SEAT acaba de anunciar a los sindicatos su intención de presentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para sus tres centros de trabajo situados en Cataluña, ya que la persistente escasez de microchips que afecta al sector en todo el mundo sigue sin dar tregua a las plantas españolas y, por tanto, ahogando la producción de coches.
Aunque la compañía ya aplicó un expediente similar entre enero y mayo de este año, el nuevo ERTE afectará de forma inminente en torno a 11.000 trabajadores y en principio está previsto que comience el 27 de septiembre y se prolongue hasta el 30 de junio de 2022.
SEAT León y CUPRA Formentor: efectos colaterales del ERTE
Tanto en la factoría de Martorell, como en el centro de la Zona Franca de Barcelona y en la fábrica de componentes de El Prat de Llobregat, se favorecerá la afectación sobre voluntarios, según un portavoz de la compañía. Su alcance y condiciones se determinarán durante las negociaciones entre la dirección y los representantes sindicales.
Además del ERTE, SEAT podría desconvocar de forma paralela nuevos turnos de trabajo si los componentes no llegan en cantidades suficientes como para soportar la producción, pues en lo que va de año ya se habrían perdido unos 150.
La acumulación de turnos de trabajo desconvocados ya casi han acabado con el margen de flexibilidad del convenio colectivo y “la asunción de pérdidas por parte de la compañía”, tal y como ha declarado Rafael Guerrero, secretario general de CCOO en SEAT.
Así, los turnos de trabajo que podrían anularse por el momento son los del turno de noche en la línea 2, encargada de ensamblar los SEAT León y CUPRA Formentor. Según ha señalado el vicepresidente de recursos humanos y organización de la automovilística, Xavier Ros, la demanda de los modelos Seat y Cupra se encuentra en niveles pre-COVID19 y desde la compañía “seguirán haciendo todo lo posible para entregar la alta demanda a los concesionarios y clientes”.
Desde principios de año, la planta de Martorell Barcelona ha dejado de fabricar aproximadamente 40.000 coches por el problema de los chips, y el mismo presidente de la compañía, Wayne Griffiths, reconoce que la crisis de microchips tendrá un “fuerte impacto” en los resultados de este año.
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