Los inhibidores policiales de frecuencias, que impiden activar explosivos, están causando un aumento de las averías en los coches de Madrid.
Estos dispositivos barren las ondas electromagnéticas en un radio alrededor de coches o edificios oficiales, bloqueando los sistemas inalámbricos.
El problema es que afectan al cierre, al encendido y a la alarma de los coches; sobre todo, a las llaves de tarjeta electrónica. Incluso parece que empiezan a ser usados por mafias dedicadas al robo de coches de alta gama. La reparación cuesta al menos 40 euros.
Vía | micoche