No es chatarra, son coches bastante nuevos troceados que luego juntan y venden como usados. La culpa la tiene la carísima ITV de Japón: como mínimo son 600 euros

De media, pasar la ITV en España oscila entre los 40 y los 50 euros. Si te parece caro, y más si la pasas todos los años, nuestro país es todo un paraíso si lo comparamos con Japón. Allí, si todo va bien pasar la ITV ronda los 100.000 yenes, poco más de 600 euros. Si va mal, puede superar ampliamente los 1.000 euros.

Estos coches que ves en la foto, cortados y embutidos en un contenedor, son consecuencia de la draconiana inspección técnica nipona. Y a su vez engrosan el mercado de usados de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) que es de lo más prolífico: ya es uno de los países que más exporta coches de segunda mano.

Coches en piezas con segunda vida gracias a los Emiratos

En Japón se toman muy en serio la seguridad de los coches que circulan por sus carreteras. Se controla gracias al sistema de registro de inspección de vehículos, o inspección de vehículos a secas, que en japonés se denomina shaken. Todos los vehículos con motores de 250 cc o superior tienen que pasarla, lo que incluye a los coches y también a algunos kei cars, los minicoches tan populares allí.

La ITV japonesa, o shaken es bastante más rigurosa que la española. De hecho se considera de las más exigentes del planeta. Todo coche nuevo pasa esta inspección antes de venderse y, una vez matriculado, la primera revisión es a los tres años. A partir de esta primera ITV, los turismos deben pasarla cada dos años. Esto con coches de particulares, porque los coches de empresa deben pasarla todos los años.

Son plazos más cortos que aquí, pero el gran abismo está en el precio. Solo en tasas un automóvil que pasa la shaken paga alrededor de 300 euros, a lo que se añade el precio de la revisión en sí. En total de media suele ser de unos 100.000 yenes (cerca de 620 euros al cambio hoy). Eso si se pasa a la primera.

Si no es así, las reparaciones que exija (y que hace el propio organismo de inspección con sus tasas), se deben pagar. Además de tener que volver a asumir todo el coste antes señalado de la inspección en sí. El montante, si los defectos son muy graves, puede rondar los 2.000 euros al cambio.

Así, los japoneses suelen recurrir a talleres donde realizan una pre-ITV con las mismas pruebas pero más asequible, y donde ya determinan si el coche va a pasar la inspección. Si no es así, los dueños suelen optar por darlo de baja y comprarse uno nuevo. Por ello es raro que en Japón se conserven coches más de 10 años. Y así de paso impulsan su mercado de nuevos y mantienen un parque automovilístico bastante joven. En España la media edad ahora se sitúa por encima de los 14 años.

Coches frankenstein en el epicentro del paraíso de usados: EAU. El destino de estos coches japoneses puede ser dos. O bien los venden como usados y se exportan, basta una búsqueda en Google para dar con decenas de resultados de sites de exportación japoneses, o bien se achatarran.

El segundo caso es precisamente lo que protagoniza este vídeo: se trocean y se envían a países de África o a los Emiratos Árabes en contenedores, como por ejemplo a Dubai, como en el caso. Dependiendo del estado del coche, o bien los convierten en un nuevo coche usando dos o tres diferentes, uniéndolos. Del resto usan las piezas, que pasan al mercado de recambios ya sea para venderlos allí o bien fuera de sus fronteras.

Si bien la seguridad de estos coches reconstruidos estilo frankenstein es relativa, en países con estándares menos exigentes, tienen muy buen mercado por su bajo precio.

Emiratos es uno de los países que más coches de segunda mano importa desde Japón. Solo en julio de 2023, los usados traídos desde el país oriental se fijaron en casi 18.000 coches. Y en marzo de 2024, en más de 22.000 modelos.

Aunque la mayoría de esos automóviles reconstruidos, o directamente allí vendidos, no se quedan en los EAU: los coches japoneses tienen el volante a la derecha y en este estado árabe solo se permite circular con modelos de volante a la izquierda. Así que en su gran mayoría los exportan a su vez.

Eso ha permitido a Emiratos Árabes Unidos convertirse en uno de los principales exportadores de usados del planeta. Y es un negocio bastante rentable: en 2022 exportaron turismos por valor de 7.000 millones de dólares. Los Emiratos son todo un hub de coches de segunda mano, con campas infinitivas, donde los modelos se venden y subastan en lotes, o por unidad. En Dubai suele haber modelos más lujosos y en otros como Ajman, más baratos, pero en peor estado.

El mercado de coches importados que se han dado de baja en otros países no es exclusivo de Emiratos y Japón. Por ejemplo Ucrania es uno de los estados que más coches usados importa desde EEUU. Últimamente los que más mercado tienen son los eléctricos, por lo mucho que se ha encarecido el combustible. Son modelos que dan rápidamente por siniestrados en el país norteamericano debido sus costosas reparaciones. Y así encontramos auténticas gangas como modelos Rivian, con muy pocos kilómetros, por hasta 20.000 euros menos de lo que cuestan nuevos.

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