Un joven conductor de 19 años de Dakota del Sur (EEUU) se ha metido en un buen lío después de haber sido cazado conduciendo a 190 km/h en una autopistadel noreste de Nebraska cuya velocidad máxima está establecida en 100 km/h. Cuando le dieron el alto, su excusa fue que tenía prisa porque “necesitaba comprar pollo frito”.
Afortunadamente no ocasionó ningún incidente, pero puso en peligro al resto de conductores por circular casi al doble de lo permitido. Ahora el antojo le costará caro, pero quizá no tanto como debería: su urgencia por comerse unos palitos de pollo frito lleva aparejada una multa por conducción temeraria y la subida de la prima del seguro.
El nuevo “rey del pollo frito” está en EEUU
El pasado domingo, un agente de la oficina del sheriff del condado de Stanton (EEUU) dio el alto a un vehículo que circulaba a una velocidad de 190 km/h por una autopista al sureste de Norfolk. El conductor, identificado como Ariz Zarate-Gónzalez, de 19 años, le dijo al agente “que tenía prisa por llegar a casa”, pero antes quería hacer una parada en Raising Cane's para comer unos palitos de pollo. El límite era de 100 km/h.
Curiosamente, “las altas velocidades en sí mismas no se consideran conducción temeraria por defecto, no importa lo rápido que sea, de acuerdo con la ley de Nebraska”, dice el sheriff Mike Unger en un comunicado. La normativa “requiere un comportamiento peligroso adicional” al exceso de velocidad para calificarlo como conducción temeraria.
Un enfoque, que a veces puede llevar a confusión sobre lo que es o no es un comportamiento temerario en la carretera. Así, a diferencia de lo que sucede en otros estados, en Nebraska, la multa por conducción imprudente es de hasta 100 dólares (91, 50 euros) y la multa por exceso de velocidad de más de 55 km/h por encima del límite es de 300 dólares (unos 275 euros).
Además de las multas por conducción imprudente y exceso de velocidad, el joven conductor también se enfrentará a una subida drástica de las primas del seguro de su coche.
En comparación, si un conductor comete la misma infracción en España, se puede considerar delito contra la seguridad vial. El sheriff Unger, que remarcó que “conducir a velocidades tan sumamente elevadas pone a todos en un riesgo injustificado” también ha recordado que, a estas velocidades “un conductor promedio no tiene tiempo de reaccionar” ante cualquier imprevisto o situación normal del tráfico.
Puede que los palitos de pollo y la salsa de Cane's estén buenísimos, y no negamos que hay veces que los antojos con difíciles de reprimir, pero nunca unos palitos de polli frito merecerán tanto la pena como para conducir poniendo en riesgo a los demás, ni incurrir en cientos de euros en multas y primas de seguro desorbitadas.