Cariño, tenemos otra vez un coche en el salón

La casa del señor Curtis, en Haverhill

Aunque parezca mentira, hay gente como Jim Curtis, un ciudadano americano residente en Havervill, Massachusetts, que no está del todo cómodo en su salón. ¿La razón? Cada vez que escucha un frenazo teme no sólo por su casa, también por su vida.

La pasada semana el señor Curtis estaba tecleando en su ordenador cuando escuchó el chirriar de unos neumáticos. Apresuradamente se levantó del lugar donde estaba sentado y se puso a cubierto. Un Dodge Durango irrumpía en su salón, ¡y ya es la quinta vez que le ocurre!

Desde que en 1954 su familia adquiriera la casa, cinco coches han acabado ya en el Salón del pobre señor Curtis. Afortunadamente tanto Jim como el joven que conducía el vehículo han resultado ilesos, aunque la casa sí ha sufrido las consecuencias del impacto.

La tremenda mala suerte de este hombre tiene una explicación. La casa se encuentra muy próxima una intersección muy transitada por un lado y a una esquina muy conflictiva por otro, siendo el blanco perfecto de muchos automóviles fuera de control. Curtis ha pedido ya al Estado que instalen un guardarraíl frente a su casa para evitar nuevos e inesperados visitantes en su salón.

Vía | Jalopnik
En Motorpasión | Hay gente con mucha suerte edición XXXVIII: Cuando evitas una enorme montonera por los pelos

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