Hablamos con la empresa de Alicante que quiere solucionar el mayor problema del coche eléctrico: "Arreglar una batería debería ser más barato que cambiarla"
En tres años habrá 50.000 toneladas de baterías de coches eléctricos e híbridos que habrá que reciclar. Para lograrlo, la normativa europea exige reciclar al menos el 50% del peso de las baterías que se recuperan y los fabricantes deben hacerse cargo de los costes de recogida, gestión y reciclaje. En este sentido, España se encuentra a años luz de sus vecinos europeos, pero empiezan a aflorar proyectos que pretenden solucionar un problema clave: el alto precio que supone sustituir la batería de un coche eléctrico.
Hemos hablado con una empresa que apunta directamente a la reparación de baterías de vehículos que, o bien se han quedado sin garantía, o bien proceden del mercado de segunda mano: TERA Batteries Recycling.
El éxito del coche eléctrico se basa -o debería basarse- en que sea realmente sostenible y pueda forma parte de una economía circular. Se calcula que para 2030 habrá cerca de 147.000 baterías que necesitarán repararse o reciclarse. A nivel europeo, de hecho, solo para 2027 serán alrededor de 50.000 toneladas de peso de baterías de coches eléctricos e híbridos las que habrá que reciclar, y serán muchas más en 2030.
Según datos de la patronal Faconauto, en España se han vendido hasta noviembre poco más de 45.700 coches 100% eléctricos. Nuestra cuota de vehículos eléctricos puros en lo que va de año se queda en un 5 %, y es casi imposible que logremos el objetivo de 190.000 unidades para 2023.
Aún así, la tendencia es que el número de vehículos eléctricos en las carreteras siga aumentando, y con él la necesidad de establecer una economía circular que otorgue una segunda vida a la baterías y que no obligue a un propietario a deshacerse de su coche porque reparar la batería sea más caro que comprar uno nuevo, como el caso de este Hyundai Ioniq (por poner un ejemplo).
En Europa se ha establecido una extensa red de plantas de reciclaje de baterías, pero, ¿qué pasa con España?
Estos son los proyectos españoles de reciclaje y segunda vida
Sevilla. Renault y el Retrofit. A finales de 2022, Renault inauguró en Sevilla su primera planta dedicada al reacondicionamiento de vehículos (bautizada como ReFactory), con el objetivo de alargar la vida útil de los vehículos de la marca, reparar baterías y la producción y almacenamiento de energía verde entre otros.
Navarra. Por su parte, la compañía BeePlanet Factory ha obtenido financiación del PERTE VEC II para establecer en 2024 una planta de reciclaje y reutilización de baterías de vehículo eléctrico en Navarra por valor de 1,6 millones de euros.
León. Endesa y Urbaser planean abrir a finales de este año una planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos en Cubillos del Sil (León). La nueva empresa gestionará la recogida de baterías eléctricas en España y Portugal, su almacenamiento temporal y su transporte a Cubillos del Sil, para su posterior tratamiento.
Aquí se tratarán las baterías que puedan ser adaptadas su reutilización, y las restantes serán descargadas eléctricamente, desmontadas y sometidas a un proceso de separación y trituración que permitirá reciclar los materiales presentes, como plásticos, aluminio y cobre, así como el 'black-mass', que constituye la fracción rica en metales estratégicos, como son el cobalto y el níquel, ambos esenciales para la fabricación de nuevas baterías.
Alicante. TERA Batteries Recycling va a abrir en Alicante una planta piloto de recuperación, reparación, reutilización y reciclado de materiales de las baterías de vehículos eléctricos. Esta empresa apunta a un problema crucial para los propietarios de coches eléctricos: reparar la batería de un coche que sigue circulando y que está fuera de garantía.
"Es complicado dar un coste medio de la reparación de una batería debido a las diferentes casuísticas, pero será mucho más económico y más rentable que cambiar una batería completa", explica a Motorpasión David Santiago, CEO de TERA Batteries.
Cuando es más rentable desguazar el coche que reparar su batería
Hay fabricantes como Tesla o Stellantis que no lo ponen especialmente fácil a la hora de arreglar una batería, y muchas aseguradoras están empezando a dar por siniestro total el coche cuando ésta tiene algún desperfecto. Y es que rara vez sustituir la batería de un coche eléctrico baja de los 10.000 euros, en el caso de las más pequeñas. En el caso de un Tesla Model S se han dado casos de más de 22.000 euros.
Algunos fabricantes, como Ford o Renault, diseñan sus nuevas baterías en módulos (célula a célula) para que sean fáciles de reparar, o al menos que se puedan cambiar X módulos y no toda la batería. Tesla por su parte ha tomado el camino opuesto con su Model Y, cuya nueva batería es estructural y ha sido descrita como "imposible de reparar".
Pero el principal escollo es la falta de transparencia de los fabricantes. A menudo, un taller independiente no tiene acceso a los datos de la batería ni las herramientas necesarias para poder hacer un diagnóstico y arreglar la batería.
En este sentido, la nueva normativa europea de baterías pretende que éstas sean más duraderas, sostenibles y eficaces, podrían estar a punto de cambiar los estándares de las marcas en cuanto a diseño, fabricación y gestión del reciclaje del principal componente de sus coches eléctricos.
Un proyecto alicantino único en España
En TERA Batteries han encontrado un nicho de mercado: reparar la batería de un coche que sigue circulando procedente de fabricantes y concesionarios, así como de talleres que no estén especializados en baterías, nos detalla el CEO de la compañía.
Los ecoparques se encargan de manipular correctamente los residuos que cada vez más generamos los seres humanos. TERA pretende ayudar a este tipo de instalaciones facilitando el proceso de reciclaje.#ecoparques #bateríaseléctricas #reciclaje #residuos #medioambiente pic.twitter.com/uXlrUY8UVk
— TERA Battery Recycling (@TERASecondLife) August 19, 2022
Uno de sus objetivos, una vez arranque el negocio, es convertirse en empresa referente de la red de talleres, de forma que recurran a ellos cuando un cliente necesita reparar su batería. Según detalla Santiago, "de momento hay marcas que pueden gestionarlo ellos, pero en el futuro puede que no. También se da el caso de un vehículo eléctrico cuya batería ya no tiene garantía como es en el mercado de ocasión".
Cuando hay que cambiar la batería entera es cuando sube el precio (un tercio del valor del vehículo), pero si se le da la opción de repararla puede resultar mucho más asequible. La clave está en el acceso a los componentes que hay que cambiar; como hemos visto hay fabricantes que lo ponen más fácil que otros.
Otra línea de actuación es el reciclaje de segunda vida en una planta piloto automatizada con fondos públicos de la Comunidad Valenciana. Serían máquinas las que desmantelarían y tratarían la batería de forma masiva una vez haya un volumen alto de trabajo, por lo que TERA Batteries está a la espera de instalar la maquinaria necesaria según el volumen de trabajo que ofrezca el mercado.
"Queremos recuperar la mayor parte de los componentes de la batería", detalla Santiago. Sin embargo, a diferencia de otros proyectos como el de Endesa y Urbaser, ellos no se encargan del reciclaje químico, de la conocida como 'black mass'. Para reciclar esta 'masa negra' son necesarias técnicas hidrometalúrgicas consistentes en la disolución parcial o total de los metales en soluciones acuosas con ácidos o bases fuertes y posterior extracción selectiva de metales.
La molienda y posterior tamizado de la fracción no férrea da lugar a la masa negra, la cual se trata con ácidos para disolver los metales que contiene (lixiviación), y se neutraliza para obtener las sales metálicas. También es posible hacerlo a través de métodos pirometalúrgicos.
En TERA se procede al desmantelamiento de la batería, caracterizar los módulos y hacer una valorización de la batería. Aprovechan los componentes que sirven funcionando para usos diferentes al automovilístico: residencial, industrial, energías renovables o almacenamiento energético, a un precio inferior que si fueran baterías nuevas.
De momento un nicho de mercado en España, pero que será necesario según avanza la penetración del coche eléctrico. Sobre todo si el objetivo es que sea realmente 'ecológico'. Lo cierto es que estos negocios son en la actualidad fruto de iniciativas privadas apoyadas con fondos públicos, pero deberían ser una prioridad en España y parte de su agenda si lo que realmente se pretende es incentivar el vehículo eléctrico.
