¿Os acordáis del lío que se montó en Europa y desde luego aquí también en España cuando Uber comenzó a operar? Uber es un servicio de gestión de transporte con diferentes facetas: gestionar servicios de alquiler de coches con chófer profesional (VTC), de coche compartido (ride sharing), de reparto de comida a domicilio y de servicios de coches con conductor particular.
Los tres primeros servicios no suponen ningún problema con la legislación española correspondiente, pero sí supone un problema el cuarto caso, tal y como os explicamos en su día en un artículo de nuestra página hermana Motorpasión Futuro.
Si un conductor recoge a una persona por petición expresa, la lleva de tal a cual punto y cobra por ello (y no hablamos de compartir gastos) eso exige una licencia, ya sea de taxista, ya sea de VTC, y si no se tiene, el servicio es ilegal. De hecho por eso mismo un juez de Madrid ordenó el cese de actividades de Uber en España en diciembre del año pasado.
Pues bien, ahora resulta que Uber ha presentado una denuncia ante la Comisión Europea porque considera que la decisión judicial de ordenar el cese de sus actividades en España afecta a sus intereses y a los de los consumidores.
Añade que se ha hecho para proteger el monopolio tradicional del taxi, y que además vulnera las directivas de comercio electrónico y de servicios, el principio de neutralidad tecnológica, la libertad de prestación de servicios y la carta de derechos fundamentales de la Unión Europea.
Según Uber, solo es un intermediario electrónico
Uber argumenta que no se dedica a proveer servicios de transporte de pasajeros de pago realizado por conductores particulares sin licencia, sino que solo se dedica a la intermediación electrónica de personas que quieren compartir su coche, y que no es responsabilidad suya lo que hagan o dejen de hacer después conductores y pasajeros. Según Uber deberían tener el mismo tratamiento que las páginas web que venden billetes de avión.
Lo que parece no comentar Uber es que la persona "cliente" indica a la persona "conductor" de dónde a dónde quiere ir, paga según una tarifa, que sugiere Uber, y que además Uber como empresa de intermediación se queda con una comisión del 20 % sobre el importe cobrado. Aquí es donde surge una situación compleja, donde en efecto Uber es solo intermediario, pero de una actividad que vulnera la legislación española.
No es lo mismo esto, que acomodarse al recorrido que vaya a hacer alguien con su coche, por ejemplo cuando se propone un viaje de Madrid a León, y luego se reparten los gastos del viaje entre varias personas (esto es lo que se conoce como ride sharing o coche compartido). En el caso de Uber el conductor no solo cubre gastos, sino que obtiene un beneficio.
Uber dice que UberPop solo es compartir coche
De hecho en Estados Unidos, donde la legislación es diferente y un particular puede ejercer de taxista sin que haya una licencia de por medio como aquí en España, hay conductores que viven con el holgado sueldo que sacan mes a mes con los trayectos que hacen con Uber, de hecho en algunas ciudades el número de desplazamientos y el dinero que se mueve a través de Uber es mayor que el del taxi tradicional.
En su día se dejó claro en España que el servicio UberPop de Uber era diferente a servicios como el de por ejemplo Blablacar: el primero es de transporte de pasajeros (actividad que está regulada en España), el segundo es de coche compartido (ride sharing), y que no se podía considerar UberPop como un servicio de coche compartido como argumentaba la empresa norteamericana.
Uber también ha denunciado en términos muy similares a Francia y a Alemania, que también pusieron pegas a su servicio UberPop, de particulares que transportan pasajeros sin tener una licencia, aunque dice que España ha sido el país más restrictivo y extremista.
No olvidemos que las operadoras de telecomunicaciones (por servicios de internet y aplicaciones móviles) y a las entidades de pago (bancos) cumplieron con la orden judicial de bloquear el servicio de Uber, que ya había comenzado a funcionar en Barcelona, Madrid y Valencia. Veremos al final qué decide la Comisión Europea al respecto.
Vía | El País
En Motorpasión | Uber va contra todos: gobiernos, taxistas... y competidores