¿Habrá un Dieselgate a la francesa? Renault está siendo formalmente investigada por la fiscalía francesa desde el pasado mes de enero. En concreto intentan averiguar si el fabricante francés engañó a sus clientes comunicando unos niveles de emisiones falseados de sus motores diésel.
Hasta ahora sólo era una investigación, pero según el diario francés Libération, la fiscalía tiene indicios suficientes para probar el caso. Además, los inspectores que redactaron el informe consideran que Carlos Ghosn, CEO del grupo Renault, debería ser responsable de esas acciones.
¿Estuvo Renault engañando a las autoridades y al público durante años, como lo hizo Volkswagen en su día? La pregunta es legítima, especialmente, tras las revelaciones de Libération que tuvo acceso a las 39 páginas del informe redactado por Dirección General de la Competencia, del Consumo y de la Represión del Fraude (DGCCRF de sus iniciales en francés). La conclusión del informe es categórica: “Renault SAS engañó a los consumidores acerca de los controles efectuados, como el control reglamentario de la homologación de las emisiones contaminantes (…) la empresa utilizó una estrategia cuyo objetivo es falsear los resultados de los tests anticontaminación”.
Un e-mail incriminatorio
Tras el escándalo que suscitó el Dieselgate de Volkswagen, el ministerio de medioambiente francés ordenó una serie de pruebas para los modelos más vendidos en Francia para saber si otros fabricantes, además del grupo Volkswagen, podían haber hecho trampas. Entonces, y aunque las pruebas efectuadas por el ministerio de ecología en las que se había constatado que algunos modelos de Renault, como de otros fabricantes extranjeros, superaban las normas en emisiones de NOx y CO2 en un uso normal en carretera, no se encontraron pruebas de fraude o trampa. Sin embargo, el ministerio de Hacienda galo, vía la DGCCRF, tampoco se queda de brazos cruzados y ordena una investigación al ver las diferencias entre los resultados homologados y los de los tests independientes.
Con los resultados de esas pesquisas, Renault pasó a estar formalmente investigada desde el pasado mes de enero. Y estaría en una situación muy delicada. Las diferencias de resultados entre el test de homologación en laboratorio y en carretera son normales, sin embargo, en el informe se recoge un email entre la directora jurídica de Renault, la directora de comunicación y el responsable de relaciones institucionales que termina de la siguiente manera: “Este sistema de descontaminación se vuelve por tanto rápidamente inoperante en carretera pero funciona durante los tests”. Para los investigadores de la DGCCRF, Renault lleva más de siete años haciendo trampas.
Carlos Ghosn, responsable final.
En caso de que el fraude quede demostrado ante la justicia, Carlos Ghosn podría ser el responsable final del fraude. Y es que a diferencia de otros grandes grupos, no ha habido una delegación de poder formal hacia sus mandos intermedios. Así, Carlos Ghosn cargaría con la responsabilidad final.
En cuanto al grupo Renault se enfrentaría a una multa de hasta el 10 % de su facturación anual, es decir, se enfrenta a una posible multa de 3.500 millones de euros. Y es que estamos hablando, según cifras del ministerio de economía francés, de 900.000 coches vendidos en Francia.
En Motorpasión | Ahora le toca a Renault. La fiscalía de París investiga un posible fraude en las emisiones de sus diésel