El siempre polémico cambio de hora podría tener los días contados. El salto del horario de invierno al horario de verano que llevamos sufriendo dos veces al año desde 1973 cuenta con un rechazo del 84% entre la población europea según una macro-encuesta realizada a 4,6 millones de ciudadanos que recientemente ha arrojado sus resultados y que ha instado a Jean-Claude Juncker a proponer su destierro definitivo.
La Comisión Europea ya ha iniciado una propuesta para eliminar el cambio de hora y acabar con los supuestos beneficios económicos (ahorro por aprovechamiento de más horas de luz) que se argumentaron para su instauración tras la llegada de la Crisis del Petróleo. Y sí, amigo conductor, esta decisión también podría tener consecuencias a nivel de seguridad en carretera.
El cambio de hora nos hace ser conductores más distraídos
Para conducir correctamente necesitamos, además de las habilidades y conocimientos que supuestamente controlamos tras la obtención del carnet de conducir, un desarrollo cognitivo y psicomotriz óptimo. Estar alerta y saber reaccionar con rapidez ante los imprevistos del tráfico son fundamentales tras el volante de un vehículo.
Nuestro cuerpo no suele tener mayor problema en responder con solvencia en condiciones normales, pero hay días en los que por el motivo que sea nuestro cuerpo no está al 100%. Eso justo es lo que ocurre con los cambios de hora, y tiene consecuencias en la seguridad vial.
Los conductores, como humanos que son, tienen un organismo que se ajusta al ritmo de vida en función de unos horarios más o menos establecidos. ¿No te ha pasado nunca que te despiertas un fin de semana justo a la hora que te despiertas en un día laborable?
Día tras día seguimos un ciclo. Despertarse, realizar una actividad, alimentarse (de tres a cinco veces, recomiendan), relajar y dormir. Así una y otra vez, manteniendo un patrón que nuestro cuerpo asimila y al que se adapta dentro de los periodos de luz y oscuridad cada 24 horas: Es el ritmo circadiano.
Cuando bianualmente le decimos al reloj que no es la hora que es, sino una hora más o una hora menos, nuestro cuerpo se resiente respondiendo a la variación en el ritmo circadiano en forma de fatiga, cansancio, agotamiento, apatía... Aunque vale, hay afortunados a los que los cambios de hora no les afecta.
Esta variación en nuestros bioritmos también influye a la hora de ponernos detrás del volante, como no podría ser de otra manera. Nuestro estado físico así como los correctos niveles químicos en el organismo y que afectan a nuestro cerebro son determinantes a la hora de mantener la atención detrás del volante y mantener los reflejos y si no están al 100% el riesgo de accidente se incrementa.
Si el cuerpo está descansado, conducimos mejor
Un cerebro más cansado al volante es un cerebro distraído. Las distracciones son el primer factor de riesgo de accidente en carretera, se presentan en un 39% de los accidentes con víctimas mortales, con una distribución del 45% en vías interurbanas y del 34% en vías urbanas.
En un coche que viaja a 120 km/h la distancia que se recorre en 1 segundo de distracción es de aproximadamente 33 metros. Un cerebro distraído en un coche es malo porque incrementa la distancia de reacción y por lo tanto la distancia de detención en caso de accidente. Si lo extrapolamos al sector profesional con conductores de camiones de 42 toneladas o autobuses con decenas de pasajeros, la decisión es fácil: Mejor tener el cuerpo descansado y la mente despejada.
Ahora nos queda ver en qué queda la propuesta política. Conociendo el ritmo decisorio de la Unión Europea es posible que no se tome ninguna medida a corto plazo y, de hacerse, habría que ver cuál de los dos horarios se adoptan: El de invierno con unos atardeceres prematuros o el de verano con más horas de luz más allá de la jornada de trabajo.
Ahí ya entraríamos en el debate de si es mejor tener más horas de luz por la mañana o disponer de un atardecer más tardío que iría en favor o en contra de los gustos o necesidades de cada uno, pero lo que está claro es que si nuestro cuerpo no tiene que lidiar bianualmente con un ajuste circadiano, la seguridad en carretera mejora.