Ahora que ya hemos visto el Ford Kuga a lo largo de su presentación estática, vamos a ponernos en movimiento con él. Ya explicamos ayer que se trata de una sola motorización la que probaremos, aunque utilizando transmisión manual y automática Powershift, ambas de seis relaciones. Bajo el capó nos espera el propulsor más generoso: el 2.0 TDCi Duratorq de 163 CV y 340 Nm.
En cuanto a acabados, vamos en modo full-equip y tenemos de todo para ir jugando a medida que nos adentramos por las montañitas que envuelven a Valencia para luego ir tirando por la Albufera. Todo, mientras coleccionamos las curiosas miradas de cuantos se nos cruzan por la carretera, que en su vida deben de haber visto tantas unidades del Ford Kuga juntas, pese a vivir junto a la fábrica.
Al volante del Ford Kuga 2.0 TDCi Manual
Emprendemos la marcha a bordo del Ford Kuga con cambio manual. El motor se mueve bien, como no puede ser de otra manera. 163 caballitos tirando de las cuatro ruedas de forma selectiva en función de las necesidades de agarre no son poca cosa. Responde bien a bajas merced a su par y no se ahoga en altas: tira y recupera. Los desarrollos de la caja me parecen muy correctos y el tacto de la palanca, cercana al volante y con unos recorridos cortos, es muy agradable al cambiar.
Vamos, que me gusta cómo funciona y cómo se maneja.
Esta versión marca un consumo homologado de 5,9 l/100 km. A ritmo de presentación (zapatazo va y zapatazo viene) nos movemos en la esfera de los 8 l/100 km. Quizá el promedio entre ambas cifras (ni tanto ni tan calvo) sería un consumo más o menos realista para el día a día, al menos en mi caso.
Nos metemos en curvas y eso nos permite observar cómo los controles electrónicos, tanto el ANC como el TSC, funcionan a las mil maravillas. Ni balanceos excesivos ni locuras con la dirección. Ya sea en una de esas tiradas de rotondas que florecen en la huerta valenciana o en una carretera revirada, los errores de cálculo se saldan con una acción apenas perceptible que te mantiene en tu lugar.
El tacto de volante me parece algo entre gomoso y plasticoso, no me acaba de gustar. Desde el puesto de conducción se puede configurar la dureza de la dirección en los Ford, pero sólo en las versiones ST, así que aquí toca conformarse con lo que hay. Al callejear por Valencia, me doy cuenta de que ese tacto me va bien para maniobrar, pienso entonces en una legión de Kugas en la puerta de un colegio y todo cobra sentido. Pero a la que sales a la carretera...
Al volante del Ford Kuga 2.0 TDCi Powershift
Vamos ahora con la versión automática, a ver qué tal se mueve. En aceleraciones desde parado la notamos un poco... no, bastante lenta. No es que tenga marchas largas, no, es que son longevas. En movimiento la cosa tampoco es mucho más ágil. Hasta 4.000 rpm no se nota que haga el cambio, y para entonces el sonido es ya una declaración de guerra contra el confort de marcha.
Va, seleccionamos el modo S en la enorme palanca de cambios, a ver si se nota. Salimos de parado y... pues no, tampoco se nota gran cosa. Parece que acabe un poco antes las cortas, pero para el caso todavía se le oye rugir demasiado rato. Observo que ya en marcha los cambios los realiza entre las 3.000 y las 4.000 vueltas, algo lógico si recordamos que los 163 CV llegan en las 3.750 rpm, pero la sensación que transmite no me convence en absoluto.
Con estos elementos, ya podemos esperar cualquier cosa de la cifra de consumo que nos va a arrojar. El consumo homologado en ciclo mixto es de 6,2 l/100 km, pero en el mundo real nos estamos yendo más allá de los 9 litros, y aquí sí que no hay truco con los pedales y la caja de cambios. No quiero mirar mucho el ordenador de a bordo, mi religión me lo prohíbe.
Entre pinos y naranjos tenemos la oportunidad de ver en acción el Forward Alert, que no es otra cosa que una escandalosa alarma de colisión que se dispara cuando mi compañero de fatigas realiza un adelantamiento más brioso de la cuenta sin dejar --a tenor del criterio electrónico-- una distancia frontolateral suficiente con el vehículo adelantado. O sea, que funcionar, funciona. Checked!
Pequeño recorrido off-road
Salimos del asfalto y nos disponemos a recorrer un desfiladero que los chicos de Ford han escogido para que veamos cómo se agarra el Kuga. El paisaje es desolador, con tantas hectáreas calcinadas por los tremendos incendios forestales sufridos en la zona, así que nos concentramos en lo que estamos haciendo. A pesar de que no estamos siguiendo un gran circuito de los de hundir el coche en un cráter, nos va bien para hacernos una idea de las capacidades del Ford Kuga lejos del alquitrán.
La pantalla nos informa en todo momento de cómo se va realizando el reparto de par, y lo cierto es que aunque soy conservador tengo la impresión de que podría darle caña al coche y saldría perfectamente de cada uno de los surcos, baches e inclinaciones que tenemos ante nosotros. Vale, quizá no se trata de un gran todoterreno, pero cumple con su cometido, al menos donde estamos.
Me quedo con las ganas de acometer una gran pendiente con poca adherencia, a ver cómo se lo montan los sistemas que trae el Kuga. De todas formas, he visto que el arranque en pendiente es ligeramente remolón, una cualidad que en circulación me parece un error pero en una ruta más campera puede ser una ventaja a la hora de plantear la reanudación de la marcha.
Tras pasear un rato por caminos de cabras (cabras un poco gordas para que quepamos, eso sí), tenemos en resumen un SUV que puede salir del asfalto sin despeinarse, aunque no acabo de ver claro dónde están sus límites. Eso, en una prueba a fondo seguro que lo podemos comprobar con mayor facilidad, pero hoy no va a ser el día, que tenemos arroz para comer y no queremos que se nos pase.
'Infotainment', detallitos y tecnologías
Y ahora, esas pequeñeces que acostumbro a anotar mientras vamos triscando con los coches en las presentaciones. Para el caso, nos encontramos ante un todocamino que se nos muestra en todo su esplendor tecnológico. Tanto en el control de curvas como en la parte off-road ya hemos tenido ocasión de ver uno de los avances más representativos del Ford Kuga. Pero, ¿qué hay del resto?
Comenzamos con el asistente de aparcamiento, que yo ya conocía del Ford Focus desde que lo visité en Alemania cuando estaba en fase de prelanzamiento, pero que siempre hace gracia usarlo. Funciona bien en condiciones normales, aunque quizá resulta algo lento si nos movemos en ciudades llenas de cagaprisas ávidos de robarnos el hueco, lo que se conoce como hacer un Mister Bean.
¿Por qué hablo de lentitud? Básicamente, porque en cuanto activamos el sistema este se pone en búsqueda, pero a la hora de frenar, poner marcha atrás, dejar que gire el volante... no sé, se me hace un poco lento el proceso. Conste que la velocidad la modulamos nosotros mismos con los pedales, pero tengo esa impresión de que se tarda algo más de lo normal en pillar el hueco.
Ojo, quizá es sólo una impresión, desde luego no es nada científico.
Por otra parte, le pongo un minipunto negativo en materia de detección de espacios cuando el sistema comienza a maniobrar contra unas mesas que el dueño de un bar ha plantado en la calzada, justo detrás de un coche que nuestro Kuga toma por referencia. Bendita cámara de visión trasera, que me ayuda a advertir el problema. Bah, lo tomaremos como una cuestión menor. El sistema merece que seamos generosos: nos guste o no en lo personal, técnicamente está logrado.
Vamos con el navegador, que queda desmerecido con la pantalla de 5 pulgadas que nos muestra los mapas. ¿Que con eso es suficiente para ver por dónde andamos? Nadie lo niega, pero en un coche como este, que se presenta como semi-premium, uno espera otra cosa. Quitando este detalle, que no es menor, el navegador funciona como todo navegador de la gama Ford, sin sorpresas aunque tampoco es que me enamore y, siendo como es un extra, resulta hasta prescindible.
No hay sorpresas tampoco en cuanto al sistema de sonido, pero en este caso para bien. Sus agudos son brillantes sin llegar a cristalinos y los graves y medios se comportan bien, tanto a bajos como a altos volúmenes. Sin dejar el sonido, vale la pena destacar el aislamiento acústico del habitáculo, que cumple las promesas de los ingenieros. Tampoco debe de haber sorpresas en el SYNC SOS, que se encarga de llamar al 112 en caso de colisión grave, pero eso no lo vamos a probar, que da yuyu.
En cuanto a otros elementos ya característicos de Ford, como pueden ser el lector de señales o el detector del ángulo muerto, funcionan bien, como se espera de ellos. Sólo en algunos momentos el lector de señales se nos vuelve un poco loco y nos avisa de forma incorrecta, por ejemplo indicándonos un fin de limitación de velocidad cuando la señal es justamente de signo contrario. Lo veo bien para llevar un control periódico de la lectura de señales, pero no para depender de él.
Otro sistema que probamos es el asistente contra el cambio involuntario de carril, y le sigue ocurriendo lo mismo que le detecté al Ford Focus en su presentación, hace casi un año: su funcionamiento es demasiado aleatorio todavía. No importa que el color de las marcas viales sea más o menos visible. Sencillamente, no siempre las detecta, se vean o no se vean, y eso es algo que debería resolverse. Al fin y al cabo, hablamos de un sistema de seguridad.
Para terminar, un detallito que se me pasó comentar en la primera parte de esta presentación: el maletero y la doble posición de su piso. Gracias a unos soportes se consigue una superficie plana cuando se abaten los respaldos traseros y se puede aprovechar un poquito más la altura cuando lo llevamos en la posición más baja. Cuando no se utilizan, las piezas móviles se encajan en el suelo.
En resumen, tenemos un relevo para el Ford Kuga que por fuera se ha hecho un poco más global y por dentro calca la imagen de sus hermanos de gama. Con el motor probado, la versión manual va de perlas y la automática no convence. Y en cuanto a las tecnologías, hay un poco de todo, pero el balance es positivo si sabemos elegir los extras en un todocamino que se mueve dentro de un rango de precios interesante. Ahora, el arroz prometido nos espera, así que...
Fotos dinámicas coche a coche realizadas en colaboración con Pepe Giménez, de Diariomotor.
Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
En Motorpasión | Ford Kuga 2013, Ford Kuga, presentación y prueba en Valencia (parte 1)