Este que véis en la imagen de portada es el BMW 435i Coupé después de cargarlo hasta arriba de accesorios M Performance. Además de la metamorfósis que le ha llevado de ser un elegante y discreto coupé, de líneas puras y esbeltas, a ser un absoluto rompecuellos para los macarras del barrio, todos estos accesorios también deberían dotarle de cierto carácter y mejorar sus prestaciones.
Esto es lo que podríamos llamar tuning de marca. BMW ha sabido ver en este tipo de accesorios un filón con el que ofrecer a sus clientes un modo para personalizar sus coches sin tener que recurrir a la industria auxiliar. Además gracias a ellos consiguen engordar la factura de la, ya de por sí, infinita lista de extras de fábrica que acostumbran a ofrecer sus coches. En este caso son casi 14.000 euros en opciones M Performance que, a continuación, veremos si realmente merecen realmente la pena y son capaces de cambiar el carácter de este coche.
Porque recordaréis que por nuestras manos han pasado ya unos cuantos BMW Serie 4, y del que hicimos un análisis más profundo fue del 428i Coupé. Varias fueron las conclusiones que sacamos durante aquella prueba.
El precio de todos los accesorios que lleva este coche es de 13.646 euros. Si los sumamos a los 56.650 € que cuesta el modelo base, todavía estamos lejos de los 88.700 euros que cuesta el M4 Coupé
La primera y más importante, era la falta de carácter de aquel coche, la carencia de garra y la ausencia casi total de sensaciones deportivas cuando estabas a los mandos.
Recuerdo que achacaba aquellas carencias al uso de un motor de cuatro cilindros TwinTurbo que si bien desarrolla 245 caballos, no enamora como lo hacían los seis cilindros de antaño con potencia similar.
Cómodo para viajar, práctico en el día a día y con niveles de eficiencia similares a los que sus hermanos diesel, aquel coche solo obtuvo un 7.4 sobre 10. Eso sí, en su defensa hay que decir que era un acabado Luxury que por planteamiento no pretendía ser precisamente deportivo.
Por eso creo que es justo darle una nueva oportunidad al Serie 4 Coupé, especialmente después de haber comprobado en nuestras propias carnes que el M4 Coupé sí que es un coche con todo lo que un deportivo de verdad debe tener, un coche rápido, preciso y absolutamente emocional para quien lo conduce.
Así pues, no se me ocurre mejor segunda oportunidad que coger un 435i, la versión más potente de la gama con sus 306 caballos de potencia, y cargarlo de extras deportivos. Chuches, como dirían los chavales del barrio.
¿Qué chuches tiene este coche?
Aunque los cambios a nivel estético saltan a la vista, creo que merece la pena enumerar todos los accesorios M Performance que lleva esta unidad de pruebas, porque son muchos y alguno se nos puede despistar. Comenzando por la parte delantera, destaca la parrilla negra que cuesta 166 euros. En el lateral, lo más desatacado son las láminas de pegatina de color negro con el borde en rojo que lo recorren de delante a atrás por 111 euros.
Las carcasas de los retrovisores, aunque mantienen su forma original, han cambiado de material. Ahora son de fibra de carbono, de la de verdad, y cuestan 646 euros. El resto de elementos que cambian a nivel exterior forman parte de un kit completo, y por tanto no se pueden instalar por separado.
Hablamos del pequeño y atractivo alerón posterior, más un spoiler que un alerón, fabricado en fibra de carbono y situado sobre la tapa del maletero, el difusor trasero que se sitúa entre ambas salidas de escape, las taloneas laterales con logotipo M Performance y el labio inferior del faldón delantero, también en fibra de carbono.
Todo ello cuesta 2.442 euros y juntos son, sin lugar a dudas, los elementos más característicos de esta preparación, los que más llaman la atención y los elementos clave en la transformación de este coche de un elegante coupé de líneas deportivas a un coupé un poco más…transgresor.
Detalles deportivos en el interior
En el interior los cambios no son estructurales, pero si encontramos multitud de materiales nuevos en las diferentes molduras repartidas por el salpicadero. El volante está tapizado en alcántara y los brazos están cubiertos por molduras en carbono. Su precio es de 867 euros y el tacto es absolutamente perfecto.
Las molduras que recorren el salpicadero a lo ancho, son ahora de carbono y van forradas también con alcántara. La principal, que cuesta 860 euros, lleva además el logotipo M Performance bordado en color.
La empuñadura del freno de mano BMW M Performance de carbono con fuelle de Alcántara cuesta 155 euros, mientras que la moldura de la consola central en carbono cuesta 156 euros y se tiene que combinar obligatoriamente con la palanca de cambios BMW M Performance de carbono con fuelle de Alcántara que cuesta 280 euros.
El interior lo completan los apoyos de los pedales/reposapiés BMW M Performance de acero inoxidable por 130 euros. No parecen muchas cosas, pero ponte a sumarlos todos. Y ojo, que aun quedan algunos.
Accesorios mecánicos
Los cambios respecto a un 435i Coupé van más allá, no se quedan solo en el apartado estético. Las llantas de aleación ligera BMW M Performance de 18 pulgadas en color negro mate con el logo M cuestan 2.602 euros, mientras que el equipo de frenos sobredimensionado, con pinzas en color rojo, discos perforados y pinzas de mayor tamaño se van a los 2.320 euros.
Hasta aquí todo perfecto, pero este coche no debería correr más que un 435i Coupé de serie. Es más, debería correr incluso un poco menos por el exceso de peso de algunos accesorios que no trae de serie. Por suerte en BMW M GmbH han tirado de su saber hacer en cuanto a mecánica, y también han preparado algunas chuches para mejorar el rendimiento del coche.
La más importante es un kit de potencia que por 1.654 euros aporta 30 CV extra y 50Nm de par, haciendo que la potencia máxima sea de 336 caballos y el par motor 450 Nm entre las 1.200 y 5.000 RPM. Además de ofrecer más potencia y más par en la misma banda de revoluciones, no suponen un aumento de los consumos. Mola.
Por último, el silenciador de M Performance cuesta 1.015 euros, mientras que las molduras M Performance en cromo cuestan 242 euros el juego.
Si te pones a sumar todo con la calculadora en la mano, te deberían salir exactamente 13.646 euros, un precio al que hay que sumarle el resto de extras aparte del catálogo M Performance con los que quieras equipar tu coche. Aun así, teniendo en cuenta que el precio base de un 435i Coupé es de 56.650 €, todavía estamos lejos de los 88.700 euros que cuesta el M4 Coupé.
En marcha
Cuando bajas al garaje y te sientas en un coche con un aspecto tan agresivo, esperas que al pulsar el botón de arranque un estruendo descomunal salga por esas dos salidas de escape haciendo temblar las paredes y saltar las alarmas de los coches que están alrededor. Por desgracia no es así en este modelo, que si bien hace algo más de ruido que un 435i de estricta serie, no alcanza el nivel de intensidad que te esperas de el.
Moviéndote por ciudad y en el día a día, lo que más agradecerás será la agilidad y ligereza de la dirección, que transmiten un tacto del conjunto sorprendentemente agradable para el tráfico urbano.
El motor, muy lleno desde bajas revoluciones, tiene mucho par abajo, desde solo 1.250 RPM, y por eso no invita a estirarlo demasiado salvo que quieras dar la nota y ser el centro de atención allá por donde pases.
Lo más recomendable es llevarlo en modo ECO PRO para minimizar los consumos o en Confort para tratar de disfrutar de un confort de marcha que sigue siendo, a pesar de los cambios de esta unidad, uno de sus principales puntos fuertes.
En ese tipo de circunstancias, el coche destaca más por la dulzura que por el carácter, la rabia que esperas sea difícil de contener, brilla por su ausencia, tal vez demasiado eclipsada por la electrónica y la puesta a punto del modelo base como un deportivo dócil y perfectamente útil para el día a día.
Un tanto defraudado por las primeras sensaciones al volante, me voy fuera de la ciudad en busca de una divertida carretera de curvas en la que comprobar si los genes de BMW M se hacen patentes o se les han olvidado en un cajón.
Por la autopista que me aleja de Madrid, difruto de un nivel de confort que me hace pensar en este como un perfecto aliado para los viajes rápidos, un coche cómodo y discreto con el que puedes viajar a ritmo alto sin caer en unos consumos para nada desmesurados.
Declara un consumo en carretera de 5,5 l/100 km y estábamos haciendo poco más de 7,5 l/100 km a un ritmo bastante alto. Creo que no está nada mal para llevar 336 caballos bajo el pie derecho.
Una vez que hemos llegado a nuestro tramo de curvas favorito, una pasada de reconocimiento me permite confirmar lo que sospechaba. La carretera está desierta, así que pulso el selector situado a la derecha de la palanca de cambios y lo configuro en modo Sport.
Lo primero que noto son unas reacciones un poco más enérgicas y directas a los movimientos del acelerador. El coche responde antes, acelerando desde muy abajo con más viveza, más fuerza.
Hay mucho par motor disponible, y eso se agradece porque no obliga a estar jugando constantemente con la caja de cambios deportiva de ocho velocidades, que por cierto es simplemente maravillosa y parece tener siempre la opción más adecuada cuando la dejamos actual a ella sola.
La intensidad del sonido que emite el motor a través de los escapes ha ganado algún punto de intensidad, pero hay que ser demasiado fino para apreciarlo. No esperes el estruendo de otros coches con escapes deportivos opcionales, porque no lo encontrarás.
El aplomo del coche a media que trazamos curvas es sublime, perfecto. Tiene una enorme distancia entre ejes y un ancho muy considerable, de forma que es complicado notar cualquier tipo de nerviosismo o movimiento de la trasera salvo que tu lo fuerces a base de acelerador y dirección.
El coche va asentado e invita a rodar fuerte, sin miedo a perder la trayectoria incluso en los apoyos más pronunciados, y eso que las suspensiones son un poco más blandas de lo que esperaba y tiende a balancear algo más de lo que a mi personalmente me gustaría.
La dirección tiene un tacto preciso, y en este sentido transmite bastante confianza. Apuntas al vértice de la curva mientras mantienes el gas costante, el coche dibuja la trazada perfecta y a media que vas abriendo dirección vuelves a dar gas para encarar esa recta mientras el coche tracciona con absoluta soltura.
¿Y aparte de esto qué?
Si repasamos los últimos párrafos con las impresiones de conducción, tal vez penséis que estamos ante el deportivo perfecto, un coche eficaz como pocos y capaz de llevarnos a ritmos realmente altos sin que por cierto, los frenos sobredimensionados se inmuten ante el trato que les estábamos dando.
Y así es, el BMW 435i M Performance es un coche muy rápido, tal y como demuestran sus cifras oficiales, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos y una velocidad punta de 250 km/h.
Es un coche en el que todo parece estar perfectamente pensado, en su sitio. Cabe recordar que tiene un reparto de pesos del 50:50 y es el BMW con el centro de gravedad más bajo de toda la gama BMW. El motor de 3.000 cc con cárter de aluminio es además uno de los mejores motores del mercado, muy elástico, corre en toda la banda de revoluciones y no consume demasiado.
Pero, el punto que no nos acaba de convencer en este coche viene porque no solo de efectividad a la hora de medirse al crono o a la hora de moverse viven los coches deportivos como este. Estos coches de aspiraciones deportivas también deben demostrar cierta personalidad, cierto carácter capaz de retar al que lo conduce y subir sus niveles de adrenalina. .
BMW 435i Coupé: nuestra puntuación
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A favor
- Accesorios independientes
- Calidad de materiales
- Caja de ocho velocidades
- Confort de marcha
- Consumos contenidos
En contra
- Falta de carácter
- Sonido soso
- Precio de opciones
- Faldón delantero delicado
- Asientos poco deportivos
Ficha técnica
Versión probada | M Performance | |||
Cilindrada | 2.979 cm³ | Tipo de tracción | Trasera | |
Bloque motor | 6 cilindros en línea | Combustible | Gasolina | |
Potencia máxima (CV @ rpm) | 336 | Capacidad del depósito | 60 litros | |
Par máximo (Nm @ rpm) | 450 @ 1.200 – 5.000 | Consumo urbano | 10,2 l/100 km | |
Masa en vacío | 1.600 (sin accesorios) kg | Consumo extraurbano | 5,5 l/100 km | |
Velocidad máxima | 250 (autolimitada) km/h | Consumo mixto | 7,2 l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | 5,1 segundos | Capacidad maletero | 445 litros | |
Transmisión | automática deportiva de ocho marchas | Precio | 70.296 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por BMW. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas
Fotografía | Héctor Ares