Ford se rinde ante China: sus nuevos SUV eléctricos en pausa y 4.000 despidos en Europa. La fábrica de España se salva de momento

La pobres ventas de coches eléctricos y la amenaza de los modelos llegados desde China siguen haciendo estragos en Europa. Volkswagen planea cerrar plantas y despedir a miles de empleados: "Ninguna fábrica está a salvo". A la debacle se suma Ford: la del óvalo prevé echar a la calle a 4.000 trabajadores en sus factorías europeas.

Ford también ha fallado en su estrategia con los coches eléctricos, que está tratando de reorientar, y lleva varios años registrando pérdidas en el Viejo Continente. Los recortes en Europa están en los planes de Ford desde hace tiempo.

Un 14 % de la plantilla de Ford Europa, a la calle en 2027

Ford cuenta con cerca de 30.000 trabajadores en Europa y la mitad están en Alemania. Precisamente la de Colonia será la fábrica más afectada: la marca americana planea eliminar 2.900 puestos de trabajo en esta planta. También 800 en Reino Unido, aunque no en sus principales factorías (Dagenham y Halewood).

Serán los más numerosos porque en la de Valencia (Ford Almussafes) y en la de Kraiova (Rumanía) apenas se prevén 300 despidos entre ambas. La planta española ahora mismo está parada por los daños sufridos por la DANA. Ni la valenciana ni la rumana dan salida a modelos eléctricos, de hecho en la de Kraiova se produce el superventas europeo de la marca: el Ford Puma. Mientras, la de Colonia se ha reinventado precisamente para producir eléctricos, tras una inversión de 2.000 millones de dólares.

Los despidos todavía deben concretarse: aún queda un largo camino de negociaciones con los sindicatos. En todo caso, según lo confirmado hoy por Ford, afectarían a un 14 % de la plantilla europea y se harían efectivos en tres años, en 2027.

Paros en la producción de los eléctricos Ford Explorer y Ford Capri. De momento, en la factoría de Colonia ya se están aplicando recortes de producción. Se ha impuesto la jornada reducida y se detendrá la fabricación durante tres semanas, hasta Navidad. Allí se ensamblan el Ford Explorer y el Ford Capri, ambos SUV y eléctricos, que dejarán de salir de la línea de montaje en este periodo. Se prevé que los paros continúen durante el primer trimestre de 2025. En total, afectan a 2.300 empleados.

"Debemos aplicar medidas difíciles pero decisivas para garantizar la competitividad de Ford en Europa", ha señalado Marcus Wassenberg, director general de la planta de Colonia. "Es un paso difícil, pero tenemos poco margen de maniobra. Lo sentimos mucho por los empleados. Aquí en Colonia tenemos un problema estructural, no ganamos dinero".

El mercado de eléctricos, en eterna crisis. En realidad esta dramática situación en Europa, viene de largo: estos despidos ya se anunciaron a principios de 2023. Y en general por la transición al coche eléctrico: Jim Farley, CEO de Ford, ya advirtió que la producción de coches eléctricos exigiría un 40 % menos de trabajadores en comparación a los térmicos.

Todo antes de la debacle del mercado eléctrico en Europa, que se ha resentido este año notablemente. En concreto en Alemania, después de que a finales de 2023 se eliminaran las ayudas a la compra. En los primeros tres meses de este año las ventas de modelos eléctricos cayeron un 14 %. El segundo trimestre fue peor: se hundieron un 69 %. Ahora el gobierno alemán ha retomado las ayudas para intentar impulsar de nuevo el mercado.

Desde Ford solicitan al Ejecutivo medidas urgentes: en una carta emitida al gobierno germano, John Lawler, director financiero de Ford, ha exigido su intervención para mejorar el mercado y a la par flexibilizar los objetivos de emisiones. Las exigidas para las marcas en 2025 supondrán multas millonarias, ya que el coche eléctrico sigue sin ser rentable y los modelos que se venden, y que más se producen, son de combustión.

"Lo que nos falta en Alemania y Europa es una agenda política coherente y clara para promover la electromovilidad, como inversión pública en infraestructura de carga, incentivos claros para facilitar a los consumidores el cambio a vehículos eléctricos, una mejor rentabilidad para los fabricantes y una mayor flexibilidad en el cumplimiento de los objetivos de carbono", defiende Lawler.

A la baja rentabilidad del coche eléctrico se añade la feroz competencia china, con precios más asequibles respecto a sus homólogos occidentales. De ahí los nuevos aranceles que ya se aplican a los modelos importados desde allí.

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