El coche eléctrico apuntaba a ser la nueva gallina de los huevos de oro para las compañías de alquiler: por ser más baratos de mantener y porque se depreciaban menos que los coches de combustión. Así, Hertz se lanzó a un ambicioso plan para integrar coches eléctricos y que supusieran un cuarto de su flota: nada menos que medio millón de cero emisiones.
Pero Hertz ha recogido cable con sus planes de electrificación: ha dejado claro que el paso al eléctrico va a ser muchísimo más lento. Así lo ha afirmado en la presentación de resultados del tercer trimestre. Y es que se han topado con una realidad que no valoraron en su momento. O más bien, con varias.
De Santo Grial a ser mucho menos rentables de lo esperado. Y la batería es clave
Dos son las ventajas fundamentales que ha llevado a no pocas empresas de alquiler a ofrecer cada vez más coches eléctricos. Incluso a endiñárselos a los clientes sin que los hubieran pedido, algo que ocurre esencialmente en EE.UU.
La primera, que su mantenimiento es más sencillo. Y por tanto más barato: con menos partes mecánicas y móviles, se ahorran el cambio por desgaste. Así, estas tareas se reducen esencialmente al cambio de neumáticos, pastillas de freno o el líquido limpiaparabrisas. Esto no ha cambiado.
La segunda, que su valor de mercado a priori no baja tanto como con un coche térmico. Pero con lo que no contaban es que los cero emisiones nuevos han bajado mucho de precio en EE.UU. Y especialmente Tesla, arrastrando a otras marcas a una guerra de precios mucho más bestia que en Europa.
Así Hertz, con el 80 % de sus coches eléctricos siendo de la marca californiana, se ha topado con que la rentabilidad está siendo menor que la esperada. Pero no sólo porque hayan pagado bastante más en su momento por un Tesla de lo que cuesta ahora en el mercado.
Más caros de reparar y a vueltas con las aseguradoras. Otro escollo con el que se ha encontrado Hertz son las reparaciones: en los eléctricos pueden llegar a ser el doble de caras que en un coche térmico. Esto esencialmente de debe a la batería: las marcas no la reparan, sino que la cambian por una nueva. Y la batería suele ser el elemento más caro de un coche eléctrico.
Pero además, hay eléctricos que recurren a materiales más caros, como el aluminio o la fibra de carbono. Y para colmo, en el caso de Tesla las reparaciones las tiene que realizar la marca, cobrando bastante más que talleres independientes.
Además, la batería también es un problema para las aseguradoras. Dado que no hay manera de reparar o evaluar el daño de las celdas o que podría fallar en las baterías tras un accidente, las compañías de seguros les dan directamente el siniestro total por miedo a tener que asumir el coste de una batería nueva. Si bien algunos de estos coches pueden repararse, que los declaren siniestro total deprecia mucho el coche. Incluso hasta la mitad de su valor. Y así lo argumenta Hertz en el informe de resultados.
Si a esto le añadimos que los coches de alquiler se miman menos en general que el coche propio, tenemos el caldo de cultivo perfecto: los eléctricos son mucho menos rentables de lo esperado. Y es que la depreciación de un coche es un gran problema para una empresa de alquiler, ya que pasados unos años de uso los venden como VO.
Menor rentabilidad, pese a que solo el 11 % de los coches de Hertz son eléctricos. "Nuestra rápida entrada con los vehículos eléctricos será más lenta que nuestras anteriores expectativas", ha asegurado Stephen Scherr, director ejecutivo de Hertz.
También que las ganancias del tercer trimestre habrían sido bastante más altas si en su flota hubiera menos coches eléctricos. O directamente si todos fueran de combustión. Y eso que a día de hoy los cero emisiones únicamente representan poco más del 10 % de la flota de Hertz.
En 2021, Hertz se comprometió a apostar muy fuerte por los coches eléctricos: adquirió 100.000 modelos de Tesla, además de firmar acuerdos con otras compañías, como General Motors o Polestar, para hacerse con 175.000 y 65.000 coches de estas marcas.
Si bien Hertz asegura que siguen comprometidos en electrificar su flota, lo van a hacer a un ritmo mucho más lento y en un plazo mucho más largo de lo prometido. No hay que olvidar que hace bien poco Hertz se declaró en bancarrota en EE.UU y que precisamente apostó por los eléctricos para remontar el vuelo.