Últimamente está resurgiendo con fuerza el concepto de 'peaje urbano' ante algunos planes de restricción de tráfico rodado como son Madrid Central o la Zona de Bajas Emisiones permanente que pondrá en marcha Barcelona el año que viene. Pero son medidas distintas.
Lo cierto es que en España aún no se ha copiado este modelo de tarificación variable que ciudades como Londres, Oslo, Milán, Singapur o Gotemburgo ya tienen desde hace tiempo, aunque las grandes concesionarias en España ya lo han propuesto.
¿Qué es un peaje urbano? Londres como ciudad pionera
El llamado peaje urbano consiste en un sistema de tarificación inteligente que adapta el precio en los carriles al nivel de congestión; esto es, a mayores atascos, mayor será el precio que se paga por entrar y salir de la ciudad y viceversa.
También influye el horario, pues en horas puntas la tarifa aumenta.
Por otro lado se establecen en algunos casos carriles rápidos que permiten una velocidad determinada y el pago por el uso de la vía se efectúa a través de una pegatina colocada en el coche o con un traspondedor electrónico.
De esta forma, el acceso a las grandes ciudades tiene un precio. La denominada 'tarifa de congestión' de Londres, ciudad pionera en la implantanción de estos sistemas -se introdujo en 2003-, funciona como una tasa que se aplica a determinados conductores que circulan en la zona central de la ciudad. Entrar en esta zona cuesta 11,50 libras al día (unos 13 euros).
La tasa diaria debe ser pagada por el dueño de un vehículo privado que entra, sale o se desplaza por la zona delimitada desde las 7 de la mañana a las 6 de la tarde en días laborables.
Por su parte, el impuesto de congestión de Estocolmo, que se implantó en forma permanente en 2007, utiliza un sistema de cobro electrónico de peajes.
Londres es el principal ejemplo, pero hay más. Francia regulará, en el caso de que las ciudades los quieran instaurar, un sistema de peaje urbano con límites máximos que serán de cinco euros al día por coche en las grandes urbes como París, Lyon y Marsella, y 20 euros para los camiones.
Algunos vehículos como los autobuses, minibuses, taxis, servicios de emergencia, motocicletas, bicicletas y coches eléctricos y de energías alternativas, están exentos de pago. En el caso de Londres, los residentes de la zona obtienen un descuento del 90 % sobre el precio si pagan el peaje por una semana o más de una sola vez.
¿Qué ventajas supone?
En el caso del peaje urbano londinense, la compañía encargada de recaudar el peaje es la empresa pública Transportes de Londres, por lo que los beneficios revierten directamente en el sistema de transporte público y sus infraestructuras.
Por otro lado, un estudio elaborado por la consultora Idencity estima que la introducción de peajes urbanos en Madrid y Barcelona sacaría de la circulación 190 millones de coches contaminantes y reduciría la contaminación un 11 %.
También asegura que aumentaría el uso del transporte público y se reducirían los accidentes de tráfico, los atascos, los problemas respiratorios e incluso las muertes por enfermedades provocadas por la contaminación.
¿Qué inconvenientes presenta?
Uno de los principales debates que suscita la implantación del peaje a las puertas de las ciudades es la discriminación, por castigar a las personas con menos recursos: si pagas, puedes meter tu coche contaminante en el centro.
Otro punto que no debemos perder de vista es el interés de las empresas privadas por instalar estos sistemas de tarificación variable: Seopan, la patronal de grandes constructoras y concesionarias, argumenta que introducir peajes inteligentes para entrar a Madrid y Barcelona fomentará nuevo modelo social "y sostenible" de infraestructuras viarias.
La patronal propone dos escenarios: uno con tarifas de 1 céntimo por kilómetro para vehículos ligeros y 5 céntimos por kilómetro para vehículos pesados, y otro de 3 céntimos para vehículos ligeros y 14 céntimos para pesados.
Según el informe que encargó la patronal, la aplicación de este sistema, que se prevé que coexista con carriles libres de pago, reduciría la congestión entre un 30 % y un 50 % en las horas punta los días laborables y evitaría 150 horas al año en atascos por cada conductor.
¿Problema? Si estos peajes urbanos acaban en manos de concesionarias, nuestro dinero se seguirá invirtiendo en las mismas empresas privadas que ya estamos rescatando con dinero público.
¿Lo veremos en España pronto?
Allá por 2006 el PSOE valoró la posibilidad de incluir un sistema de peaje para acceder al centro de las grandes ciudades, pero no recibió apoyos.
Hasta la fecha, Barcelona es la única ciudad que se está planteando de aquí a cinco años vista introducir estos peajes inteligentes en caso de que el problema de la contaminación empeore.
De momento pondrá en marcha su Zona de Bajas Emisiones permanente el 1 de enero de 2020. Esta zona de restricciones funcionará de forma permanente en horario laboral de lunes a viernes, de 7:00 a 20:00 horas y afectará a los vehículos más contaminantes: los que no tienen derecho a etiqueta medioambiental.
Así que aún tendremos que esperar para ponernos al nivel de Bolonia, Venecia, Estocolmo, Trondheim, Francia o ciudades de América Latina que han optado por reducir los niveles de tráfico en sus ciudades con una medida que seguro, al principio no gozaba del apoyo popular, pero se han convertido en un cambio más que se acaba asumiendo. O no.