Alguien está robando los radares de velocidad a Suecia. Objetivo: ayudar a Rusia en la guerra

No es nada extraño que de vez en cuando algún conductor muy descontento con una multa la tome con un radar de velocidad. Es mucho más inhabitual, sin embargo, que una banda organizada se dedique a robar cientos de radares.

Y es justamente lo que está ocurriendo en Suecia, donde más de un centenar de radares de tráfico, esencialmente en zonas rurales, han sido robados. Más raro aún, servirían para equipar drones rusos de reconocimiento en la guerra contra Ucrania.

En el país escandinavo, los radares de velocidad desaparecen regularmente en circunstancias misteriosas. En los últimos tres meses más de un centenar de cámaras incorporadas a las cajas de los radares han sido robados.

Las cámaras en cuestión suelen ser la Canon EOS 8000D (Canon 760D  en España). No es precisamente el tope de gama del fabricante nipón y es un modelo que data de 2015, pero que sí  integra la función de cámara de vídeo.

Según el diario sueco Aftonbladet, en cada caso los delincuentes desmontaron los radares y se llevaron sólo la cámara. El mismo modelo Canon 8000D encontrado en drones de vigilancia rusos por el ejército ucraniano.

Cámaras domésticas para drones caseros

Por otra parte, al parecer, hubo intercambio de informaciones entre las autoridades ucranianas y suecas sobre los robos. La policía sueca reconoció al mismo diario que estaban al tanto de "la información que circula sobre la relación entre los robos en las carreteras suecas y los drones rusos de fabricación casera".

"Pero no estamos en condiciones de entrar en detalles ni de hablarles de nuestro trabajo de inteligencia", dijo Fredrik Hultgren-Friberg, portavoz de la policía sueca.

Por otra parte, el Ministerio de Defensa ucraniano publicó hace ya un tiempo un vídeo en el que se mostraba el desmantelamiento de un dron ruso que se estrelló en Ucrania. En el vídeo, una cámara Canon está sujeta con velcro a una pequeña placa de acero.

A pesar de su diseño relativamente rudimentario, estos dispositivos se habrían utilizado con éxito para espiar las posiciones defensivas ucranianas.

Parece surrealista que el ejército ruso tenga que recurrir al simple robo para abastecerse en cámaras, pero habida cuenta que está utilizando material bélico anticuado ya nada es sorprendente.

Además, las sanciones de los países occidentales y sus aliados han obligado al ejército ruso a buscar vías alternativas y creativas para poder seguir equipándose.

Por ejemplo, el Kremlin ha recuperado microchips en lavavajillas y frigoríficos para integrarlos en misiles, mientras se organizan convocatorias de donaciones de drones. Las botellas de agua de plástico se utilizan incluso como depósitos de gasolina en los drones.

Foto | Holger.Ellgaard

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