Italia acaba de dar un ultimátum a Stellantis. La razón es un retraso en los planes para construir una nueva planta de baterías en el país junto a ACC (Automotive Cells Company), y ante la falta de respuesta del consorcio, el ministro de Industria italiano, Adolfo Urso, ha amenazado con quitarles los fondos: "Si Stellantis no nos da una respuesta positiva en cuestión de horas, trasladaremos los fondos a otra parte. No podemos permitirnos perder estos fondos porque Stellantis no cumpla con sus compromisos", ha dicho Urso en declaraciones recogidas por Reuters.
Mientras tanto, España otorgará un total de 116,4 millones de euros procedentes de la línea del Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado para la producción de baterías en Vigo. Casi tres millones más de lo que le fue adjudicado inicialmente.
A Stellantis le va mal en EEUU pero tiene compromisos en Europa
Stellantis no está para tirar cohetes. A unos malos resultados financieros en el que es su principal mercado, EEUU, se une una espantada de altos directivos, acusaciones de mal ambiente laboral y de ofrecer una línea de productos obsoleta y demasiado cara. La única forma de enmendar la situación, creen los analistas, es la disciplina financiera, y desembolsar unos 2.000 millones de euros en una nueva planta de baterías en Italia puede que no se ajuste a este plan.
ACC, una empresa conjunta de baterías en la que Stellantis es el mayor inversor, tiene planes de construir tres gigafábricas en Europa. Pero a principios de este año dijo que estaba suspendiendo las obras en dos de ellas, en Italia y Alemania, mientras la empresa cambia a baterías de menor costo en medio de una desaceleración de la demanda de vehículos eléctricos. La de Francia comenzó a funcionar el año pasado, junto a Total Energies y Mercedes-Benz.
La de Termoli, en Italia, tiene especialmente enfadado al Gobierno italiano, que ha amenazado a Stellantis con llevarse los fondos "a otra parte". Por su parte el consorcio asegura que "está mejorando actualmente el plan de la gigafábrica de Termoli, así como la de Alemania, para introducir una nueva tecnología para la producción de células y módulos, para estar en línea con la evolución del mercado", detalla Reuters.
En España la cosa pinta distinta pues Stellantis ha recibido cerca de 116 millones de euros de fondos europeos para impulsar la producción de baterías en Vigo y adaptar las plantas para la fabricación de coches eléctricos, una inversión que supondrá al barco capitaneado por Carlos Tavares 4.000 millones de euros.