La compañía estadounidense Amogy acaba de presentar un camión Freightliner Cascadia de 2018 (diésel, en origen) reacondicionado como camión eléctrico movido por una pila de combustible de hidrógeno sacado del amoníaco.
Esta tecnología que la empresa ya había probado a pequeña escala, podría ser una alternativa viable y sostenible para la industria de los camiones pesados, uno de los sectores que más complicada tiene su electrificación y que se considera responsable del 23 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) del transporte por carretera.
Cinco veces más eficiente que las baterías de litio y tres veces más que el hidrógeno
Amogy, especialista en soluciones energéticas basadas en el amoníaco verde, asegura que este combustible de alta densidad energética es “hasta cinco veces más eficiente que las baterías de litio convencionales y tres veces más que el hidrógeno”.
Además, entre sus principales ventajas encontramos que es más barato de producir y que se puede transportar mucho más fácilmente que el hidrógeno, pues puede hacerse a temperatura ambiente.
Para producir hidrógeno verde a través de electrólisis aún se necesita mucha energía y es más costoso y difícil de transportar (ya que o se comprime a 700 bares, o se ha de congelar a -252ºC grados bajo cero). En cambio, el amoníaco se puede transportar en estado líquido y a temperatura ambiente. En contrapartida, el amoníaco es abrasivo.
Aunque si hay una desventaja importante del amoníaco verde (una parte de nitrógeno, y tres partes de hidrógeno) a la hora de convertirse en una alternativa potente al hidrógeno en el transporte pesado de mercancías, es que no puede usarse directamente para generar electricidad.
Ha de pasar por lo que se denomina craqueador de amoniaco, y en este proceso se pierde electricidad por el camino que no llega al motor.
En cuanto a otros datos técnicos como la eficacia real del amoniaco en este primer camión adaptado, así como su rendimiento o la autonomía que proporciona, Amogy no ha dado muchas pistas por el momento.
Lo que sí ha comunicado la compañía es que, tras una carga de combustible de apenas ocho minutos (algo que se realiza de la misma forma que al repostar en una gasolinera), la cabeza tractora que puede transportar en sus depósitos el equivalente a 900 kWh de energía eléctrica neta, circuló durante varias horas en el campus de la Universidad de Stony Brook (Nueva York, EEUU).
La compañía ha anunciado que a estas primeras pruebas próximamente le seguirán más “en diferentes condiciones operativas reales”. Antes del camión, ya habían integrado esta tecnología de conversión en un dron de 5 kW en julio de 2021 y en un tractor John Deere de 100 kW en mayo de 2022. En ambas ocasiones, con éxito.
“El amoníaco es un combustible óptimo para lograr una rápida descarbonización del transporte pesado, porque está disponible a nivel mundial con la infraestructura existente”, dice Seonghoon Woo, director ejecutivo de Amogy.
Lo cierto es que hoy en día ya se producen y transportan unos 200 millones de toneladas de amoníaco cada año, lo que convierte a este combustible en una alternativa viable a los combustibles fósiles muy accesible.
Tras seguir con las pruebas en sus camiones para comprobar la escalabilidad del sistema, Amogy continuará desarrollando otros proyectos en torno a la descarbonización del transporte pesado, que incluyen un remolcador propulsado por amoníaco de 1 MW de potencia que la compañía tiene previsto presentar a lo largo de este año.