"Las emisiones impuestas por Europa deben adaptarse a la realidad". Volkswagen y el resto de marcas ya mueven ficha para retrasar la prohibición de los coches gasolina

"Las emisiones impuestas por Europa deben adaptarse a la realidad". Volkswagen y el resto de marcas ya mueven ficha para retrasar la prohibición de los coches gasolina
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Alcanzar la media de emisiones de CO₂en 2025 impuesta por la Unión Europa se está haciendo cada día más complicado para las marcas. De hecho, lo ven imposible. Está situación ha llevado a la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) a pedir a la UE que retrase la aplicación de la nueva media de emisiones de 2025 a 2027, según un borrador de propuesta del grupo de presión del sector visto por Bloomberg.

“La UE atraviesa una crisis provocada por la baja demanda de coches eléctricos por parte de los consumidores y la competencia desleal de los fabricantes de eléctricos de terceros países [China], lo que significa que la industria de la UE no podrá cumplir estos objetivos de reducción”, señala el borrador.

Las marcas europeas se ven incapaces de vender un coche eléctrico por cada cuatro gasolina

Para la ACEA, la Unión Europea debería recurrir a una normativa tramitada en urgencia para retrasar dos años sus objetivos de emisiones de 2025 para los fabricantes de automóviles. Recordemos que en 2025, las ventas de los fabricantes no podrán superar una media de 93,6 g/km de CO₂.

Según Luca de Meo, presidente de la ACEA, “un vehículo eléctrico puede compensar cuatro coches de combustión”. El problema es que en julio de 2024, los coches eléctricos sólo representaban el 12,1% del mercado europeo. Están lejos de lograr esa proporción de ventas, incluso añadiendo a la ecuación los híbridos enchufables PHEV que homologuen menos de 50 g/km de CO₂ que, a efectos del cómputo final, cuentan como un eléctrico. Ambos entran en la categoría de los “zero- and low-emission vehicles (ZLEV)”.

Incumplir esa media obligaría a los fabricantes a detener la producción de unos dos millones de coches o correr el riesgo de exponerse a multas que podrían alcanzar los 13.000 millones de euros en el caso de los turismos y otros 3.000 millones de euros en el de las furgonetas, según las estimaciones de la ACEA.

“La industria de la UE no tendrá más remedio que recortar significativamente la producción, lo que pone en peligro millones de puestos de trabajo en la UE, perjudica a los consumidores y repercute negativamente en la competitividad y la seguridad económica de la UE”, se puede leer en el borrador.

La ACEA no ha emitido un documento de posición ni ha adoptado aún una postura formal sobre el asunto, según un portavoz. Aun así, en su web se puede leer lo siguiente: “La industria automovilística de la UE ha invertido miles de millones en electrificación para poner vehículos en el mercado, pero los otros ingredientes necesarios para esta transición no están en su lugar y la competitividad de la UE se está erosionando”.

Nos da una buena idea de hacia dónde van a ir los fabricantes. En ese sentido, el presidente del consejo de administración del Grupo Volkswagen, Hans Dieter Pötsch, recalcó que la UE debería “adaptar sus objetivos de emisiones a la realidad”.

Retrasar la media de emisiones de 93,6 g/km de 2025 a 2027, significa retrasar también la siguiente fase prevista para 2030. En esta última fase se obligará a los fabricantes a lograr una media de 49,5 g/km de 2030 hasta 2035, año en el que la media de emisiones deberá ser de 0 g/km.

Nadie se imagina que las marcas van a trabajar para lograr una media de 93,6g /km únicamente para un periodo de tres años y luego bajar de golpe a 49,5 g/km. Menos de 50 g/km de CO₂, recordemos, equivale a un consumo medio de unos 2,1 l/00 km, un consumo inalcanzable sin vender una mayoría de coches PHEV y eléctricos.

Tras una mayoría de fabricantes que han rebajado sus objetivos de venta y fabricación de coches eléctricos, la ACEA se prepara para pedir un aplazamiento de la media de emisiones. Con el Grupo Volkswagen, el primer fabricante europeo y el segundo mundial, pidiendo realismo y agitando el espectro del cierre de fábricas y de los EREs, parece ya evidente que el siguiente paso para las marcas es intentar obtener un aplazamiento de la prohibición de vender coches de gasolina en 2035 (año de la media de o g/km).

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