El Mercedes-Benz Clase G está gozando en estos años de su mejor salud, a pesar de que es un modelo que apenas ha cambiado desde el año 1979. Dicen que se renovará el próximo año, pero lo cierto es que viendo sus cifras de ventas, es cuestionable plantearse si merece la pena cambiarlo o no.
Porque en lo que va de año, se han fabricado ni más ni menos que 20.000 unidades del Mercedes-Benz Clase G en la planta de Magna Steyr en Graz (Austria) donde se lleva produciendo desde 1979. La unidad en cuestión que ha marcado este hito, ha sido un G 63 AMG similar al que probamos hace ya unos años (parte 1 y parte 2), aunque en este caso en color blanco y con algunos detalles específicos de acabado designo.
Con más de 37 años a sus espaldas, el Clase G se ha convertido en todo un icono del mundo del todoterreno, un coche que cualquiera puede identificar a primera vista. Más de 250.000 unidades se han vendido desde que se puso a la venta, y parece que mejora con los años. ¿De verdad es necesario cambiarlo?
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