Alemania y Francia se han unido para crear un proyecto que dará un empujón a Europa en el desarrollo de baterías para coches eléctricos. En esta alianza jugarán no solo fabricantes alemanes y franceses; también se considerarán jugadores de otros Estados miembros de la Unión Europea.
El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, lo ha dejado claro: "Hemos creado una red franco-alemana para el desarrollo de baterías eléctricas. ¿El objetivo? Que los coches del mañana se conduzcan con baterías europeas y no chinas. Debemos ser independientes y soberanos".
Cualquier miembro de la UE es bienvenido a unirse
En una declaración conjunta respaldada por 10 Estados miembros, ambos gobiernos han puesto énfasis en la necesidad de que Europa ha de ser competitiva frente a la hegemonía asiática y estadounidense, y por ello se hace de vital importancia unir fuerzas en el desarrollo de celdas de batería para vehículos eléctricos, inteligencia artificial, nanotecnología y la cadena de valor.
Un buen momento para reaccionar, ya que dos gigantes chinos se acaban de unir para desarrollar y comercializar baterías: Geely y CATL. Esta última mantiene asociaciones con fabricantes como Volkswagen, BMW, Daimler o Jaguar-Land Rover.
Los consorcios interesados en el proyecto europeo pueden presentar sus proyectos para su clasificación como "Proyectos Importantes de Interés Común Europeo" (IPCEI), lo que les permitiría beneficiarse de la ayuda estatal a través de los reglamentos de la Comisión Europea. Estas empresas privadas deberán a presentar planes de inversión para que la Comisión pueda otorgar el reconocimiento como un proyecto IPCEI en la primera mitad de 2019.
Algunos medios locales informan de que ya se están formando varios consorcios que podrían beneficiarse de este proyecto. Uno de ellos sería SAFT, una subsidiaria de Total, que involucra a socios como Siemens, Solvay o Manz. BASF también podría haber creado un consorcio con Varta y Ford.
De momento, Alemania ha reservado un fondo de 1.000 millones de euros de aquí a 2022 para desarrollar esta tecnología en el país mientras que Francia no ha desvelado a cuánto ascenderá su 'hucha' para la electromovilidad, pero está buscando aprovechar el fondo de Industria e Innovación, que contiene 10.000 millones de euros.
Como ya comentamos acerca de la hegemonía asiática, el 80 % de la producción, actual y prevista, de baterías para movilidad eléctrica está en Asia. Solo la capacidad de China supone ya el 69 % de ese total, mientras que Estados Unidos representa el 15 % de la capacidad productiva mundial y Europa menos del 4 %.
Así que Europa se tiene que poner las pilas.