General Motors se ha comprometido a vender sólo coches eléctricos desde 2035, pero de momento los coches con motor gasolina o diésel son los que le salen rentables. No es la única. Al final la demanda manda y los térmicos siguen siendo mayoría en mercados como el estadounidense o el europeo. Además, la de los coches eléctricos ha bajado en los últimos meses.
El gigante norteamericano ha firmado más de un 25 % más de beneficios en el primer trimestre de 2024 y ha sido esencialmente gracias a las pick-ups térmicas que ha vendido. Aún así, su objetivo es la de mejorar la rentabilidad de sus coches eléctricos. No les queda otra si quieren cumplir con su promesa de ser una firma completamente eléctrica en una década.
¿Se ha adelantado demasiado la muerte del coche de combustión?
Entre enero y marzo, General Motors ha ingresado 43.000 millones de dólares de los que 2.950 millones de dólares han sido beneficios netos. No ha sido por los eléctricos, que han bajado en este primer trimestre: la mayor parte de las ventas se las han llevado coches de combustión, con especial protagonismo para las camionetas de sus marcas.
Así, en este primer trimestre han cosechado un 26 % más de ingresos netos respecto al mismo periodo de 2023. Su mercado natal es el que más bondades está dando a General Motors, pese a los altos tipos de interés. Mientras en China han firmado unas pérdidas de 106 millones de dólares y de 10 millones de dólares en otros mercados. No obstante, sus ventas globales han crecido un 4 % en estos tres primeros meses.
"Estamos maximizando la fortaleza de nuestro negocio de coches de combustión mientras hacemos crecer nuestro negocio de vehículos eléctricos y mejorando la rentabilidad", ha señalado Paul Jacobson, director financiero del gigante norteamericano.
Jacobson defiende que han solucionado las dificultades de producción de sus baterías y que están reduciendo los cuellos de botella en dar salida a elécticos. También va aumentar su cartera de cero emisiones, con el lanzamiento de la pick-up GMC Sierra o Chevrolet Equinox eléctricos. Así, prevé que los coches y vehículos eléctricos de sus marcas firmarán beneficios en la segunda mitad del año. Aunque lo mismo predijo el año pasado.
A vueltas con la rentabilidad de los eléctricos. La reducción en la demanda de coches eléctricos en EE.UU ha llevado a las marcas a cambiar su estrategia en favor de los gasolina. Mercedes-Benz es también buen ejemplo: este 2024 se centrará en sus coches más baratos, con motor térmico, que vende en este mercado. Estos son el Clase C, el CLE y GLE. Y también dará prioridad a los coches híbridos en detrimento de los eléctricos.
Esto no significa que no mantengan ese objetivo de vender sólo coches eléctricos en un futuro, pero esta meta irá ajustada la demanda: "Nuestra estrategia a largo plazo es ser totalmente eléctrica en el futuro, cuando las condiciones del mercado lo permitan", señala un portavoz de Mercedes-Benz a The Drive. También que a corto plazo aplicarán "una flexibilidad táctica" en su mix de térmicos, híbridos y eléctricos.
Toyota también pone la demanda como centro de todo en su estrategia en EE.UU. Y a la nipona le sale más rentable pagar multas créditos ambientales mediante que ajustarse a las emisiones en su mix de ventas.
"Nuestro punto de partida es cuál debe ser la demanda del cliente. Por ejemplo, las regulaciones para 2030 decían que más de la mitad del mercado de automóviles nuevos debería ser eléctricos a baterías, pero nuestro plan actual es alrededor del 30 %", afirma a Automotive News Ted Ogawa, director ejecutivo de Toyota Motor Norteamérica.
La desaceleración de las ventas de eléctricos no solo la marcan los particulares, también las alquiladoras. Todo suma. Y es que si bien un coche eléctrico es más barato de mantener por prescindir de muchos elementos mecánicos, las reparaciones son más caras si por ejemplo se daña la batería, que no se arregla sino que se sustituye por otra. Así, Hertz ha eliminado de su flota a modelos Tesla para cambiarlos por coches de gasolina.
La mitad de los coches que se venden en Europa son diésel o gasolina. Desde 2035 en Europa solo se van a poder vender coches eléctricos, al menos en teoría. Pero a casi 10 años vista, los coches térmicos siguen llevándose la mayor parte del pastel de ventas pese a que la cuota de eléctricos crece año a año.
En 2023 la mitad de los coches que se comercializaron en el Viejo Continente fueron de combustión: un 35,3 % gasolina y un 13,6 % diésel. Y de los alternativos, los que siguen mandado son los híbridos sin enchufe, que representaron el 26 % de los modelos vendidos en Europa. Los eléctricos sumaron el 14,6 % del mercado. Si sumamos los PHEV, hablamos de un 22 % de enchufables del mix.
Y ya en mercados donde prima sobre todo el precio del coche, como es el caso de España, el abismo es mayor. Por poner un ejemplo el MG ZS, que ya es un superventas en España, firmó casi 20.000 unidades vendidas en 2023, pero de su versión eléctrica se matricularon menos de 1.000 modelos.
Es más, el Tribunal de Cuentas Europeo considera que el mercado y la industria no está preparada para el apagón térmico en sólo una década en términos precisamente de rentabilidad.