Stellantis, el cuarto mayor fabricante de coches del mundo, está en plena búsqueda de un nuevo CEO tras la salida de Carlos Tavares en diciembre de 2024.
Pero más allá de gestionar el día a día del gigante automotriz, el nuevo líder tendrá que tomar una de las decisiones más difíciles: cómo se reorganizará el Grupo y si se mantendrán o no a largo plazo todas las marcas del Grupo.
La reestructuración de Stellantis: una decisión inevitable
El Grupo Stellantis, nacido en 2021 de la fusión entre PSA (Peugeot, Citroën, Opel) y FCA (Fiat-Chrysler), cuenta con una cartera de 14 marcas, la mayor entre los grandes fabricantes. Sin embargo, esta diversidad también ha derivado en problemas de rentabilidad y solapamiento de productos.
Esto, unido a hechos como que las ventas globales de coches eléctricos no acaban de despegar, pues la falta de ayudas estatales y una infraestructura de recarga a la que aún le queda camino por delante para ser más sólida, no ayuda... son algunos de los factores que llevan al gigante automovilístico a la necesidad de una reestructuración.
El ex CEO del Grupo, Carlos Tavares, había establecido un plazo de diez años para que cada marca demostrara su viabilidad, pero el calendario se ha acortado drásticamente.
"Revisaremos el rendimiento de cada marca aproximadamente a los dos tercios del plan Dare Forward 2030, por lo que cabe esperar decisiones en dos o tres años", declaró Tavares en octubre de 2024. Esto significa que en 2026 algunas marcas podrían ser eliminadas, aunque aún no hay confirmación oficial... y eso con el nuevo CEO podría cambiar.
Lo que dicen las cifras de Stellantis
Según las cifras de Reuters, algunas marcas presentan cifras bajas, como por ejemplo las tres premium, debido a su baja cuota de mercado. Eso no quiere decir que sean necesariamente las menos rentables, pero en Europa, DS, Alfa Romeo y Lancia sumaron apenas un 0,3 % del mercado en 2024, mientras que Peugeot, la marca más vendida del grupo, alcanzó el 4,9 %.
En el caso de Maserati, aunque Tavares aseguró en su día "que no se tocaría", ahora no está tan claro, pues sus ventas han caído en picado: en la primera mitad de 2024, las ventas mundiales de la marca italiana cayeron un 50 %, pasando de 15.300 unidades a 6.500. Según analistas, la falta de una estrategia de marketing adecuada ha sido uno de sus principales problemas.
En el mercado estadounidense, Dodge y Chrysler también enfrentan dificultades. Chrysler apenas se sostiene con el monovolumen Pacifica, mientras que Dodge ha visto reducida su oferta a un muscle car y un SUV.
A pesar de sus limitados catálogos, ambas marcas cuentan con cierto reconocimiento entre los conductores estadounidenses, lo que podría jugar a su favor para mantenerse dentro del grupo.
La presión de los inversores y el futuro del grupo
John Elkann, presidente de Stellantis, ha dejado claro que el futuro CEO debe estar preparado para tomar decisiones drásticas. "Cualquier aspirante sin una idea clara sobre qué marcas eliminar no es el candidato adecuado", afirmó una fuente cercana a Elkann citada por Reuters.
Los inversores también ven con buenos ojos una reducción del portafolio. "Si no pienso con el corazón, sino como inversor, vería muy positivo que el nuevo CEO esté decidido a revisar la cartera de marcas", declaró Fabio Caldato, de Acomea SGR.
Uno de los mayores retos que enfrenta Stellantis es la transición hacia la electrificación. Las expectativas de ventas de coches eléctricos no se han cumplido, lo que ha afectado los planes de financiación de varios modelos dentro del grupo. Esto ha provocado ajustes, como el desarrollo apresurado de un Fiat 500 híbrido para satisfacer la demanda.
A esto se suma la feroz competencia china en el mercado europeo. Stellantis ha buscado reforzar su presencia con una alianza con Leapmotor, pero las marcas propias del grupo han tenido dificultades para posicionar sus modelos electrificados. El Citroën C3 eléctrico, anunciado como uno de los coches 100 % eléctricos más asequibles fabricados en Europa, podría ser un modelo clave para revertir la tendencia.
La búsqueda de un nuevo CEO en Stellantis no sólo parece un cambio de liderazgo, sino el preludio de una reestructuración profunda en el Grupo. En menos de dos años, algunas marcas podrían desaparecer, y la decisión final marcará el rumbo de uno de los gigantes del sector automotriz.
Imágenes | Reuters, Stellantis