señala que puede ser cualquiera a diferencia de Pegasus, que exige una específica. Pero su verdadero secreto es un software que, mediante calibración por satélite, triangula ángulos verticales y horizontales para determinar la velocidad del vehículo.
Esto significa que no emite ningún tipo de onda para detectar los excesos de velocidad, como sí hacen los de láser Pegasus embarcados en los helicópteros de la DGT. Esta tecnología, como es obvio, está homologada por el CEM (Centro Español de Metrología) como se exige a todos los dispositivos de vigilancia.
Y a su vez se traduce en que no pueden detectarlo los detectores de radar, ni tampoco inutilizarlos los inhibidores. Dos tecnologías que, por cierto, están prohibidas a diferencia de los avisadores. "No hay ningún sistema actual en el mercado, ni lo habrá, capaz de detectar la presencia del sistema Falcon operando en la red viaria", apunta Peña.
También destaca porque opera de forma casi automática. Aunque requiere de un operador de cámara, además del piloto, este sólo tiene que apuntar al coche o vehículo y el sistema hace el resto: calcular la velocidad, la ubicación de la posible infracción (carretera y punto kilométrico), el sentido de la marcha...
Pocos datos debe introducir el operador, aseguran, más allá de por ejemplo el tipo de vehículo para multarlo en consecuencia según el tipo de vía por la que circulen. Los datos que recoge el sistema Falcon se envían directamente al centro de control de tráfico, emitiendo la sanción cuando toca. Pero también para notificar cualquier incidencia.
¿Sólo en helicópteros? De momento el sistema Falcon está homologado para embarcarse en helicópteros, pero también podría hacerlo en cualquier tipo aeronave como por ejemplo los drones.
Peña señala que en un futuro podrán hacerlo, aunque sería menos efectivo. Al menos con la normativa actual, que limita más estrictamente el vuelo de drones en comparación a un helicóptero. Los segundos pueden volar en un mayor rango de altura y distancia.
Aunque si se embarcan en drones serían ya directamente invisibles, ya que un dron es más complicado apreciarlos desde el interior de un coche.
¿Qué multa y por dónde? Según Peña pese a ser un radar móvil, suelen anunciar de controles de velocidad área en los paneles variables por donde opera. Y además, asegura, lo hace en tramos de elevada siniestralidad donde la velocidad inadecuada es factor recurrente.
En todo caso no sólo vigila excesos de velocidad: gracias a la posición privilegiada del helicóptero, que permite ver el interior del vehículo incluyendo los altos como camiones o autobuses, hace lo propio con el cinturón o el uso del móvil. También si se conduce temerariamente, si se hace un giro indebido, si no se respeta un STOP... prácticamente cualquier infracción.
En cuanto a número de sanciones, este representante del SCT señala que en vuelos de entre dos y tres horas multa una media de 15 infracciones por exceso de velocidad. La cifra es similar a la que estimó el director del SCT, Ramon Lamiel, según recoge La Vanguardia: entre 10 y 12 por vuelo.
¿Lo va a usar también la DGT? El sistema al que recurre Tráfico es Pegasus, que es la tecnología que se embarca en los helicópteros de la DGT. Falcon tiene evidentes ventajas, además de ser inmune a detectores e inhibidores, no tiene que pasar un mantenimiento después de un determinado número de captaciones como sí ocurre con el láser de Pegasus.
En todo caso requiere una inversión, lo que no sería descabellado. La DGT ha hecho notables desembolsos para incluir nuevas tecnologías de control de velocidad: este mismo año serán 88 más vigilando las carreteras. A fin de cuentas las multas por velocidad son las más rentables para este organismo: el año pasado recaudó más de 500 millones de euros gracias a estas sanciones.
Y precisamente los móviles, junto a los de tramo, son en los que más está invirtiendo en los últimos años. A principios de este 2024 adquirió 15 radares móviles, más efectivos que los Veloláser por un montante de 1,2 millones de euros. Cada uno de estos dispositivos costó casi 80.000 euros.