Nueva vuelta de tuerca en el caso del atropello mortal del joven ciclista Enaitz Iriondo. La fatal colisión fue en 2004, en una carretera comarcal limitada a 90 Km/h, donde presuntamente Tomás Delgado embistió al chico a 113 Km/h de noche (no lo vio) y cuando se le hizo el test de alcoholemia arrojó un positivo por “tomar un Whisky para calmarse” (sic). El caso saltó a la palestra por que Tomás reclamó a la familia 20.000 euros para reparar los desperfectos ocasionados en su Audi A8.
El caso por entonces ya apestaba, ya que un Audi A8 es una berlina robusta y moderna, que no se hace esos destrozos por una colisión así. La diferencia de velocidades debía haber sido mayor, pero el peritaje de la Guardia Civil cifró la velocidad de impacto en 113 Km/h, sólo 23 Km/h por encima del límite. Como ya señalé en mi blog en su momento, no creí en esa posibilidad. La familia sostenía un peritaje independiente que hablaba de unos 160 Km/h, y ahora se les da la razón.
La Unidad Central de Reconstrucciones de Accidentes de la Guardia Civil de Tráfico ya ha entregado su nuevo informe a la Fiscalía. Esta unidad tiene fama de ser la mejor del país y se ha utilizado tecnología punta para reconstruír el accidente. Llevase el chico chaleco o no, Tomás Delgado se va a meter en un buen lío.
Mientras éste permanece hermético a la prensa, la Fiscalía tiene que pronunciarse sobre este informe. De confirmarse el extremo de que iba tan rápido, podría ser condenado a cuatro años de prisión según señala “El País”. También hay que aclarar la circunstancia del Whisky, ¿lo llevaba en el coche, se lo trajeron, o ya lo tenía encima de antes?
Suponiendo que la velocidad del ciclista era 20 Km/h y que el Audi A8 iba a 160-140 Km/h, siendo un impacto trasero, la diferencia de velocidades es de 140-120 Km/h. Embistiendo a un ciclista y a su bicicleta a esa velocidad neta, ya no me extraña tanto que la factura del arreglo ascienda a 14.000 euros. Los 6.000 restantes de la demanda de Tomás Delgado eran en concepto de un coche de sustitución.
Conduciendo de noche, se me ocurre un buen motivo para no ir tan deprisa: visiblidad. A menos que dispongas de toda la carretera para ti, vista de lince o hipermetropía, buenos faros y luces de largo alcance, entre otras cosas puedes encontrarte súbitamente con un obstáculo que esté lo suficientemente cerca como para que no tengas tiempo ni para frenar o ni para reaccionar.
Vía | Menéame
Caricatura | Davila, para El Faro de Vigo
Fuente | El País
En Motorpasión | Caso Enaitz: el conductor retira la demanda de los 20.000 euros, el juicio seguirá por vía penal