El buque insignia de Sant’Agata Bolognese, el Lamborghini Aventador, acaba de alcanzar las 10.000 unidades producidas. En concreto, el modelo que ha cosechado este nuevo récord para la firma es un Aventador SVJ Roadster, que está destinado a un cliente en Tailandia.
Nueve años han pasado desde que llegara al mundo el Lamborghini Aventador, sucesor como modelo top de la firma italiana del Murcielago: así, casi una década le ha costado conseguir esta cifra, que ya han firmado el Lamborghini Huracán y el Lamborghini Urus.
No obstante, hay que tener en cuenta que es su modelo más caro, contando por tanto con tiradas más cortas, por lo que no extraña que haya tardado más en llegar a estas 10.000 unidades. El Huracán las alcanzó en 2018, tras cuatro años en activo, y el SUV Urus sólo ha necesitado dos para conseguir dicho número, y ya apunta a convertirse en el mayor superventas de la historia fabricante transalpino.
Lamborghini lleva dos años consecutivos batiendo récord de ventas, lo hizo en 2018 con 5.750 entregas en todo el mundo, y de nuevo en 2019 llegando a las 8.205 unidades comercializadas. De las mismas, el Urus atesora el 60 % de las ventas, con 4.962 modelos matriculados, seguido del Huracán (2.139) y el Aventador (1.104).
Un superdeportivo con muchas caras en cerca de una década
El Lamborghini Aventador número 10.000 es un SVJ, la última variante en llegar de este superdeportivo y también la de mayor entrega de la familia: en su caso el bloque atmosférico V12 de 6.5 litros de la casa alcanza los 770 CV de entrega y los 720 Nm de par.
Esta unidad de récord viste en gris claro Grigio Acheso con acentos en rojo Rosso Mimir. Su interior, personalizado a gusto del cliente por Lamborghini Ad Personam, va en combinación con el exterior, mandando el rojo Rosso Alala combinado con detalles en negro.
En su casi una década de vida, el Lamborghini Aventador ha ido mutando paulatinamente su familia: el primero en llegar, en 2011, fue el Aventador LP 700-4, con un chasis monocasco de fibra de carbono, tracción integral y el V12 6.5 de 700 CV, tal y como indica su denominación.
Al año siguiente se estrenó el Lamborghini Aventador Roadster, con idéntico corazón al LP 700-4 y un techo de fibra de carbono dividido en dos secciones de seis kilos de peso, aunque el conjunto respecto al coupé se elevaba 50 kilos más en total. Pese a ello, sus prestaciones eran casi idénticas a la versión cerrada: aceleración 0-100 en 3,0 segundos y una velocidad máxima de 350 km/h.
Antes, en el Salón de Ginebra 2012, otra versión descapotable era desvelada, el impresionante Aventador J, también con idéntica entrega que el primero de los Aventador.
A finales de 2016 llegó el recambio para el LP 700-4 de la mano del Aventador S, que estiraba la potencia del bloque V12 hasta los 740 CV y venía con ligeros cambios estéticos, además de una revisada aerodinámica. Aunque previamente cerró su primer capítulo con una variante más deportiva, el LP 750-4 Superveloce.
Siete años después del inicio de producción del Aventador, en 2018, el superdeportivo recibía otra vuelta de tuerca con el Aventador SVJ, o SuperVeloce Jota, que, con 770 CV y 720 Nm de par, sigue manteniéndose como el coche de producción más rápido en Nürburgring con una marca de 6 minutos y 44 segundos (6:44.97). Su producción está limitada a 900 unidades, a las que pertenece este Aventador número 10.000.
Por último, el año pasado el SVJ se descapotó con su variante Roadster, manteniendo la misma mecánica que el coupé y postulándose como uno de los cabrios más rápidos y efectivos jamás concebidos, capaz de acelerar desde parado hasta los 100 km/h en 2,9 segundos y a los 200 km/h en 8,8 segundos.
Tampoco han faltado en estos últimos años ediciones especiales, como por ejemplo el Aventador SVJ 63 Roadster, limitado a 63 unidades en honor al año de fundación de la compañía italiana (1963), o el Aventador Miura Homage, con sólo 50 unidades programadas y y que rendía tributo al Miura original con una espectacular carrocería bitono.
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