La reindustrialización de Nissan Barcelona, en la cuerda floja: podría perder una de las tres factorías y poner en riesgo todo el proyecto

Nissan todavía no ha terminado de retirarse de sus fábricas de Barcelona, que ya surgen los primeros contratiempos en la reindustrialización de sus antiguas factorías.

Los dueños de la planta de Sant Andreu de la Barca anunciaron que finalmente irán por libres. Según informa La Vanguardia, los propietarios prefieren buscar un nuevo inquilino para su planta por su cuenta, sin pasar por la mesa de de reindustrialización que coordina KPMG.

La planta de Sant Andreu es propiedad de la familia Villabona y se han propuesto renovar las instalaciones para poder alquilarlas de nuevo. Para los sindicatos, “esto implicaría un retraso en la implantación del hub”. Y es que QEV contaba con la maquinaria de Sant Andreu para fabricar los chasis y otros elementos de sus futuras pick-up y furgonetas.

Ante esta situación se propuso llevar la maquinaria a la planta de Montcada i Reixac y, de paso, agrupar todo el proceso de estampación. El problema es que la fábrica de Montcada se la quería quedar el fabricante de motos Silence, propiedad del grupo Acciona. La empresa “lanzó un ultimátum para que se le adjudique ya la fábrica de Montcada y descartó como alternativa ocupar una parte del espacio de la Zona Franca”.

Según Miguel Ruiz, del sindicato Sigen-Usoc, “el proyecto de Silence puede encajar perfectamente en la Zona Franca”. Según él, la negativa de Silence se debe a que ya ha llegado a un acuerdo con Nissan, dueña la factoría de Montcada, mientras que si se instala en Zona Franca deberá pagar un alquiler.

Un futuro incierto para el hub de QEV y las nuevas instalaciones de Silence

Así, mientras el futuro de las plantas de Sant Andreu, de Montcada y del plan de QEV se hace cada vez más incierto, en Zona Franca sólo se ha llegado a un nuevo acuerdo. Además del famoso hub de QEV, en el proyecto entraría ahora una empresa logística. Esta ocuparía los terrenos que ocupan hoy el parking y el circuito de la fábrica.

Esa empresa podría construir ahí hasta tres alturas y le daría una superficie de 200.000 metros cuadrados. No se ha concretado qué empresa logística podría entrar en el plan, pero los sindicatos exigen que esa empresa esté relacionada con la actividad industrial del hub liderado por QEV.

De momento, el proyecto de reindustrialización empieza a hacer aguas. Inicialmente, ni autoridades ni sindicatos querían un enésimo centro logístico en Zona Franca. Sin embargo, con los contratiempos que afectan a la propuesta de Silence y, de rebote, a una parte de la QEV (necesitan la factoría de Sant Andreu), ya se ha abierto la puerta a que pueda entrar una empresa logística.

La propuesta de Silence, centrada en Montcada, es la más concreta hasta la fecha. Pasa por fabricar 25.000 motos eléctricas y 40.000 cuadriciclos eléctricos en dos líneas de ensamblaje. A esta producción se le sumarían la producción de 120.000 baterías. La inversión total de la propuesta, presentada a la mesa de reindustrialización, es de 30 millones de euros. Sin embargo, parece que se quedará en nada si no le adjudican las naves de Montcada.

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