En 2004, un conductor atropelló a un joven de 17 años que circulaba en bicicleta sin casco y sin chaleco reflectante, volviendo al camping donde veraneaba.
Por vía penal, el juez desestimó la demanda de los padres, ya que no hubo infracción criminal según su sentencia. Hasta aquí, todo bien, el coche no tiene por qué ser siempre el culpable.
Aún así, la aseguradora indeminizó a los padres con 33.000 euros al reconocer que el conductor podría haber circulado con exceso de velocidad y contribuir al accidente.
Lo aterrador del asunto llega cuando el conductor reclama a los padres del chico muerto 20.000 euros: 14.000 para reparar los daños de su Audi A8, causados por el cuerpo y la bicicleta del joven, y otros 6.000 euros por el tiempo que estuvo sin coche ya que lo necesita para trabajar, a pesar de que varias fuentes afirman que tiene más coches.
Esta persona, en declaraciones a El País, comenta de la siguiente forma la “necesidad” de la indeminzación:
“Soy empresario industrial [...] No es que los 20.000 euros me hagan falta, pero no tengo por qué renunciar a ellos”
La historia no acaba aquí. Se dice que el conductor podría haber tenido el accidente a 160 km/h en una zona de 90 km/h y que si no hubieran tardado hora y media en hacerle la prueba de alcoholemia hubiese dado positivo (en ese momento dio 0,15 gr/l de alcohol en sangre).
Vía | El País