La primera campaña de la Dirección General de Tráfico (DGT) centrada en la vigilancia de los tramos en obras de vías interurbanas se llevó a cabo la última semana de octubre (coincidiendo con la presentación de los conos conectados) y se ha saldado con resultados preocupantes: más de 4.000 conductores fueron sancionados por incumplir las normas.
Del total, el 73 % excedía la velocidad máxima permitida en este tipo de tramo de vía, pero también quedó patente que gran parte de los conductores no respetó la señalización específica. Además, más de un centenar fueron sancionados por ir usando el móvil y otros tantos, por no llevar puesto el cinturón de seguridad.
Cuando la seguridad de los trabajadores de la vía está en juego
Según datos del Registro Nacional de Víctimas de Tráfico, solo en 2021 tuvieron lugar 156 siniestros en nuestras carreteras relacionados con obras de mantenimiento y conservación, de los cuales 19 implicaron a operarios que trabajaban o caminaban por la calzada o sus inmediaciones como peatones.
De esas 19 víctimas siete resultaron heridas de diversa consideración, y dos perdieron la vida cuando realizaban su trabajo. En lo que llevamos de año, ya han fallecido otros dos operarios de mantenimiento en el desempeño de sus funciones en carretera. El principal motivo, el mismo que revelan algunos estudios sobre la materia desde hace años: la velocidad excesiva.
En la semana que duró la primera campaña de vigilancia y control de la DGT en los tramos de obras, llevada a cabo del 24 al 30 de septiembre, se sancionó a 4.727 conductores: de todos ellos, 3.436 superaban los límites permitidos.
Otros 242 conductores sancionados no respetaron la señalización (ya sea de los agentes de vigilancia del tráfico, de los operarios de obras, de las señales verticales, marcas viales, semáforos, conos o balizas luminosas), mientras que 153 iban usando el móvil y 140 no usaban el cinturón de seguridad.
Además, 53 fueron sancionados por conducir bajo los efectos del alcohol y 11 por presencia de drogas en el organismo.
En las carreteras españolas se realizan cada año más de 10.000 obras que generan más de 100.000 incidencias de gestión de tráfico: cortes de tráfico, estrechamiento de carriles, desvíos, etc., que hay que señalizar. Y queda patente que la labor de los trabajadores de estas obras es una labor más que peligrosa.
Por ello, además de más campañas específicas de vigilancia, la DGT ha presentado recientemente los “conos conectados” o inteligentes. Estos, que se engloban en los denominados sistemas de transporte inteligente (ITS por sus siglas en inglés), se comunicarán con la Plataforma DGT 3.0 y con el Punto de Acceso Nacional.
Su función principal es la de avisar a los conductores en tiempo real de su proximidad a un tramo de la vía en el que se estén realizando trabajos de mantenimiento, pero si estos no respetan las normas, de poco servirán.