Ayer a la hora de la comida mantuve una tensa conversación, aunque educada y didáctica, con un periodista de la vieja escuela. Lleva conduciendo desde los tiempos de Maricastaña, ha corrido en rallys, ha conducido de todo… y nos pusimos a debatir sobre cómo está haciendo las cosas la DGT.
Mi rival era un peso pesado, un hombre que me aplasta en conocimiento sobre la vida y experiencia, aunque en otras cosas más científicas estoy un poquito más puesto que él. Cómo no, este señor es un enemigo ferviente de Pere Navarro, el Carnet por puntos y otras tantas cosas, como la persecución a la velocidad.
En determinado momento de la discusión, le pregunté si era mejor no vigilar nada y dejar a la gente ir a la velocidad que le plazca sólo por considerarla segura. Estuvo de acuerdo con mi proposición, relegando al conductor y no al Estado la responsabilidad sobre su velocidad.
Le parecía mejor eso que el “café para todos”, es decir, 120 km/h para todo el mundo, y que quienes están “capacitados” para ir más rápido sean perseguidos. Para empezar, lo de la capacitación es algo muy relativo. Excepto algunas chicas y poquísimos chicos, todos me dicen que conducen bien.
Si lo prolongamos por edades, casi todos los conductores españoles consideran que conducen bien, pero los demás lo hacen peor, y se amparan en tantosmil kilómetros o años de experiencia. Esos dos parámetros pueden significar capacitación o directamente nada: se pueden llevar millones de km conduciendo con el culo.
Luego la capacitación, como la dejemos en manos de cada uno, nos expone a un desastre. En lo personal, considero que conduzco lo mejor que puedo y que hay muchísima gente que no sabe circular correctamente ni a 100 km/h, como para legalizar el que vayan a 150, 180 o lo que me digáis. Creo en el “café para todos” como un mal menor.
Una propuesta de carnet de conducir
Con menos de un año de carnet conduje coches de hasta 270 CV, nada ni nadie me lo impedía (mientras no pasase de 80 km/h, cosa que reconozco haber hecho). Es más, con 18 añitos y la “L” nada ni nadie impide que conduzcas un coche de 1.000 CV sin nada más que la formación de la autoescuela. Es un puto disparate.
¿A que veríamos como una aberración que un niño de 16 años con licencia de ciclomotor cogiese una Suzuki Hayabusa (1.340 cc, 200 CV, 220 kg)? Pues con los coches debería ser lo mismo: propongo un carnet de coche con varios niveles en función de la experiencia y la potencia.
Por ejemplo, con el B1 se podrían conducir coches de hasta 120 CV, a una velocidad máxima de 120 km/h a partir del primer año, cinco plazas máximo, sin tolerancia alguna de alcohol (0,0) y sólo se podría obtener esta licencia en primer lugar. Luego vendría el carnet B2, para conductores más experimentados.
Con el B2 podríamos establecer la limitación a coches de 200 CV, velocidad máxima en autovía y autopista de 140 km/h en condiciones climatológicas aceptables, hasta nueve plazas, tolerancia de alcohol a 0,15 g/l ó 0,0 y requeriría ¿3-5? años de experiencia sin accidentes con culpa o más de 10 puntos de carnet.
Y por último, un B3 que capacitase a conducir coches de cualquier potencia, con una velocidad máxima autorizada superior (que habría que consensuar), con experiencia en el carnet B2, tras pasar un riguroso examen teórico y práctico, superando necesariamente un curso de conducción avanzada, deportiva y segura.
En resumen, una estructura piramidal. La masa de los permisos serían B1, muchos menos serían B2 y muchísimos menos serían B3. Y en base a criterios objetivos, no a lo que piensa cada uno, que puede ser algo bestiamente incorrecto. Como mínimo tendría que haber dos niveles, tres es lo suyo.
Esta propuesta evidentemente puede ser muy mejorada, pero el espíritu es ese. No quiero “café para todos” por lo alto, sino por lo bajo, ya que considero que es mejor el beneficio colectivo que el de una minoritaria élite a la que muchos se adscriben sin tener ni pajolera idea de qué va el tema.
Cuando antes he hablado de limitar CV, habría que considerar más bien la relación peso/potencia, ya que no es lo mismo un Ibiza Cupra de 180 CV que un todoterreno de esa potencia. Por otra parte, los requisitos de conocimientos para el B2 y el B3 serían mucho más duros y con un mínimo de clases por Ley.
Spain is different
Que levante la mano quien haya dado, voluntariamente, muchas más clases de autoescuela de las necesarias para aprobar, o por iniciativa propia, tras sacar el carnet, haber practicado más. Os cuento con la mano y me sobrarán dedos. Seamos francos, casi todos hemos hecho el mínimo para tener el “rosa” y punto.
Quisiera creer en ese cuento utópico de que si en España se hiciese como en Alemania, quitando el límite de velocidad en algunos tramos, no variarían las cifras de accidentalidad. ¿Quién se cree eso? Nos sacan años luz de distancia en educación a todos los niveles, pero en falta de humildad no hay quien nos gane.
Mucho me temo que la DGT no tendrá valor en hacer una reforma de ese calibre, prefieren el “café para todos”. Es un mal menor, unos pocos se joden y la mayoría se beneficia. La siniestralidad es un problema de Estado, que causa un brutal ecoste económico, humano y logístico a todos los españoles.
No estamos preparados para tener la libertad de la que gozan en Alemania, pero sí abogo por que, quien realmente demuestre tener aptitudes y capacidades con parámetros objetivos y medibles, sí le dejaría ir más rápido entre otras cosas. Y al que no lo demuestre y le pillen, que le den bien dado y no lo disfrute.
Se ha progresado una barbaridad en infraestructuras, en los vehículos y en la tecnología. Actualmente el mayor problema de la seguridad vial se llama Homo sapiens sapiens, y suele estar detrás del volante. Siendo el factor más importante, los máximos esfuerzos deben enfocarse en ese punto, ¿no creéis?
No soy Pere Navarro, tengo otra mentalidad y soy mucho más guapo que él. Como véis no tengo un planteamiento tan cerrado como el suyo, pero lo comprendo y lo defiendo sólo en las partes que lo defiendo, no en su integridad. ¿Pesa más el beneficio de la mayoría o de unas minorías? Pensemos como grupo y no como individuales.
El carnet de motocicleta ranurado tampoco es el bálsamo de Fierabrás ni evita que haya accidentes de moto, pero sí permite evitar disparates como los ya mencionados. No todos los conductores somos iguales, hay que establecer distinciones y si no se respetan, ha de actuarse con contundencia. Es un tema serio.
Hay mucha gente que cree que no hay relación entre velocidad y accidentes. Existe una relación física innegable entre velocidad y severidad de cualquier accidente, se llama energía cinética, luego relación hay. El café para algunos es preferible al café para todos, pero si se hace bien, si no, casi mejor como estamos.
Fotografía | Juanjo Seixas (I)