El anuncio de la intención de la Comisión Europea de prohibir las importaciones de petróleo ruso levantó rápidamente la sombra de la duda acerca la viabilidad de una medida tan drástica, que no se planteó cuando Rusia se anexionó Crimea en 2014.
Según detalla Politico, las conversaciones entre los 27 países del bloque terminaron sin acuerdo el domingo, y ahora se espera que los funcionarios elaboren un nuevo plan de compromiso antes de convocar otra reunión. Hungría y Eslovaquia se posicionan como principales opositores al veto del petróleo ruso.
El paquete de sanciones más duro hasta la fecha
El que sería el sexto paquete de sanciones a Rusia, y el más complejo de sacar adelante, sigue sin encontrar consenso ante países como República Checa, Hungría y Eslovaquia, cuyas economías dependen en gran medida del petróleo que importan desde Rusia.
Tampoco Bulgaria, Grecia y Chipre está de acuerdo con los términos ante el efecto que tendrá en su industria y economía.
Por ello han pedido más tiempo para poder cumplir con el objetivo de cerrar el grifo a Rusia y reducir la financiación de la guerra en Ucrania.
El plazo que se calcula desde Bruselas es hasta final de año, aunque se contempla dar a Hungría y Eslovaquia hasta finales de 2024, y a la República Checa hasta finales de junio de ese año, antes de que entre en vigor el embargo petrolero.
El Gobierno húngaro de Viktor Orbán ha advertido de que esta medida devastaría la economía de Hungría, comparando el impacto con una "bomba nuclear".
El plan también incluye prohibir que los medios de propaganda rusos transmitan en la UE, imponer sanciones individuales a los generales rusos involucrados en la masacre en Bucha y Mariupol y la eliminación de tres bancos, incluido SberBank (el más grande de Rusia) del sistema de pagos SWIFT.
Hasta finales de abril el bloque europeo había importado unos 44.000 millones de euros de combustibles fósiles de Rusia por envíos y oleoductos desde que comenzó la invasión, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio.
Una de las principales consecuencias de este sexto paquete de sanciones a Rusia será una subida de precios en los carburantes.