Probamos el nuevo Citroën C3 Aircross: un SUV para ciudad que puede ser eléctrico, y que es tan cómodo como barato

Un SUV urbano tirando a compacto, que puede ser híbrido, eléctrico o gasolina, pero que es idéntico en tamaño y espacio interior en sus tres versiones mecánicas. Y además es bastante barato, incluyendo su variante 100 % eléctrica que arranca rondando los 26.000 euros.

Esta es la carta de presentación del nuevo Citroën C3 Aircross que estrena ahora su segunda generación y que respecto a la anterior, además de la opción eléctrica destaca por ofrecer hasta siete plazas. Está a la venta desde verano del año pasado, pero ahora nos hemos puesto a los mandos de sus versiones eléctrica e híbrida.

Un SUV urbano con mucho espacio y hasta siete plazas

Las marcas de Stellantis siguen fieles a su idea de ofrecer un coche idéntico por fuera y por dentro, pero con diferentes opciones mecánicas. Así, en este Citroën C3 Aircross el que no encontramos diferencia alguna ya sea gasolina, mild-hybrid o eléctrico: es un B-SUV que roza los 4,4 m con una amplia batalla de casi 2,7 m.

En Motorpasión

Probamos el Hyundai Inster: pequeño por fuera, mega-práctico por dentro y con un precio que ya me hace plantearme en serio los coches eléctricos para usar todos los días

Es por tanto un SUV pequeño bastante grande, lo que se nota en el espacio de las plazas traseras: como pudimos comprobar, un ocupante de 1,83 m no da con la rodillas en los respaldos delanteros con el asiento del conductor reglado a su altura.

Tampoco con la cabeza en el techo, lo que consigue gracias a ser totalmente plano sin caída. Estos asientos además son bastante cómodos, al menos los Advance Comfort que equipaban las versiones que probamos.

El maletero del nuevo Citroën C3 Aircross es bastante generoso: cubica 460 litros, superando el tamaño a otros SUV urbanos eléctricos de similar tamaño, como el BYD Atto 2 (400 l) o el Peugeot e-2008 (434 l). Le supera el Skoda Elroq con 470 l, pero también es más grande. Si abatimos los respaldos traseros, ofrece 1.600 litros hasta el techo: un poco más que el de Skoda.

Siete plazas, si quieres. En las variantes microhíbrida y gasolina (pero no en el eléctrico), esta segunda entrega del C3 Aircross puede añadir otras dos plazas adicionales en el espacio del maletero, que van ancladas aunque pueden abatirse. La marca gala pretende diferenciarse ofreciendo esta posibilidad que no es habitual en los SUV urbanos.

No son precisamente un dechado de espacio: una persona adulta tendrá problemas para embutirse en estas plazas a las que se accede abatiendo uno de los asientos de la segunda fila. Siendo justos, estas dos plazas adicionales no suelen serlo, a menos de que hablemos de SUV grandes o bien monovolumenes. En todo caso el C3 Aircross ofrece esa posibilidad y no sube excesivamente el precio equipar esta fila extra: poco más de 500 euros.

Si abatimos las plazas adicionales se queda un fondo plano, pero con menos espacio que sin ellas.

Con todos estos ingredientes, el Citroën C3 Aircross es un todocamino versátil: no es excesivamente grande para moverse y aparcar por ciudad, pero a su vez ofrece suficiente espacio en su interior y en el maletero para cumplir bien en largos viajes.

Gasolina, híbrido o eléctrico, pero sin que te vuelvas loco en el configurador

En su segunda generación, el Citroën C3 Aircross llega con tres mecánicas diferenciadas, aunque su gama es bastante simple: solo cuenta con una versión en cada una. Los acabados son los mismos para todas, excepto que el más completo Max se limita al híbrido y al eléctrico.

Así, Citroën ofrece una gama según necesidades por precio y uso, buscando dirigir este C3 Aircross al mayor espectro posible de potenciales compradores. La gran ventaja del gasolina es su precio, que no llega a los 19.000 euros. A cambio solo se ofrece en cambio manual y es el segundo más comedido en prestaciones.

Por su parte, el mild-hybrid y el eléctrico, están más pensados para residentes en ciudad gracias a la etiqueta ECO y CERO. Todo es cuestión de presupuesto (el eléctrico es algo más caro, entre 26.000 y 30.000 euros, aunque sigue siendo cero emisiones es bastante económico) y de la situación de cada uno (kilómetros semanales, posibilidad de instalar un punto de carga en el garaje, etc.). Ambos siempre equipan cambio automático.

Al volante de los C3 Aircross eléctrico e híbrido

Al sentarnos frente al volante del nuevo Citroën C3 Aircross nos encontramos con un puesto de conducción cómodo, gracias esencialmente a los asientos Advanced Comfort, rediseñados para el Aircross. El cojín ahora suma entre 10 y 15 mm adicionales de espuma, y los soportes laterales también se han rediseñado. Esto los hace más confortables que los del Citroën C3, que también tuvimos ocasión de probar hace unos meses.

A esto se añade el volante marca de la casa, pequeño y achatado tanto por arriba como por abajo, que particularmente me gusta, aunque tiene detractores. La dirección, por contra, es algo blanda, pensada para ciudad esencialmente.

El Asistente Inteligente de Velocidad (ISA) se puede desconectar desde este botón junto al volante, muy intuitivo de encontrar en un primer vistazo.

Pese a que en este acabado encontramos el display táctil, desde el que se manejan varias funciones del coche, dispone de botones físicos para lo esencial: un panel para climatización o, en el volante, accesos directos para el sistema multimedia o los principales sistemas de asistencia. Son algo duros por incluirse en un único panel en ambos casos, pero cumplen.

Tanto el Citroën ë-C3 como el C3 Hybrid, que son los que hemos probado, me han gustado bastante. Especialmente el eléctrico, que pese a ser menos potente, puede llegar a ser hasta divertido en trazados exigentes, mostrando buena dinámica y siendo bastante ágil en curva yendo rápido. Además el par instantáneo siempre es un plus.

El modo C de eléctrico y el modo L del híbrido, en el selector del cambio, se acciona por botón junto al selector del cambio y es la única manera de ajustar su dinámica.

Sin modos de conducción. El C3 Aircross no dispone de modos de conducción en ninguna de sus versiones mecánicas. Así, la única manera de ajustar la conducción es mediante dos ajustes de marcha del cambio automático: la posición C, en el caso del eléctrico, o la posición L, en el mild-hybrid.

La posición C lo que hace es minimizar la retención ya inherente en el C3 Aircross eléctrico. Aunque en comparación a otros eléctricos no es excesivamente acusada cuando levantamos el pie el del acelerador, ya que no lo frena en exceso. Sea como fuere esta función es para que vaya aún más alegre a altas velocidades y responda algo más rápido el acelerador. A cambio, aumenta el consumo.

En Motorpasión

Probamos el Livan X3 Pro: un utilitario chino de gasolina fácil de conducir y barato que quiere que te olvides del Dacia Sandero

Por su parte, en el híbrido la posición L hace referencia a Low: su cambio de doble embrague engrana las marchas más bajas posibles, reteniendo más el coche. Esta opción es útil para descensos prolongados o ascensos, aunque tras probarla en bajada me pareció bastante comedida: no varía mucho dinámicamente.

Sin notar el asfalto. Lo que más me ha gustado del nuevo Citroën C3 Aircross es su suspensión Advanced Comfort: hace honor a su nombre, más incluso que los asientos. Gracias a unos topes hidráulicos progresivos que acompañan los muelles tradicionales, prometen absorber más eficazmente las irregularidades del terreno.

Y así es: badenes y resaltos apenas se notan, tampoco baches o grietas. Pero a su vez no es una suspensión blanda y apenas sufre bamboleos. Es por tanto muy confortable, ya sea para devorar kilómetros o para el día a día. Muy buen trabajo de la marca en este apartado.

Decir que esta avanzada suspensión es de serie desde el acabado base del C3 Aircross, a diferencia de por ejemplo los asientos Advanced Comfort que monta desde el segundo acabado.

La autonomía del ë-C3 Aircross oscila entre los 307 km y los 303 km según acabado. Lo cogimos con una autonomía

A mejorar: el eléctrico no muestra los consumos. El principal inconveniente que encuentro en el Citroën C3 Aircross eléctrico es que no muestra nunca el consumo, solo la autonomía restante y el porcentaje de la batería. Lo cogí con 90 % (marcaba 257 km) y lo dejé en un 73 % (173 km) tras una hora de ruta por carretera convencional y algo urbana, sin hacer una conducción ecológica y seleccionado el modo C del cambio.

Esto en un eléctrico de poco más de 300 km de rango es esencial, teniendo en cuenta que hoy por hoy es mucho más dependiente de la infraestructura que un térmico. Y es que el mild-hybrid sí que ofrece el gasto de combustible en la instrumentación.

De momento, la única manera de conocer el consumo es mediante la app, que opera con los servicios conectados que Citroën ofrece gratis durante el primer año (luego hay que pagar la suscripción). En la aplicación sí que podemos descargar el histórico de consumos, pero es mucho menos accesible que verlo en la pantalla del coche. Citroën señala que, en junio, ofrecerá una actualización para que el sistema muestre del coche los consumos, pero habrá que pasar por el taller.

El más barato sin pantalla, pero con la suspensión Advanced Comfort

Las dos versiones que hemos probado del Citroën C3 Aircross equipaban su acabado más alto, el Max. Es por tanto el más completo de todos, incluyendo bondades como la carga inalámbrica (algo que debe mejorar pues tiende a recalentar el terminal), el sistema de navegación 3D integrado en el sistema multimedia, el retrovisor interior electrocromático, sensores de aparcamiento delante y detrás o el detector de ángulo muerto.

El más interesante por lo que equipa respecto al precio es el intermedio Plus. En este opción ya encontramos los asientos Advanced Comfort de serie, así como el display táctil de 10,25 pulgadas (estilo tablet en disposición horizontal), que se suma a la instrumentación digital disponible en el base.

El sistema multimedia cuenta con conexión Android Auto y Apple CarPlay sin cables (probamos este último y se empareja rápidamente, permitiendo acceder a apps como Google Maps, Waze o Spotify). En su caso tiene más sentido, ya que no lleva el navegador como sí hace el Max.

Suma además climatizador, cámara posterior de ayuda al aparcamiento, retrovisores exteriores de plegado automático, limpias automáticos, elevalunas traseros, tomas USB-C detrás, el asistente inteligente de luces de carretera o los cristales oscurecidos posteriores.

Por su parte, el base You, prima lo esencial. Además de la mencionada suspensión Advanced Comfort, equipa faros LED, freno de estacionamiento automático, sensores de aparcamiento traseros, luces automáticas o el estrecho y alargado cuadro de instrumentos digital, pero en vez de climatizador lleva aire acondicionado y en las filas traseras las lunas son de accionamiento manual.

En Motorpasión

Probamos el Kia EV3: el primer eléctrico que me hace pensar que un coche eléctrico puede ser el único coche de una casa. Cumple en todo, incluso en precio

Lo que sí ofrece desde este acabado es casi todos los sistemas de asistencia de los que dispone del C3 Aircross: control de crucero, alerta activa por salida de carril (que no es para nada brusca), frenada automática de emergencia, reconocimiento de señales de tráfico, el también obligatorio Asistente de Velocidad Inteligente, alerta de fatiga, asistente en cuesta y limitador de velocidad.

No obstante, esta versión no dispone de pantalla multimedia: en su lugar incluye una estación portátil para alojar el teléfono móvil y así convertirlo en el sistema de infoentretenimiento del coche, al estilo de Dacia, que hace lo propio con las opciones base de modelos como el Sandero o el Spring.

El Citroën ë-C3 Aircross eléctrico, desde 25.300 euros

El nuevo C3 Aicross arranca en los 18.790 euros en su opción base You con motor de gasolina, en 23.980 euros en el caso del Hybrid y en 25.280 euros en el del eléctrico ë-C3. Todos estos precios llevan el descuento aplicado por Citroën. Todas sus versiones están ya disponibles en el configurador.

Hablamos pues de uno de los B-SUV más baratos del mercado: por ejemplo el SEAT Arona parte de los 20.600 euros actualmente. Y no se queda muy lejos del MG ZS de gasolina, desde 14.400 euros en su versión más básica, con cambio manual de cinco velocidades y una potencia similar.

En lo que respecta al ë-C3 Aircross, es asimismo uno de los SUV eléctricos más baratos disponibles en España. Si bien ese título se lo lleva el Dacia Spring (desde unos 18.000 euros), el rumano es mucho más pequeño y limitado en potencia (como máximo 65 CV) y autonomía (homologa 228 km). Bastante menos que los 112 CV de este Citroën y los hasta 307 km de rango que promete.

Pero es uno de los pocos coches eléctricos que rondan en nuestro mercado los 25.000 euros. Es más asequible que el BYD Atto 2 (el SUV más barato de la marca china y que parte de los 28.780 euros con descuento) o el también chino MG ZS (desde 27.480 euros). Y mucho más barato que modelos de firmas tradicionales como el Skoda Elroq (desde 35.215 euros) o el Peugeot e-2008 (desde 34.500 euros).

Es por tanto una opción interesante si se busca un cero emisiones asequible, que cumple a nivel dinámico y es un coche funcional, amplio, versátil y cómodo.

Encuentra tu coche eléctrico ideal

Si te has planteado comprar un coche eléctrico, esto te va a interesar. Hemos creado el Recomendador personalizado de coches eléctricos en el que además de ver los modelos que se adaptan a tus necesidades también tendrás respuestas a las dudas que más te pueden preocupar como el precio, la autonomía o los puntos de carga cercanos.

Fotos: Citroën