Por qué un fabricante chino puede clonar un coche y no pasa nada
Rolex de imitación, zapatillas Adidas con cuatro franjas o bolsos falsos de Louis Vuitton. China tiene el sambenito de la producción de objetos falsificados o de imitación, según como se le quiera llamar. Y los automóviles, como ya sabes, también son objeto de imitaciones por parte de algunos fabricantes chinos.
La lista de automóviles occidentales o nipones que esos fabricantes chinos han copiado es larga, algunos son tan famosos que ya tienen su hueco en la historia del automóvil. Lo más curioso es que las copias chinas de coches se venden al lado -a veces de forma literal- del original y no pasa nada. Incluso cuando se topan unos con otros en las calles. ¿Cómo es eso posible? ¿No existen leyes de protección de la propiedad intelectual? Como siempre, no hay una respuesta fácil, nada es blanco o negro, sino más bien de un gris tan espeso como el casi eterno smog de Pekín.
Clones, copias y parecidos razonables
El Landwind X7, fabricado por Jiangling, y el Zotye SR9 -o T700- son dos ejemplos de automóviles copiados con descaro por dos fabricantes chinos y que salieron poco después del lanzamiento de los "originales". El primero es una copia del Range Rover Evoque, mientras que el segundo lo es del Porsche Macan. En ambos casos estamos hablando de copias casi idénticas, de lejos los podrías confundir.
Las principales diferencias se sitúan en los faros, tanto en las formas como en las tecnologías empleadas, pero es todo muy sutil. De hecho, incluso las dimensiones son casi calcadas. Por ejemplo, el Zotye SR9 mide 4.744 mm de largo con una batalla de 2.850 mm frente a los 4.681 mm de largo y 2.807 mm de distancia entre ejes del Porsche Macan. Y en ambos casos, los interiores también son copias del Macan y del Evoque.
Al final, las dos principales diferencias, lógicamente, entre una copia y el original son el contenido tecnológico y el precio.
Sin contenido ni I+D
El Zotye SR9 equipaba un 2.0 litros turbo de 190 CV en el momento de su lanzamiento y posteriormente se le unió en l agama un propulsor de 1.5 litros y 150 CV. La gama del Porsche Macan arranca con un 2.0 litros turbo de 252 CV y sigue con el Macan S y su V6 3.0 litros turbo de 340 CV. Del Macan Turbo ya ni hablamos... Curiosamente, el Landwind X7 equipa los mismos motores que el Zotye. Y es que los produce la Shenyang-Mitsubishi, una joint venture entre las dos compañías, que ha producido desde 1998 ya más de 3 millones de motores.
Y esto es sólo el aspecto más visible. Complejos sistemas de ayuda a la conducción o la pantalla táctil están ausentes del SR9. En cuanto a los materiales empleados y la calidad de fabricación de estas copias no pueden estar a la altura de los originales habida cuenta del precio al que se venden. Pero me hago una idea, pues todavía recuerdo los ajustes de paneles de los BYD expuestos en el Salón de Ginebra de hace unos años: entre la aleta delantera y la puerta podáis meter un dedo en la zona más ajustada.
... pero a precio de derribo
En cuanto al precio, es la baza de esos modelos. Un Landwind X7 cuesta el equivalente de unos 24.000 dólares en su versión más equipada, mientras que un Range Rover Evoque cuesta allí unos 72.000 dólares. Las mismas diferencias se aprecian entre el Zotye SR9 y el Porsche Macan, pues la copia china puede adquirirse por 24.000 dólares, mientras que el Macan cuesta 83.000 dólares.
Copiar un coche, o cualquier otro producto manufacturado que precise de I+D y con un nombre muy asentado es algo que en los mercados occidentales no gusta. Ya no porque las compañías afectadas puedan interponer demandas que ganarán, sino porque los clientes para este tipo de productos son más bien pocos. Nadie en su sano juicio compraría una copia de un iPhone o de un Samsung, por ejemplo. En China, sin embargo, ocurre lo contrario.
La culpa es de los otros, que son muy caros
En el caso del Landwind X7 y del Zotye SR9, las ventas son boyantes. Según Tycho de Feijter, corresponsal de Forbes en China y fundador de CarNewsChina, la clientela culpa a la marca del original por vender su producto demasiado caro. Es decir, si los precios de un Range Rover Evoque o de un Porsche Macan fuesen más competitivos, no habría copias.
Esa actitud evidencia que el mercado chino, por muy grande que sea, sigue siendo muy inmaduro. Y es que en el precio de los originales hay que tener en cuenta el contenido tecnológico, las inversiones en I+D, la calidad de fabricación, los aranceles en algunos casos, etc. Otra cosa es que, incluso en Europa o Estados Unidos, la clientela considere que un Macan o un Evoque son demasiado caros para lo que son, pero eso es otro tema.
Por qué no pasa nada con las copias chinas de coches
Sin embargo, a pesar de la existencia de esas -y otras copias- las marcas afectadas poco pueden hacer. Mientras se enfrascan en juicios interminables, las copias chinas de coches se siguen vendiendo. Honda, por ejemplo, tardó 12 años en ganar el juicio contra un fabricante local. Jaguar Land Rover demandó a Landwind en el verano de 2016, pero el X7 -en venta desde 2014- representa el 60 % de las ventas de Landwind. Sí, existen leyes de protección de propiedad intelectual, pero sencillamente no se aplican o muy mal. Tanto es así que en Porsche no se han planteado demandar a Zotye. Por cierto, Zotye también clonó, entre otros, el Volkswagen Tiguan y el Audi Q5. Y efectivamente, no pasó nada.
Según Steven Feldman, profesor de ética en los negocios en la Universidad Case Western Reserve de Ohio, China aceptó implantar leyes sobre la propiedad intelectual para poder acceder a las organizaciones internacionales de comercio. Sin embargo, por su "condición de país en desarrollo" no quiere ni puede aplicarlas para no perder su competitividad frente a las empresas de países más desarrollados.
La clave está en el I+D
Al final, la cuestión para las marcas no es tanto saber cómo defenderse de las copias, pues saben que en un momento dado es muy probable que copien alguno de sus productos, sino aceptarlas si quieren vender en China. Y la mayoría lo aceptan: no pueden estar ausentes de ese mercado. Y es que al final, con los recursos financieros y de mano de obra de la que disponen muchas empresas chinas, pueden perfectamente hacer ingeniería inversa y empezar a producir un modelo rival.
Si esa marca no está presente en China, el día que su rival chino llegue a occidente con un producto igual de bueno -o incluso mejor- será demasiado tarde para esa compañía. Porque es evidente que llegarán. En 2006, en China se registraron 171.000 patentes, en 2010 fueron 314.000 y en 2015 se registraron más de un millón de patentes. Por lo tanto, sí en China también se invierte en I+D. Y cada día más.
En el mercado chino, un mercado todavía muy joven, lo importante es estar presente y asentar la marca para el día de mañana. Debes estar presente aunque hagan clones de tus coches, pues mientras hacen copias, no invierten en I+D. Y cada día que pasa, los Zotye y Landwind se quedan cada vez más atrasados.