Los mecánicos son uno de los engranajes básicos de la industria del automóvil. Su labor es crucial para que los coches funcionen bien, no solo porque los arreglan cuando se rompen, sino porque se encargan de su mantenimiento para que fallen lo mínimo posible.
El mundo de la mecánica ha evolucionado mucho a lo largo de los últimos años, al mismo tiempo que han cambiado los coches. Sin embargo, las condiciones de la profesión cada vez son peores. No lo decimos nosotros, lo dice un estudio.
Sueldos muy bajos y necesidad de formación constante
Casi todos los que tenemos coche tenemos también un taller de confianza al que llevarlo. Hay quienes hacemos algunas cosas de pequeña importancia por nuestra cuenta y quien tiene la habilidad (y paciencia) para hacer prácticamente todo en su garaje, pero la mayoría confiamos en los mecánicos.
Estos profesionales son piezas clave en la industria del automóvil, pero su trabajo no está lo bien reconocido que debería. Al menos eso es lo que deja claro un estudio que ha realizado la consultora Wrenchway en Estados Unidos.
Para llevar a cabo este informe, la consultora hizo una encuesta en la que participaron mecánicos en activo, tanto especializados en mecánica como en chapa y pintura, si están satisfechos con su profesión. Pues bien, el 49% respondió que piensa o ha considerado en algún momento abandonar su trabajo.
Una parte de estos mecánicos que no están satisfechos con su profesión se quejan de lo mal pagada que está la profesión. En Europa, las reparaciones y tareas de mantenimiento se miden por horas y los talleres cobran mano de obra en función del tiempo que dedican a cada tarea. En Estados Unidos, que es donde se ha realizado el estudio, se cobra por trabajo realizado, no por las horas que requiere completarlo.
Ese es uno de los problemas que señalan los encuestados porque consideran que cobrar una tarifa fija por trabajo es injusto, puesto que no siempre se puede destinar el mismo tiempo a esas tareas. En la mecánica surgen complicaciones que pueden incrementar considerablemente el número de horas de trabajo. En EEUU, eso no se tiene en cuenta a la hora de que los mecánicos cobren.
También echan en falta bonificaciones de producción, aunque los sueldos bajos son el principal motivo de la insatisfacción entre los encuestados. Otra de las cosas que preocupa a los mecánicos es el coste de las herramientas. Muchos tienen su propio taller y tienen que afrontar inversiones considerables para tener el equipo necesario para desempeñar su trabajo.
No hablamos solo de destornilladores y otras herramientas sencillas, que también, sino de máquinas de diagnosis, elevadores, máquinas para desmontar y montar ruedas y un larguísimo etcétera. A los talleres más pequeños les cuesta mucho tiempo y esfuerzo recuperar la inversión en ese equipo.
El problema es que esto va a más. Los coches cada vez tienen más electrónica y son más complejos. No es lo mismo hacer el mantenimiento y arreglar un híbrido enchufable que un gasolina de cuatro cilindros atmosférico de hace 25 años que no tenía ni turbo.
También hace falta formación constante, sobre todo ahora con la electrificación (no todos los mecánicos están habilitados para cambiar las baterías de un coche eléctrico), y esa información, por supuesto, requiere inversión. Además, tiene que ser constante porque los coches no dejan de evolucionar y eso genera cierto estrés entre los mecánicos.
Otro problema derivado de la necesidad de formación constante es que algunos talleres pagan la formación de sus empleados, pero hay mecánicos que tienen que pagarla de su bolsillo. Si no lo hacen, se quedan desactualizados.
Los mecánicos españoles no están más satisfechos
A España se pueden trasladar estos problemas. En mi círculo de amigos hay varios mecánicos y su testimonio coincide con el de los mecánicos estadounidenses que han participado en la encuesta de la consultora Wrenchway.
“Los sueldos son muy bajos para todos los conocimientos que debes tener. No sirve saber utilizar un destornillador, hay que estar al día con muchos procedimientos, herramientas de diagnosis, programas informáticos y el funcionamiento de maquinaria específica. No es razonable cobrar 1.100 euros al mes por hacer el trabajo de un técnico y estar formándonos todos los meses”, dice un mecánico que trabaja en un taller oficial en el centro de España.
“Los tiempos son los que hay. Está medido lo que tenemos que tardar para hacer cualquier tarea y si hay complicaciones nos aprietan para que sigamos ajustándonos a los tiempos estipulados, que cada vez son más bajos y optimistas. Considero que es una burla de las marcas hacia sus mecánicos”, cuenta otro mecánico que también trabaja en una red oficial.
Un ex mecánico lo suscribe todo: “El tiempo que estuve trabajando de mecánico fue una mala experiencia: todo es correr y se cobraba mal, tengo amigos trabajando en casas oficiales que cobran 950 euros al mes. Otros estaban contratados para hacer seis horas por 600 euros al mes y acababan echando muchas más”.
“Los márgenes cada vez son más bajos. Las aseguradoras nos asfixian y a la hora de peritar los coches son demasiado optimistas con los tiempos de trabajo. Siempre tiran por lo bajo para ahorrar y pagarnos lo mínimo posible en mano de obra", señala el dueño de un taller multimarca de chapa y pintura.
"Vamos tan justos que muchas veces no podemos trabajar todo lo bien que deberíamos porque no nos lo están pagando, y el problema es que el cliente lo acaba sufriendo, a pesar de que paga su seguro religiosamente cada año y cada vez son más caros”, añade este mecánico y propietario de taller especializado en chapa y pintura.
“Después de varios años pasándolo mal y viendo que no había forma de mejorar mi sueldo, decidí volver a estudiar para sacarme el Máster, hacer unas oposiciones y ser profesor del grado superior de automoción en un instituto. No paso frío ni calor, echo menos horas y cobro bastante más, por no hablar de lo que he mejorado a nivel de vacaciones. Sigo reparando coches, pero los míos y en mi tiempo libre”, comenta un mecánico de formación convertido en profesor.
