El Peugeot 508 es una de las berlinas con mejores atributos del mercado. La marca del león ha hecho un gran trabajo desarrollando un coche capaz de satisfacer incluso a aquellos que buscan un producto que roce el segmento premium, pero le faltaba algo.
En este tiempo a la gama de Peugeot le faltaba pegada, y ahora el Peugeot 508 PSE llega para cubrir esta ausencia con una configuración híbrida enchufable y la mecánica más potente en la historia de la marca.
Peugeot 508 PSE: el león más fiero tiene ADN de carreras
Este 2021 se cumplen 210 años de historia en Peugeot. La marca francesa estrena un nuevo logo para este año, pero detrás de ese cambio de look hay mucho más. La marca del león está cambiando su filosofía y quiere representarla con un reposicionamiento y un cambio de estrategia.
El primer coche de serie en lucir el nuevo logotipo de Peugeot será el próximo Peugeot 308, un logotipo que ya vimos por primera vez en el espectacular prototipo Peugeot e-Legend. Vale que el Peugeot 508 PSE no incorpora este logotipo, pero ya encarna los principios sobre los que la nueva Peugeot se quiere asentar: electrificación, rendimiento y eficiencia.
Este nuevo Peugeot 508 PSE toma sus siglas de Peugeot Sport Engineered y, sí, ha contado con ayuda del departamento de competición de la marca. Una división (Peugeot Sport) que fue fundada en 1981 con el célebre Jean Todt al mando y que ha cosechado victorias durante décadas, incluidas algunas históricas como la de Ari Vatanen en Pikes Peak tapándose el sol con una mano en 1988 o la de Carlos Sainz en el Rally Dakar de 2018.
Fruto de la pasión de Peugeot por las carreras también se comercializaron coches tan apetecibles hoy como el Peugeot 405 T16 o el Peugeot 205 GTi. El Peugeot 508 PSE sería el fruto de, si de alguna manera, unimos aquellos coches prestacionales con los más modernos y eléctricos Peugeot e-208 o e-2008.
A primera vista, el 508 PSE no es un 508 más. Si el 508 ya es un coche con mucha planta, esta variante deportiva va bastante más lejos. Los paragolpes delantero y trasero son específicos, con líneas muy marcadas, una nueva parrilla con logo oscuro y entramado tridimensional y en la parte trasera un difusor integrado y doble salida de escape (real).
Además, la carrocería recibe cuatro flaps verticales para mejorar la estabilidad aerodinámica y unas nuevas taloneras con perfiles en la misma línea. La carrocería puede ser berlina o familar, y sólo se podrá elegir en tres colores: Gris Selenium, Blanco Nacarado y Negro Perla Nera.
Sin duda el gris es el color ideal para este coche, manteniendo ese aspecto siniestro pero dejando bien visibles los detalles en negro de la carrocería y las grandes llantas de 20 pulgadas (preciosas, pero muy frágiles contra los bordillos), además de los contrastes en verde criptonita.
El Peugeot 508 PSE es el primero en utilizar este color que se limita a ciertos elementos y las garras que podemos ver en varios puntos de la carrocería. Será el color de la división PSE y se aplica sobre las pinzas de freno, los contornos de las tomas de aire delanteras o las costuras del interior.
Interior idéntico, pero con matices
Si pasamos al interior nos sumergimos en ese ambiente que ha sabido crear Peugeot. El i-cockpit sigue protagonizando un habitáculo que está muy bien resuelto, repleto de materiales que dan buena sensación de calidad y la disposición con el cuadro de mandos digital sobre el pequeño volante de perfiles geométricos.
Tanto en el cuadro de mandos como en la pantalla del sistema de infoentretenimiento con pantalla de 10 pulgadas se ha modificado el software para lucir unos gráficos específicos y decoraciones únicas con múltiples guiños a su naturaleza como coche híbrido enchufable.
Aparte de la capa de color verde criptonita, el Peugeot 508 PSE también nos mostrará datos del sistema eléctrico, los flujos de energía, las estadísticas de carga y consumo... Por lo demás, la electrónica no ha cambiado demasiado y empieza a verse un tanto envejecida con respecto a la competencia a la que quiere enfrentarse este coche.
También son nuevos los asientos delanteros, utilizando ahora unas butacas de corte deportivo denominados Comfort Fit y que están terminados en piel y Alcántara. Todo el interior está salpicado por las costuras en combinación gris y verde criptonita.
La posición de conducción es la típica en los Peugeot que utilizan esta configuración y al principio resulta un tanto chocante, pero bastan un par de maniobras para adaptarse al volante pequeño y relativamente bajo. A partir de ahí, salimos a rodar. En silencio.
Por defecto, el Peugeot 508 PSE arranca en modo híbrido. Podremos elegir entre varios modos diferentes, aunque en todos la electrónica estará realizando constantemente la selección de qué motor ha de empujar para maximizar la eficiencia.
Son cinco en total los modos disponibles: eléctrico (con hasta 42 km de autonomía según ciclo WLTP, hasta 140 km/h y con una potencia máxima de 140 CV), híbrido que combina los tres motores, confort, sport (el único que ofrece la potencia máxima) y AWD, que mantiene la tracción constante a las cuatro ruedas.
Circulando en modo híbrido el Peugeot 508 PSE se muestra como un coche muy bien aislado (acentuado por la ausencia de ruido mecánico en modo eléctrico) y cómodo, con reacciones filtradas y agradable de conducir en cualquier situación. Antes del plato fuerte, condujimos a esta berlina prestacional por autopista y se mostró como un gran coche para viajar. No es un coche duro de suspensiones y eso es gracias a que estrena un nuevo chasis adaptativo.
Los modos sport, híbrido y confort van asociados a ajustes específicos de suspensiones, de dureza de la dirección, de respuesta del motor y permisividad del ESP y ASR.
Después del preludio, durante esta primera toma de contacto hicimos kilómetros en tramos de curvas y, también, en una breve incursión en el Circuito del Jarama, así que el modo que más utilizamos fue el modo más deportivo de todos los disponibles.
Aquí es donde la mecánica desarrolla todo su potencial, con un máximo de 360 CV y 520 Nm de par motor provenientes de la combinación de un bloque de cuatro cilindros 1.6 litros turbo de gasolina de 200 CV más dos motores eléctricos: uno en el eje delantero con 110 CV y otro en el trasero con 113 CV, ambos asociados a una batería de 11,8 kWh que se aloja bajo los asientos traseros.
Con este despliegue sus cifras dicen que puede acelerar de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, recuperar de 80 a 120 km/h en 3 segundos y rodar a una velocidad máxima limitada de 250 km/h. En la práctica lo que aporta no son cifras, sino sensaciones.
Cuando hemos conducido el Peugeot 508 PSE en tramos de curvas nos hemos sorprendido por la capacidad para ofrecer una buena patada. Su configuración suple el comportamiento de una caja de cambios EAT-8 ligeramente perezosa con la pegada de los motores eléctricos, y funciona. Las salidas de las curvas son contundentes y muestra una aceleración poderosa.
Sí es cierto que la entrada de potencia del motor trasero es algo súbita y genera cierto movimiento de la dirección, una dirección a la que en el modo más deportivo le falta también algo de firmeza y ofrecer una mayor información, pues va demasiado filtrada.
El chasis ha mejorado notablemente con respecto cualquier otro 508 de la gama. Este Peugeot 508 PSE está mucho mejor asentado sobre el asfato con una serie de cambios que incluso pueden saltar a la vista.
El conjunto de suspensiones se ha rebajado en 11 mm delante y 4 mm detrás, se han añadido barras estabilizadoras de 22 mm en ambos trenes y se ha ampliado el ancho de vías en 24 y 12 mm respectivamente. Estos cambios se traducen en un aplomo tanto en curvas lentas como rápidas soberbio, con una gran capacidad de giro y aportando una buena sensación de control.
En carretera nos ha parecido una configuración ideal, sobre todo gracias a los neumáticos Michelin Pilot Sport 4S que equipa de serie y que hacen un muy buen trabajo. En circuito sí que las suspensiones acaban por ceder aunque mantienen el tipo, y tampoco es el tipo de uso habitual que se le va a dar a este coche.
En el apartado de frenos, el equipo se ha mejorado con unos discos delanteros de 380 mm mordidos por pinzas de cuatro pistones. Al tacto del pedal hay mucha potencia disponible y bien dosificable. Inicialmente aguantan el tipo aunque habría que ver cómo se comportan en un uso prolongado.
El Peugeot 508 PSE también tiene disponible una función B en la caja de cambios para ofrecer una frenada regenerativa más intensa a la hora de soltar el pedal del acelerador, una deceleración que en ciertos aspectos puede ser excesiva y con un muy ligero retardo al soltar el pedal derecho.
Lo que no nos ha gustado es que la caja de cambios EAT-8 no cuente ni con un modo deportivo, ni tampoco con un modo manual, y eso que detrás del volante hay levas, pero que en la práctica acaban por carecer de utilidad.
Esta dicotomía entre confort y deportividad también se percibe en los asientos. Después de un puñado de kilómetros nos damos cuenta de que son más cómodos que deportivos, y que les vendría como anillo al dedo algo más de sujección lateral. Eso sí, son preciosos.
Un león fiero pero con etiqueta CERO
Peugeot se ha aventurado a entrar en una guerra en la que hasta ahora no estaba presente. Quieren rivalizar contra divisiones como Mercedes-AMG, BMW M o Audi Sport, pero desde una perspectiva más eficiente. Es el paso obligado que antes o después tendrán que seguir todos y, sí, Peugeot ha sido la primera, pero le queda un trecho para estar a su altura en cuanto a eficacia, brutalidad o sensaciones.
No es un coche barato, pero es una buena opción para quien busque una berlina potente y de aspiraciones deportivas pero confortable. Quien quiera una berlina deportiva al uso tiene otras opciones.
Más que las divisiones deportivas de BMW, Mercedes-Benz o Audi, el Peugeot 508 PSE encuentra sus rivales en modelos híbridos enchufables como el BMW 330e, el Mercedes-Benz C 300 e o Volvo S60 T6 Recharge, siendo en todos los casos el más potente, más caro y con menos batería y autonomía eléctrica.
El gran argumento del Peugeot 508 PSE es el de sus prestaciones eficientes, pero en esta primera toma de contacto no hemos podido establecer ningún tipo de conclusión. Tras unos 100 km de curvas, autopista y entrada en circuito, el consumo se ha elevado muy por encima de los 7 litros a los 100 km.
El consumo homologado según ciclo WLTP de esta berlina deportiva híbrida enchufable es de unos escuetos 2 litros a los 100 km, así que estamos deseando poder hacer una prueba completa para ver hasta dónde es capaz de llegar.
Los tiempos de recarga varían entre las 7 horas para una toma de corriente estándar a 1,8 kW y 2 horas a 7,4 kW. El cargador embarcado es de 3,7 kW u opcionalmente de 7,4 kW, siendo el único elemento opcional junto con el techo solar panorámico.
Los pedidos ya están abiertos desde el pasado mes de noviembre y las primeras unidades llegarán a lo largo del mes de abril, cada una a un precio de 62.200 euros para la berlina y 63.400 euros para la carrocería familiar.
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