Primero ha sido el acero y el aluminio. El presidente más bronceado de la historia de los Estados Unidos, en su continua enajenación proteccionista, decidió hace unos días comunicar que planea un arancel al acero importado del 25 % y otro para el aluminio del 10 %.
Europa ha contestado y desde Bruselas han amenazado con hacer lo mismo con varios productos estadounidenses (entre ellos las Harley-Davidson), amparado bajo las reglas de la Organización Mundial de Comercio. Y Trump, que usa su cuenta de Twitter para expresar sin filtros sus revolucionarias ideas, ha respondido a Bruselas.
Quizá la mejor forma de entender cómo hemos llegado a esto en Europa con Donald Trump es a través de sus nada amenazadores tuits. Partimos de la base de que el acero y el aluminio son dos ingredientes fundamentales para la fabricación de vehículos, y si su coste se ve incrementado, el precio de los coches también subirá. Paga el consumidor.
1. Si no tienes acero, ¡no tienes país!
"Debemos proteger a nuestro país y a nuestros trabajadores. Nuestra industria siderúrgica está en mal estado. ¡Si no tienes acero, no tienes país!".
He aquí una profusa reflexión que sintetiza el 'America first'. Trump se ve amenazado por China (aunque le mola eso de la presidencia vitalicia de Xi Jinping), por Rusia y ahora más que nunca por Europa. Justifica así la amenaza de imponer aranceles al aluminio y al acero extranjero.
2. Se aprovechan de nosotros y por eso hago políticas que al final irán contra nosotros
"Nuestras industrias de acero y aluminio (y muchas otras) han sido diezmadas por décadas de comercio desleal y mala política con países de todo el mundo. No debemos permitir que se aprovechen de nuestro país, de las empresas y de los trabajadores durante más tiempo. ¡Queremos un comercio libre, justo e inteligente!".
Aunque China solo representa el 2 % de las importaciones de acero de Estados Unidos, su expansión masiva en la industria ha ayudado a producir un remanente de acero que ha reducido los precios. Tal y como comunicó la American Automotive Policy Council, una asociación que representa a General Motors, Ford y el Fiat-Chrysler:
"Si el presidente decide incrementar el precio de los metales o imponer otras restricciones a la importación, la industria automotriz de Estados Unidos y sus trabajadores se verían negativamente afectados; un impacto negativo que podría superar a los supuestos beneficios".
Lo de amenazar con aranceles nos suena.
Y he aquí otra reflexión de Trump sobre el papel perdedor de Estados Unidos en los tratados comerciales:
"Estamos en el lado perdedor de casi todos los acuerdos comerciales. Nuestros amigos y enemigos se han aprovechado de los Estados Unidos durante muchos años. Nuestras industrias de acero y aluminio están muertas. ¡Lo siento, es hora de un cambio! Haz América grande otra vez!".
3. Llegamos al rifirrafe con Europa: motocicletas, alcohol y vaqueros en el punto de mira
Como era de esperar, Europa ha reaccionado a las amenazas del marido de Melania Trump. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha confirmado que la Unión Europea está preparando represalias comerciales ante la amenaza que suponen estos aranceles para la industria y el empleo en el viejo continente:
"En lugar de proporcionar una solución, esta medida solo puede agravar las cosas. La Unión Europea reaccionará con firmeza para defender los intereses de la Unión Europea. Reequilibrar la situación".
De momento, se estudia limitar la entrada del acero y aluminio a Europa además de medidas legales contra Estados Unidos, represalia que se materializará o no, según el próximo paso que dé Washington.
Según ha revelado a un grupo de periodistas en Hamburgo, se están preparando aranceles a la importación de las Harley-Davidson, el Bourbon y los Levi's. Según fuentes comunitarias, las medidas incluyen aranceles de hasta el 25 % a 3.500 millones de dólares en exportaciones estadounidenses.
4. La sinrazón del "pues yo más"
"Si la Unión Europea quiere aumentar aún más sus aranceles y barreras ya masivas a las empresas estadounidenses que están haciendo negocios allí, simplemente aplicaremos un impuesto sobre sus coches que se revierta libremente en los Estados Unidos. Hacen que sea imposible vender nuestros coches (y más) allí. ¡Gran desequilibrio comercial!".
Parece que Europa es otro ejemplo de "políticas comerciales rapaces", tal y como ha descrito recientemente el gobierno republicano a las normativas comerciales de China.
Pero a Trump se le olvida que los coches norteamericanos apenas se venden en Europa porque no se corresponden con las necesidades europeas. Jeep es el que más vende; el Ford Mustang es un segmento pequeño (pero es el cupé más vendido en Europa), el Ford Edge no acaba de encontrar su hueco en nuestro mercado y el resto de Chevrolets (Corvette y Camaro) y Cadillac son anecdóticos, incluso en Suiza y Alemania donde se venden bien.
Lo que también olvida decir es que los BMW X5, X6 y el nuevo X3 se fabrican en Estados Unidos, al igual que los Mercedes ML y GLS se fabrican en Estados Unidos.
¿Y qué más? Las plantas de BMW y Mercedes-Benz fabrican estos modelos en exclusiva, pero también fabrican muchos de los modelos más vendidos, como el BMW Serie 3 o el Mercedes Clase C para el mercado local. Es decir, sí son de marcas europeas, pero no importadas. Y Volkswagen, que estará conteniendo la respiración, también tiene fábrica en Estados Unidos.
A la industria automotriz le esperan días intensos.