En Europa tan solo 47 cruceros emiten más óxidos de azufre que 260 millones de coches, según Transport & Environment

El transporte marítimo y especialmente los cruceros están siendo señalados en Europa por la contaminación, sobre todo en SOx (óxidos de azufre), que emiten. Según un estudio de Transport & Environment, los cruceros en los países del Meditárreneo contaminan más, en términos de óxidos de azufre, que los 260 millones de coches del parque automovilístico europeo. De hecho, solo los 47 buques de Carnival Corportation emiten casi 10 veces más óxido de azufre que el todo el parque móvil de Europa.

Según Transport & Environment, 203 buques de crucero que operaron en las aguas europeas del Mediterráneo en 2017 emitieron un total de 62.000 toneladas de óxidos de azufre, un compuesto químico que en su forma de gas es conocido por favorecer el cáncer de pulmón y las lluvias ácidas.

En el mismo periodo, los 260 millones de coches que circulan por Europa emitieron 3.200 toneladas de óxidos de azufre. Según el estudio, la mitad de esas 62.000 toneladas serían imputables a una sola naviera, la Carnival Cruise Lines y sus filiales.

Carnival Cruise asegura que no comete ninguna infracción y señala al resto de transporte marítimo como responsable. En respuesta a Fast Company, Carnival asegura que sus operaciones representan menos del 1 % del transporte marítimo y pone en duda la validez del estudio de Transport & Environment.

Curiosamente, este estudio se hizo público pocos días después de que Carnival accediese a pagar una multa de 20 millones de dólares y a someterse a una mayor vigilancia de la manera en la que se deshace de los plásticos y de las aguas fecales en sus barcos. Al parecer, en las Bahamas se limitaban a tirarlo todo al mar tal cual y a falsificar los registros para esconderlo.

Las ciudades que más sufren esa contaminación de óxidos de azufre son evidentemente los principales destinos de estos cruceros. Encabezan la lista Barcelona, Palma de Mallorca y Venecia. Pero la realidad es que no solo son los cruceros. “Algunos viejos ferrys son mucho peor. Pero estos barcos, que necesitan mucha energía, crearon un fenómeno de 'spot', sensibilizan al público”, explica Richard Hardouin, representante de la ONG France Nature Environnement (FNE) en Marsella.

El problema es el carburante que usan estos barcos, el “heavy fuel-oil” (HFO), un combustible barato y mucho más sucio que el diésel de los pesqueros o de los camiones. En el Mediterráneo, el combustible de los barcos de pasajeros puede estar compuesto por hasta 1,5 % de azufre y hasta 3,5 % en el caso de los barcos de transporte de mercancía. Es decir, entre 1.500 y 3.500 veces más que el diésel que usamos en nuestros coches.

Fuente: Transport & Environment

Y no es solo una cuestión de óxidos de azufre. En una época en la que por una parte el diésel actual con filtros de partículas, EGR y catalizador de reducción selectiva es tan limpio que en Japón vuelven a fomentar su uso para reducir las emisiones de CO₂ y que por otra parte se quiere convertir el parque móvil a la electricidad, sorprende que los barcos en el Mediterráneo sigan usando combustibles tan nocivos.

Los cruceros y barcos de mercancías en general tienen un fuerte impacto en las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) que sufren algunas ciudades. Por ejemplo, en Marsella y según este estudio, solo los 57 cruceros que atracaron en la ciudad gala en 2017 emitieron tanto NOx como el 25 % de los 340.000 coches matriculados en la ciudad.

El impacto es aún mayor en zonas con una población menos numerosa (Marsella es la segunda ciudad de Francia), como Grecia o Malta, o en las que además se ha iniciado un proceso de electrificación masivo del parque móvil, como Noruega. Allí, estos cruceros emitirían más que todo el parque móvil de la ciudades en las que atracan.

Los cruceros tampoco se quedan atrás en términos de partículas finas PM. Algo que ha sido denunciado también por un documental de Channel4. En ese documental midieron el volumen de PM en el puente de un barco de 2.000 pasajeros. Alcanzó las 84.000 cm³ y 114.000 cm³ cerca de las chimeneas con picos de 226.000 por cm³. Es el doble que en Picadilly Circus, en Londres. Los periodistas de Thalassa han repetido el experimento en otro crucero con un volumen de partículas finas alarmante.

Si bien las partículas finas afectarían en este sobre todo a los pasajeros de esos barcos, no podemos olvidar que hasta que no atraquen en el puerto, siguen quemando el peor combustible del mundo (aunque tengan la ayuda de remolcadores para entrar en el puerto). Y eso, tan cerca de las costas, afecta también a las ciudades en las que hacen escala.

Al final, el estudio de Transport & Environment arroja algo de luz sobre esos gigantes del mar y se olvida del resto del transporte marítimo. Aun así, es uno de los pocos estudios que reconoce implícitamente que no toda la culpa es sistemáticamente del automóvil.

El impacto del automóvil y del transporte terrestre es indudable, pero no es el único responsable, a pesar de ser el más señalado de todos. Y de momento, las normativas sobre el uso de carburantes contaminantes en el Mediterráneo siguen siendo muy laxas comparativamente con las que rigen en aguas de Estados Unidos y Canadá o incluso del Mar del Norte y del Canal de la Manga.

Soluciones

En la actualidad, los cruceros amarrados en los puertos deben usar un carburante, almacenado en depósitos separados y cuya composición en azufre no supere el 0,1 %. Aún así, sus motores deben estar en marcha en permanencia para alimentar en energía esas auténticas ciudades flotantes. Un crucero medio consume cerca de 700 litros de combustible cada hora una vez amarrado (2.000 litros por hora de combustible con entre 1,5 a 3% de azufre si navega en mar abierto).

Según Dominique Robin, director de Air Paca (la agencia de control del aire en la Costa Azul y Provenza, en Francia), un crucero amarrado emite tanto como 10.000 a 30.000 coches. Algunos cruceros, como el 'Harmony of the Seas' (el crcuero más grande del mundo) que con sus 6.800 pasajeros y 2.100 miembros de equipaje (tripulación, en jerga marítima), contamina tanto como 87.000 coches.

En 2020, siguiendo la norma de la Organización Marítima Internacional (OMI), la tasa máxima de azufre en los carburantes pasará a ser de 0,5 %. Sigue siendo una cifre muy alta con respecto a lo que se exige en algunas zonas del mundo (Estados Unidos, Canadá, Mar del Norte, Mar Báltico).

Este mismo mes de junio, está prevista una reunión de 20 países del Mediterráneo para decidir sobre la creación de una zona de reducción de emisiones (SECA) en la que se obligaría a los barcos a utilizar un carburante con tan solo 0,1 % de azufre. Tal y como se hace en otras partes del mundo.

Transport & Environment va más lejos y recomienda medidas más duras también en términos de óxidos de nitrógeno (NOx) para los barcos actualmente en circulacion y no solo para los nuevos barcos.

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