Donald Trump pasará a la historia como el presidente de los Estados Unidos más prolífico para la prensa. Cada vez que abre el Twitter, se desata el caos en el tablero de las relaciones internacionales, literalmente. Después exenciones con condiciones, de amenazas y de periodos de gracia, Trump ha ejecutado finalmente su guerra comercial contra Europa, Canadá y México.
Esto se traduce en los ya conocidos aranceles del 25 % al acero y del 10 % al aluminio. Además, según un diario alemán, Trump ha amenazado con bloquear a los fabricantes alemanes de coches de lujo en el mercado estadounidense -Daimler para ser exactos-, y todo esto mientras se reunía con Kim Kardashian (sí, lo estás leyendo bien) para debatir sobre el sistema penitenciario. La imagen de la reunión, inquietante.
¿Iniciar una guerra contra mis aliados? ¡Claro que sí!
Las negociaciones que había dejado abiertas el presidente estadounidense para establecer un acuerdo que resulte beneficioso para el déficit de su país se han acabado: los gravámenes ya han entrado en vigor y Bruselas ha respondido.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha anunciado que Europa va a contraatacar: "Es puro y simple proteccionismo. Estados Unidos no nos deja otra opción que proceder a presentar el caso ante la Organización Mundial de Comercio e imponer más aranceles a una serie de importaciones de Estados Unidos", ha comunicado.
FAIR TRADE!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 31 de mayo de 2018
Bruselas, que está acumulando experiencia en materia de guerras tarifarias con Estados Unidos, ya presentó una lista de productos estadounidenses que gravar por valor de 6.400 millones de euros, una cifra equivalente a las ventas europeas de acero y aluminio a Estados Unidos.
American tariffs on Canadian aluminum & steel are unacceptable. As we have said, we will always stand up for our workers, and today we’re announcing retaliatory measures to this attack on our industry.
— Justin Trudeau (@JustinTrudeau) 31 de mayo de 2018
Por su parte, Canadá ha hecho lo propio e impondrá aranceles contra productos estadounidenses por valor de más de 5.000 millones de dólares, al igual que México.
Daimler, ante un posible veto de Trump
La revista alemana Wirtschaftswoche asegura que Trump le comunicó la presidente francés Emmanuel Macron que tiene en mente bloquear a los fabricantes alemanes de coches de lujo en el mercado estadounidense, en concreto a Daimler.
Alemania es la principal perjudicada por la sufrida de tarifas en Europa, y se ha esmerado en ofrecer incentivos comerciales a Washington para evitar el desastre, sin éxito. Y es que la guerra tarifaria podría suponer un coste de unos 5.000 millones de euros a los fabricantes de automóviles alemanes. Además, dentro de la Unión Europea, Alemania es el mayor exportador de automóviles a los Estados Unidos.
Según las informaciones, el presidente estadounidense quiere evitar que los modelos Mercedes-Benz rueden por las calles de Nueva York. "En la visita de Macron a Washington en abril, Trump dijo que mantendría su política comercial hasta que no hubiera modelos Mercedes en la Quinta Avenida en Nueva York", ha publicado el diario alemán.
Audi y Porsche son particularmente vulnerables porque no tienen fábricas en los Estados Unidos, mientras que Mercedes-Benz y BMW tienen grandes plantas que podrían permitirles ampliar la capacidad de producción local si las importaciones se redujeran.
A todo esto al mandatario aislacionista le ha dado tiempo entre desplantes a Corea del Norte y guerras tarifarias a recibir a la estrella de los realities Kim Kardashian en la misma Casa Blanca. Según la terrorífica imagen que ha subido a Twitter (terrorífica = ¿qué le pasa en la cara?) estuvieron hablando de reformas carcelarias y condenas. Kardashian ha pedido el indulto a una mujer condenada a cadena perpetua.
Great meeting with @KimKardashian today, talked about prison reform and sentencing. pic.twitter.com/uOy4UJ41JF
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 30 de mayo de 2018
No hay más preguntas, señoría.