¿Os acordáis de Dhiaa Al-Essa? Seguro que si, si os digo que es un joven de origen árabe del que os hablé el año pasado en Motorpasión. No es piloto, no pertenece a la directiva de ninguna marca de coches, ni siquiera ha batido un record de conducción eficiente.
Os hablé de él hace un año porque con solo 21 años tenía una de las mejores colecciones de coches modernos del mundo. Eran entonces 30 coches, que cada verano repartía por ciudades como Londres, París y Nueva York para poder utilizarlos durante los meses en que estar en su país es un auténtico suplicio por las altas temperaturas.
Pues bien, recordaréis que estaba esperando un Koenigsegg Agera y un Bugatti Veyron. Esos ya los tiene en el garaje, pero ahora quería algo más. Quería unir a su colección de tres Lamborghini, el último modelo de la casa de Sant’Agata Bolognese, el Lamborghini Aventador. Y para ello ha pagado 50.000 euros más del precio habitual.
Dhiaa Al-Essa no quería un Lamborghini Aventador cualquiera, quería el primer Lamborghini Aventador de toda Arabia Saudí. Y por ello tuvo que ponerse en contacto con una compañía de venta de coches de lujo de Inglaterra. El encargo era claro, “quiero el primer Lamborghini Aventador de Arabia Saudí, así que daros prisa“.
Los expertos de la empresa, comenzaron a buscar una unidad del Lamborghini Aventador disponible en Europa. No era tarea sencilla, ya que en este tipo de coches, los compradores suelen pelearse por tener el suyo lo antes posible. Pero localizaron una unidad de color naranja, uno de los favoritos de Dhiaa Al-Essa.
Así que le comunicaron que hacerse con él le costaría unos 50.000 euros más del precio habitual del coche. No era problema para él, no olvidemos que tiene una colección de coches valorada en más de 4 millones de libras. Así pues, el coche fue transportado primero en camión hasta Londres, y desde allí hasta Arabia Saudí en avión.
Menos mal que esta vez el transporte le salió mejor que el del Ferrari 458 Italia personalizado por Dolce Gabanna que ardió en el aeropuerto de Heathrow. Dhiaa Al-Essa ya tiene lo que quería, y luce con orgullo su nuevo coche (y el resto en su perfil de Facebook).
Lo que no entiendo es como un cliente de este nivel, no descuelga el teléfono para hablar directamente con Stephan Winkelmann y pedirle el coche lo antes posible.
¿No tenéis una envidia increíble por ser como él? Yo solo en algunas cosas…
En Motorpasión | Dhiaa Al-Essa, un joven con suerte y 3,5 millones de libras en coches