El pasado 28 de mayo se confirmó el desastre: Nissan anunció el cierre de las plantas catalanas de la Zona Franca, Sant Andreu de la Barca y Montcada i Reixac, afectando a unos 3.200 trabajadores y provocando desde entonces protestas y huelgas.
Sin embargo, la compañía nipona ha decidido salvar, de momento, el centro de recambios de El Prat de Llobregat, que emplea a unas 120 personas y daría servicio a los concesionarios y talleres de la marca.
El 30 de junio habrá mesa de negociación
Aunque los sindicatos ya se esperaban que el centro de recambios no formara parte de la huida de Nissan de Cataluña, no supone una gran mejora en el plan.
La clausura definitiva de las plantas de Zona Franca, Sant Andreu de la Barca y Montcada i Reixac podría producirse en diciembre, y forma parte de un plan de ajustes para dejar de producir 1,2 millones de unidades a nivel global.
De esta forma, el fabricante quiere mitigar el exceso de capacidad de producción.
Según ha explicado el fabricante, el periodo de consultas con los comités de empresa para negociar el cierre de estas factorías se abrirá el 30 de junio.
Nissan cuenta con cinco plantas en Cataluña, ubicadas en Montcada i Reixac (donde sus rabajadores están en huelga desde el 4 de mayo), la Zona Franca de Barcelona, Sant Andreu de la Barca, El Prat de Llobregat y el Puerto de Barcelona.
La multinacional japonesa fabrica vehículos en Barcelona desde 1983 y actualmente emplea a unas 3.000 personas en la zona, generando 30.000 puestos indirectos.
En los últimos años, las condiciones del mercado han provocado que los volúmenes de producción caigan por debajo del 25 % de la capacidad de la planta, afectando a su competitividad, según argumenta.
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