Mitsubishi abandona Europa: la errática trayectoria del fabricante que quiso crecer sin saber cómo hacerlo

Mitsubishi abandona Europa tras decidir no renovar sus modelos para nuestro mercado y también podría retirarse de Norteamérica. Se centrará en Japón, el sudeste asiático así como Oceanía.

No hace mucho tiempo Mitsubishi era una de las marcas más potentes de Japón, con presencia en todos los continentes y fábricas en Europa y Estados Unidos. Y sin embargo, ahora se ve obligada a retirarse a su mercado local, por así decirlo. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo ha llegado a esta situación?

Mitsubishi es el arquetipo mismo del conglomerado nipón que fábrica y vende de todo. Fue fundada en 1870 por Iwasaki Yatarō como una naviera. Brindando apoyo logístico al gobierno nipón en 1874 y 1875 para combatir una rebelión, Mitsubishi pudo invertir en astilleros, finanzas e industria pesada. En 1881, invierte en minería, comprando en 1890 la hoy famosa isla de Hashima.

Las inversiones en toda clase de negocios se multiplican (papel, acero, banca, seguros) y en 1921 funda la Mitsubishi Internal Combustion Engine Manufacturing Company, en Nagoya, con la ayuda de ingenieros británicos de la Sopwith Aviation para fabricar aviones de combate y no coches.

Fue en 1933 que empezó la fabricación de automóviles con el PX33 de tracción integral para el ejército japonés. Tras la Segunda Guerra Mundial, el conglomerado fue desmantelado en diversas compañías, conservando todas el logotipo y el nombre Mitsubishi.

Y aunque cada una posee una participación en las otras, pero sin llegar a tener el control, los directivos de las compañías resultantes siempre se han reunido de manera informal los viernes para coordinar los esfuerzos de esas compañías.

Expansión como único objetivo

Mitsubishi Colt de 1988-1992, uno de los modelos que le permitió expandirse con éxito a Mitsubishi.

La Mitsubishi que conocemos hoy como fabricante de automóviles, la Mitsubishi Motors, originó en los años 70 de la Mitsubishi Heavy Industries. El objetivo por aquel entonces era aumentar las exportaciones. Y una manera de hacerlo era forjar alianzas con fabricantes occidentales.

Una de las primeras fue en unirse con Mitsubishi fue Chrysler. El tercero de los Big Three de Detroit se hizo con el 15 % de Mitsubishi. Los primeros modelos vendidos bajo la marca Chrysler y Mitsubishi fueron un éxito.

En 1985, ambos fabricante crean la Diamond-Star Motors en Normal, Illinois, para fabricar modelos en conjunto en suelo estadounidense y así evitar aranceles y limitaciones a la hora de vender coches importados. La fábrica tenía una capacidad de 240.000 coches al año.

Sin embargo, el éxito inicial de los años 80 y en menor medida de los años 90, le pasó factura a Mitsubishi. El fabricante nipón se obsesionó con alcanzar una gran cuota de mercado.

Para ello ideó la campaña “0-0-0” en la que el cliente no pagaba entrada, no pagaba intereses y no pagaba nada el primer año. Fue un éxito, hasta que mucha empezó a devolver los coches al año cuando vieron que no podrían pagar.

Mitsubishi Motors, originó en los años 70 de la Mitsubishi Heavy Industries, con el objetivo de aumentar las exportaciones y expandirse

Las ventas cayeron y los nuevos modelos fabricados en Estados Unidos, como el Outlander original y el Lancer no consiguieron grandes ventas, mientras que el Eclipse de segunda generación no se vendía todo lo que esperaba la marca.

En noviembre de 2015, Mitsubishi dejó de fabricar coches y se mantuvo hasta 2016 fabricando recambios. Ese mismo año, Rivian se hizo con la fábrica con la intención de fabricar allí sus pick-ups y SUV eléctricos.

En Europa, Mitsubishi siguió un camino similar. Con la misma obsesión por lograr elevados volúmenes de ventas y evitar las cuotas de importación de vehículos japoneses en Europa, Mitsubishi invirtió en la antigua fábrica DAF en Born, Holanda, en 1991.

Volvo había recuperado la factoría DAF en 1975, pero las dificultades financieras del sueco, propiciarion que Mitsubishi pusiese un pie en Europa. Sin embargo, el éxito nunca estuvo ahí.

En 2001, Volvo vendió a Mitsubishi su participación en la factoría y Mitsubishi se vio obligada a fabricar el Smart Forfour, que tenía por base el Mitsubishi Colt.

Con el fin del Colt y del Smart Forfour, Mitsubishi trajó la producción del Outlander europeo de Japón a Europa, sin llegar a fabricar tampoco los Citroën C-Crosser y Peugeot 4007 derivados del Outander.

Al final, en 2012, Mitsubishi dejó de fabricar coches en Europa, vendiendo la factoría al grupo VDL. Éste es ahora fabrica los BMW X1 y MINI hatchback y Countryman para el grupo BMW.

Donde ha fallado Mitsubishi

Viendo el camino escogido por Mitsubishi por su expansión, se puede decir que la marca nipona nunca fue realmente dueña de su crecimiento en Europa y Estados Unidos, buscando un crecimiento en volumen a ultranza relegando la rentabilidad a un segundo plano.

En el caso de Estados Unidos, si bien el asociarse con una compañía local ya asentada permite meter un pie en el continente, se corre también el riesgo de perder el control sobre el producto. El fabricante local impone sus necesidades y modelos que considera mejor adaptados al mercado, mientras que Mitsubishi le sigue la corriente.

Mitsubishi nunca fue realmente dueña de su crecimiento en Europa y Estados Unidos, siempre dependió de terceros

En el caso de Chrysler,inicialmente necesitaba berlinas y compactos de bajo coste, que no tenía en su gama. Los proporcionó Mitsubishi sin que Chrysler invirtiese realmente en esos modelos. Posteriormente, aprovechó Mitsubishi para lanzar modelos halo, como los Eagle Talon (Mitsubishi Eclipse) y Dodge Stealth (Mitsubishi 3000 GT).

A Chrysler no le fue tan bien como a Mitsubishi con los deportivos, pero la firma de los tres diamantes no supo a posteriori liberarse de la imagen de fabricante de deportivos. Para intentar revertir esa imagen y hacer mancha en el mercado, con los Colt y Outlander, básicamente regaló los coches y recuperándolos un año después sin haber ganado todavía ni un céntimo con ellos.

El daño financiero estaba hecho y mientras tanto los modelos se fueron quedando obsoletos y en desacorde con el mercado. Actualmente, en Estados Unidos Mitsubishi vende el Outlander, Outlander Spoert (nuestro ASX) y el Eclipse Cross, sin realmente éxito.

Mitsubishi Triton Double Cab

En Europa, Mitsubishi se embarcó en querer producir localmente, dependiendo siempre de otros para que su operación fuera rentable. Primero de Volvo, con el que compartía factoría y luego de Daimler, al fabricar también el Smart Forfour derivado del Mitsubishi Colt. La asociación con el grupo PSA no dio sus frutos y duró poco tiempo.

Mientras tanto, Mitsubishi compraba a Ford una factoría en Tailandia y levantaba una en Filipinas. En Asia y Australia, su portfolio de productos está adaptado a las necesidades locales.

Su gama se compone sobre todo de utilitarios (Mirage y Attrage sedán) asequibles, de la pick-up Triton y de un SUV/todoterrenos derivado del Triton, el Pajero Sport. Son modelos relativamente baratos de producir por su bajo contenido tecnológico y de fácil mantenimiento.

En Australia, la gama es similar a la europea con el añadido del Pajero Sport y del Triton, modelos apreciados por su bajo precio y sencillez en las zonas rurales de ese inmenso país.

Mitsubishi Pajero/Montero, todo un icono de la marca. Un 4x4 que con su chasis de largueros y travesaños ya no tenía su hueco en el mercado europeo, dominado por los SUV.

Finalmente, Mitsubishi ha decidido irse de Europa (además de no quedarle otra opción en el reparto de mercados de la Alianza) porque Europa no es un mercado rentable para Mitsubishi.

Es un mercado un tanto saturado en términos de volumen (17 millones de coches al año) y con normas de homologación muy estrictas además de complejo, pues además de las normas comunes hay normas espeíficas para cada uno de la treintena de países que conforman nuestro mercado.

Todo ello hace que Mitsubishi no pueda invertir en modelos de elevado margen para Europa. Sí vende muy bien el Outlander PHEV, pero auqnue sea de margen elevado no deja de ser un modelo de poco volumen. Y una marca no puede sobrevivir con un solo modelo, por muy bueno que sea.

Mitsubishi en la Alianza

Ha perseguido el volumen durante años con su factoría holandesa, sin nunca alcanzarlo. Las pérdidas acumuladas nunca le han permitido remontar y terminó cayendo en manos de la Alianza.

Dentro de la Alianza y en medio de una lucha por el poder entre Renault y Nissan, Mitsubishi no iba a recibir un trozo sustancial del pastel cuando la Alianza se repartió el mundo. Y así es. Renault se queda con Europa mientras que Norteamérica es para Nissan.

¿Qué le queda a Mitsubishi? Asia del sureste y sus mercados emergentes, como Tailandia, Filipinas y Malasia, donde tiene una baza con modelos fabricados localmente y de bajo contenido tecnológico. Por suerte para Mitsubishi tiene una buena presencia en Australia y Nueva Zelanda, por lo que no le han quitado esa área.

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