En plenas negociaciones para renovar los objetivos de reducción de emisiones en Europa, el Ejecutivo comunitario ha advertido que elevar su meta propuesta para 2030 podría ocasionar la pérdida de miles de empleos en la industria automovilística europea. Mientras que, a finales de 2017, la Comisión Europea (CE) sugería una reducción del 30%, varios grupos parlamentarios lo consideran insuficiente.
En la última Comisión de Medio Ambiente, los eurodiputados abogaron por un incremento del 45% en cuanto a reducción de emisiones frente a ese 30% propuesto por el gobierno europeo. Pero la CE defiende que unos objetivos demasiado ambiciosos, y por tanto una transición excesivamente rápida, podrían ser fatales para la industria del automóvil.
Bruselas aporta varios datos a la mesa de debate, que debe celebrarse entre el Parlamento Europeo y los Estados miembros, una vez ambas instituciones hayan fijado su postura. Por ello, el La CE analiza cómo se comportaría en empleo en los diferentes escenarios que se barajan para 2030.
Europa apuesta por una transición gradual
De esta manera, el Ejecutivo comunitario asevera que, con el objetivo del 30%, el empleo asociado a la producción de vehículos ligeros de combustión descendería en 2.000 puestos de trabajo, mientras que la producción de modelos eléctricos e híbridos crearía 46.000 empleos. Según la CE, por tanto, mantener este objetivo no supondría un problema para la industria, sino todo lo contrario, ya que se crearían 44.000 puestos en total.
No obstante, si los objetivos se elevan, cambia el panorama. Si la meta de reducción de emisiones se fija en el 45%, aunque se crearían 47.000 puestos de trabajo, se destruirían 59.000. Por su parte, si el objetivo es del 75% 92.000 personas perderían su trabajo frente a los 69.000 puestos generados en la industria de cara a la producción de mecánicas alternativas.
En base a este análisis, el Ejecutivo europeo defiende que una 'transición gradual' pasa por mantener los objetivos en un 30%: "En escenarios con mayores objetivos que lleven a un incremento rápido de la cuota de mercado de coches con baterías eléctricas se observa una pérdida de empleos en el sector del automóvil", expone la CE en un comunicado publicado ayer miércoles según Europa Press.
¿Chantaje populista?
Las conclusiones expuestas por la CE no han sido del agrado de todos los eurodiputados. Florent Marcellesi, ecologista y diputado en la cámara europea por parte del partido verde Equo, ha sido muy crítico con el enfoque del gobierno comunitario, ya que su análisis no se contemplan oros aspectos vitales como el medio ambiente o la salud de los ciudadanos.
"Al asumir el chantaje del empleo en lugar de destacar el impacto positivo global de la movilidad sin emisiones sobre el empleo, la economía, el medio ambiente y la salud, la Comisión está perjudicando la credibilidad de las instituciones", argumentaba Marcellesi.
No obstante, la CE se ha defendido señalando que este análisis de impacto en el empleo de la industria automovilística tiene como único objetivo aportar más información a las instituciones europeas. De igual manera, ha recordado que ya elaboró informes similares cuando aún se estaban negociando temas como la penetración de las energías renovables o sobre la eficiencia energética.
Por su parte la canciller alemana, Angela Merkel, apoya el objetivo sugerido por el gobierno europeo asegurando que un porcentaje superior para 2030 podría perjudicar a la industria: "La propuesta de la Comisión tiene una base razonable. Cualquier cosa que vaya más allá corre el riesgo de desvanecer la industria automovilística". Unas declaraciones recogidas por Reuters que van en una línea diferente a las esgrimidas a finales del año pasado, cuando declaraba que Alemania debía eliminar los motores de combustión interna para 2040.