Daimler llamará a revisión, de forma voluntaria, tres millones de vehículos diésel en Europa. La ide es que el cliente que lo desee puede llevar su coche al taller oficial para una modificación gratis de su software con el objetivo de reducir las emisiones, sobre todo de NOx, de su coche.
Oficialmente, la idea es devolver la confianza en los productos Mercedes a la clientela. Y es que Mercedes está bajo sospecha de haber manipulado las emisiones de algunos de sus vehículos diésel.
Los coches afectados son los que equipan el motor OM607 de 1.5 litros turbodiésel utilizados en los Mercedes Clase A y Clase B. Esta llamada a revisión afecta también a los Mercedes Clase V (el 75 % de los Clase V en Alemania ya han sido actualizados).
El motor OM607 es el bloque de origen Renault (un 4 cilindros de 1.461 cc), que equipa entre otros el Renault Mégane. Renault también está bajo sospecha y formalmente investigada por la fiscalía gala en un posible caso de fraude de emisiones.
Ambos fabricantes están bajo sospecha y no han sido condenados, por lo que hasta que se demuestre lo contrario o haya una sentencia no han cometido una infracción. Sin embargo, esta jugada de Daimler -que no deja de ser una pura estrategia de comunicación- arroja cierta duda sobre el fabricante francés. De forma encubierta, en Daimler están diciendo que ese motor Renault podía haber sido más limpio, pero ellos saben cómo solucionarlo. Vamos, que están echando la pelota en el tejado de Renault.
Esta acción le costará al grupo Daimler 220 millones de euros y finalizará en 2018. Según el fabricante, la operación se está llevando a cabo en colaboración con las autoridades alemanas y permite a los ingenieros añadir una tecnología más efectiva para la descontaminación de los motores existentes que cumplen con las normas Euro5 y Euro6.