El Lexus ES 300h es un viejo conocido que se ha renovado. Esta berlina grande híbrida mantiene su misma filosofía de confort máximo y lujo pero recibe un tratamiento tecnológico para impulsarse a mitad de ciclo de vida.
Aparte de otra serie de cambios menores, la gran estrella de este Lexus ES 300h es la incorporación de los nuevos retrovisores digitales. Una pareja de gadgets que sustituyen a los espejos tradicionales y a los que hemos puesto a prueba a fondo.
Lexus ES 300h: filosofía takumi
Decir que Lexus es una marca premium o la división de lujo de Toyota es quedarse cortos. En realidad sería reducir a la mínima expresión a una marca con una personalidad propia y extemadamente marcada, asentada sobre los valores tradicionales japoneses.
Estos valores llevan a Lexus a remar contracorriente. En una industria donde la automatización cada vez nos lleva a coches más impersonales, en Lexus buscan la satisfacción del cliente sobre todas las cosas.
Para conseguirlo tienen a la figura del takumi, un total de 19 hombres especializados y con el rango de artesanos que revisan al milímetro y en silencio absoluto cada uno de los coches que salen de la línea de montaje, escuchan cómo suenan sus elementos y cómo se sienten al tacto.
Con esta premisa en mente nos ponemos ante el restyling del Lexus ES 300h, un coche nacido nada menos que en 1989 y del que ya conocimos su última evolución en 2018 pero que ha sufrido una renovación ligera de cara a 2021, añadiendo algunos matices más tecnológicos a su oferta.
Estéticamente el Lexus ES 300h sigue siendo una berlina imponente. Roza los 5 metros de largo (4.975 mm) por 1,86 de ancho y 1.44 de alto, lo que le confiere una figura estilizada y con un perfil tan alargado como sobrio.
En cuanto a gustos no hay nada escrito, pero lo cierto es que en este ES 300h vemos un contrapunto entre un frontal extremadamente agresivo donde sobresale la enorme parrilla delantera con un entramado de lamas verticales con una zaga bastante discreta.
La nota dinámica la ponen el pequeño alerón pegado a la tapa del maletero y las grandes llantas de 19 pulgadas de serie en este acabado Luxury, inédito para 2021 junto con el acabado Premium.
Lujo y tradición para el interior
Si por fuera el Lexus ES 300h es un coche extremadamente llamativo, por dentro viene a ser todo lo contrario. O bueno, no. En realidad el interior también es llamativo por la personalidad que rebosa y un estilo notablemente más clásico.
Al abrir la puerta, sentarnos y cerrar ya pasamos a sentir ese espíritu respetuoso, educado y de calidad del que los takumi se encargan antes de que cada Lexus termine su periplo por la cadena de montaje. Todo es suave y se percibe confort, tanto al tacto de las posaderas en el asiento como en las manos o acústicamente con un sonido muy amortiguado al cerrar la puerta.
El habitáculo destaca por un lenguaje tradicional que se ha utilizado. El volante es un gran aro de tres radios gruesos con botones para controlar el sistema de infoentretenimiento, el control de velocidad y las escasas opciones de un ordenador de abordo sin florituras.
El cuadro de mandos cuenta con dos pantallas digitales e indicadores analógicos con un aire muy Toyota y no demasiada información disponible. Además, como ocurre con el fabricante generalista, el manejo no es especialmente intuitivo. Justo por encima, sobresaliendo de la visera se encuentran los mandos giratorios para el modo de conducción y la desconexión del control de tracción.
Si miramos al salpicadero podemos ver cómo una espina horizontal marca la pauta para el resto de elementos, dispuestos en hileras horizontales tanto los mandos de la climatización como los accesos directos del sistema de infoentretenimiento o los aireadores.
Por encima de todos ellos se coloca una pantalla para el sistema de infoentretenimiento con una diagonal de 12,3 pulgadas. El sistema cuenta con Android Auto y Apple CarPlay, y la verdad es que funciona bien, aunque ya va pidiendo a voces una renovación.
Sobre todo requiere un relevo porque la pantalla no es táctil así que el sistema se maneja mediante comandos de voz casi tan tediosos como el panel táctil que tendremos que utilizar con la mano derecha a modo de ratón y que en ocasiones llega a resultar exasperante, dificultando bastante la posibilidad de realizar tareas sencillas. Por suerte, los mandos de climatización siguen siendo físicos.
Lujo híbrido con el Lexus ES 300h
Ya sea sentados en las plazas delanteras o en las traseras la conclusión es la misma. El Lexus ES 300h es muy cómodo. Y ese es el leitmotiv que sigue esta berlina señorial desde que arrancamos hasta que nos bajamos del coche.
Las butacas delanteras cuentan con regulación eléctrica y son confortables a más no poder. Son blandas, agradables y carecen de apoyo lateral para favorecer el confort. Además son ventilados y calefactados, como el volante, para los días más fríos.
En las plazas traseras tenemos mucho espacio disponible tanto longitudinalmente como en anchura. Para cuatro personas es un coche muy cómodo, pudiendo estirar las piernas y descansar sobre un reposabrazos central que encierra los controles de la climatización trasera.
El quinto ocupante no irá cómodo por esto mismo y porque la anchura no destaca debido a unos montantes de las puertas muy anchos. Además, su respaldo esconde el reposabrazos con el módulo de control para la climatización trasera, la inclinación y calefacción de los asientos traseros por separado, el control de la persiana trasera y algunos mandos de la radio.
Para acabar con la habitabilidad, el maletero tiene un tamaño generoso, es muy profundo y razonablemente ancho, cubicando un total de 454 litros. Su problema es que lo alargado del habitáculo obliga a sacrificar portón, dejando una boca de llenado bastante escueta e incómoda tanto para cargar objetos grandes como para alcanzar otros objetos pequeños que se vayan al fondo.
Pero si hay algo que sobresale en el Lexus ES 300h es el mimo que se ha puesto en la calidad de sus acabados. Los materiales son de primera calidad, los ensamblajes igual, y no hay ni un solo elemento que genere un ruido desagradable. Bueno, sí, uno de los primeros que tocamos: el botón para el selector del cambio tiene un tacto plasticoso y poco refinado que desentona con el resto del coche.
Nos ponemos en marcha con el ES 300h y su esquema híbrido ensalza esta calidad general que ya rezumaba en parado. La insonorización ha sido uno de los puntos en los que más han trabajado los japoneses hasta convertir este Lexus en una especie de santuario aislado del resto del mundo.
Han trabajado en cada junta y cada abertura de la carrocería o la posición de los limpiaparabrisas para que el ruido aerodinámico sea mínimo. Y se nota. Mucho.
Del mismo modo, las suspensiones también se han tarado en busca del confort sensorial. El Lexus ES 300h es un coche descaradamente blando de suspensiones. Su chasis no está pensado para entrar rápido en curva, sino para trazar con suavidad y digiriendo cualquier imperfección.
Opcionalmente puede contar con suspensiones adaptativas, pero en un coche de este tipo nos parecen innecesarias. Su carácter apacible no nos incita a hacer una conducción rápida, y si lo hacemos nos encontraremos con notables transferencias de peso de un lado a otro.
El motor es la misma configuración que ya conocíamos antes, con un bloque de gasolina de cuatro cilindros Atkinson con 2.5 litros con 178 CV y 221 Nm de par motor que se asocia a un motor eléctrico de 120 CV y 202 Nm de par motor. De manera combinada la cifra de potencia se queda en 218 CV. Las baterías están colocadas bajo los asientos traseros y en el parabrisas luce orgulloso la etiqueta ECO.
La entrega de potencia es suficiente para un coche de este estilo. Siempre que puede, el sistema híbrido funciona en modo eléctrico y así consigue por un lado rebajar consumos y por otro incrementar la calidad de rodadura al carecer de sonoridad. En modo eléctrico puro la autonomía es testimonial.
Si no buscamos las cosquillas a la mecánica nos encontraremos ante un coche extremadamente agradable de conducir, suave en todas sus reacciones. Si en cambio conducimos con prisas empezaremos a notar el característico funcionamiento de una caja de cambios CVT.
La sonoridad se incrementa sensiblemente si queremos acelerar fuera de su zona de confort y el ruido se cuela al habitáculo. A cambio, esta solución técnica nos ofrece siempre un motor trabajando en su zona buena de par, por lo que la entrega es generosa y lineal.
El Lexus ES 300h no destaca por ser un coche rápido de reacciones, y si queremos podemos usar las levas tras el volante para hacer uso de sus marchas simuladas. Una práctica totalmente prescindible y poco gratificante con una configuración mecánica híbrida y CVT.
La vida al volante sin espejos
Dentro del acabado Luxury D-View, el Lexus ES 300h tiene en sus costados la mayor novedad de este modelo. En lugar de los grandes retrovisores que tradicionalmente utiliza la marca, el ES 300h incorpora sendas cámaras insertadas en los extremos de unos brazos minimalistas, abatibles y que integran los intermitentes.
El cambio llama la atención y no pasa desapercibido. Sin decir nada más de un curioso nos preguntó si veíamos bien por unos espejos tan pequeños sin darse cuenta de que en realidad ni siquiera había espejos.
En su lugar tenemos en el interior del habitáculo y naciendo del pilar A una pareja de pantallas a color de 5 pulgadas, sobre el salpicadero, a la altura que estarían los retrovisores pero en una posición más interior. No quedan muy integradas y no cuentan con posibilidad de regular la orientación, pero están bien situadas. Las soluciones que utilizan Audi y Honda son algo más grandes, con 7" y 6" respectivamente.
Durante las primeras horas de uso tenemos que reeducar al cerebro, pues automáticamente cuando queremos ver qué pasa por detrás miramos a las cámaras, no vemos nada y luego nos acordamos que hay que mirar las pantallas. Tras este proceso de adaptación... hay que continuar adaptándose.
Estos gadgets tienen cosas buenas y algunas no tan buenas. Las buenas es que mejoran el campo de visión y por lo tanto la seguridad, además de poder ajustar el brillo de manera automática y sufrir menos deslumbramientos.
Por otro lado, cada vez que miramos a la pantalla tenemos que reenfocar la vista porque cuando miramos un espejo digamos que es una imagen real con la propia perspectiva del ojo y la pantalla es una imagen que el cerebro tiene que procesar. Para compensar esa ausencia de profundidad de la pantalla, el sistema puede mostrar unas líneas proyectadas que simulan los puntos de perspectiva.
El menú de este sistema se controla desde los mandos donde irían los de unos retrovisores eléctricos convencionales y nos permitiran activar o desactivar el zoom al conectar los intermitentes o la marcha atrás, la luminosidad y el plegado automático de los retrovisores. No es demasiado intuitivo y la opción de zoom al activar los intermitentes se resetea por defecto en off con cada arranque.
La resolución de las pantallas es buena, pero no demasiado. El motivo de que la calidad de imagen sea mejorable viene de la mano del software. En modo normal las pantallas nos muestran una imagen más o menos similar a la visibilidad que tendríamos con un retrovisor tradicional, pero esta imagen es una parte recortada y ampliada de la imagen total que genera la cámara.
Esa imagen total sólo la veremos cuando engranamos la marcha atrás o (si seleccionamos esa opción) cuando activamos el intermitente. En ese momento se amplía para ofrecernos una cantidad de información difícilmente alcanzable por un espejo analógico.
De manera adicional, también se mejora el ruido aerodinámico en marcha y se reduce algo el coeficiente aerodinámico. Lexus no nos ha confirmado en cuánto se cifran estas mejoras, al igual que su repercusión en el consumo, que debería ser mínima.
Tras haber utilizado durante días esta tecnología hay que reconocer que tiene sus puntos a favor, como la mejora en el campo de visión posterior/lateral eliminando parte del ángulo muerto, la mejor visión diagonal al no haber un retrovisor, la regulación automática de la luminosidad y la practicidad que aportan las cámaras calefactadas en invierno.
Por otro lado hay puntos que no nos han convencido tanto, como el tener que reenfocar la vista, una escasa integración en el habitáculo, una calidad de imagen no muy allá y una visibilidad limitada tras lavar el coche o en condiciones de lluvia muy intensa.
Lexus ES 300h: amplio y con poca sed
El Lexus ES 300h es un coche que hace gala de su fama. En la marca japonesa saben hacer muy bien coches siempre que sea el tipo de coches que queramos encontrar, y aquí hay una cierta disonancia. Por un lado tenemos coches imponentes por fuera, que son bastante agresivos, mientras que por dentro son lo contrario, son clásicos y con un comportamiento dinámico sumamente refinado.
El que quiera encontrar en el Lexus ES 300h una berlina grande, con un interior amplio, mucha calidad y un confort de marcha sobresaliente habrá elegido bien. El que quiera una berlina dinámica y de reacciones afiladas, no.
Además, la configuración mecánica del Lexus ES 300h tiene otra peculiaridad y es que para ser una berlina que supera los 1.600 kg y con un motor de gasolina de más de 200 CV de potencia, consigue un consumo muy ajustado. Tras hacer muchos kilómetros con él en una conducción de todo tipo y sin demasiadas contemplaciones, el ordenador arrojaba una cifra de 6 litros a los 100 km, mientras que el consumo homologado según ciclo WLTP es de 5,6 litros. No demasiado lejos.
En cuanto a su precio, el ES 300h parte de los 47.900 euros, pero el acabado Luxury que incluye los retrovisores digitales, sistema de infoentretenimiento con pantalla de 12,3 pulgadas y llantas de 18 pulgadas hay que subir el presupuesto hasta los 72.200 euros.
Por configuración mecánica y por su espíritu plagado de refinamiento nipón, no esfácil establecer competidores directos con el Lexus ES 300h. Podría ser rival de modelos como el Audi A6 40 TDI (desde 58.200 euros), BMW 520e (desde 62.200 euros) o Jaguar XF (desde 56.500 euros).
7.2
A favor
- Elevado confort de marcha
- Comodidad para cuatro
- Estética agresiva
- Etiqueta ECO
En contra
- Interior anticuado
- Control del sistema de infoentretenimiento
- Sonoridad cuando exigimos potencia
- Portón del maletero escueto
Los Lexus son unos coches un tanto especiales. No se rigen por las tendencias del mercado, sino que crean su propia filosofía. Una filosofía dual en la que por fuera vemos coches como este Lexus ES 300h que son vanguardistas e incluso agresivos que no concuerda con el interior.
Los habitáculos están sumidos en un clasicismo sólo roto por algunos elementos como el sistema de infoentretenimiento y el cuadro digital, pero donde el refinamiento es el denominador común.
Los retrovisores digitales por su parte son elementos interesantes de seguridad que han llegado para quedarse y más convivir con los retrovisores analógicos que para sustituirlos. Tienen sus puntos a favor pero otros que aún son mejorables.
Lexus ES 300h 2021 - Ficha técnica
Lexus ES 300h |
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Motor DE COMBUSTIÓN |
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TIPO |
Gasolina, cuatro cilindros en línea de 2.5 litros |
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POTENCIA MÁXIMA |
178 CV a 5.700 rpm |
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PAR MÁXIMO |
221 Nm a 3.600 - 5.200 rpm |
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TRANSMISIÓN |
Automática de variador continuo |
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TRACCIÓN |
Delantera |
MOTOR Eléctrico |
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POTENCIA MÁXIMA |
88 kW (120 CV) |
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PAR MÁXIMO |
202 Nm |
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BATERÍA |
Níquel - hidruro metálico |
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CAPACIDAD |
N/D |
CIfras combinadas |
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POTENCIA MÁXIMA |
218 CV |
|
PAR MOTOR MÁXIMO |
N/D |
dimensiones |
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|
LARGO |
4.975 mm |
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ANCHO |
1.865 mm |
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ALTO |
1.445 mm |
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BATALLA |
2.870 mm |
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PESO |
1.680 kg |
|
CAPACIDAD MALETERO |
454 litros |
Prestaciones y consumos |
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|
0-100 KM/H |
5,6 segundos |
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VELOCIDAD MÁXIMA |
180 km/h |
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CONSUMO HOMOLOGADO (WLTP) |
5,6 l/100 km |
|
CONSUMO MEDIO PRUEBA |
6 l/100 km |
precio |
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72.200 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Lexus. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas. |
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