SEAT, por boca de Luca de Meo, ha avisado sobre una posibilidad real de incremento de precio en los coches de manera inminente. La casi imposición de gamas electrificadas, la compensación de emisiones y la posibilidad de multas tendrán un impacto directo en el precio final de los coches según el mandamás de la empresa española.
Con la mirada puesta en 2021 la electrificación de las gamas es un paso obligatorio, las marcas lo saben y por eso nos van avisando con antelación: será difícil mantener el precio en las gamas de acceso, especialmente en los coches pequeños.
"Es un momento delicado para la industria" según Luca de Meo
Luca de Meo, CEO de SEAT y el responsable en nuestro país de las empresas del Grupo Volkswaven ha afirmado que "los coches van a ser más caros dentro de muy poco". Para de Meo la situación actual de la industria automotriz está en "un momento delicado", un punto de inflexión en una transición que se materializará en 2021 con unos límites de emisiones aún más exigentes en la Unión Europea.
Con la llegada del año 2021 también llegará una nueva restricción de emisiones para los fabricantes. Las gamas de cada marca tendrán que emitir como máximo 95 gramos de CO₂ por kilómetro so pena de 95 euros por cada gramo por encima de ese límite por coche vendido. El nivel promedio de emisiones de un vehículo nuevo vendido en 2017 fue de 118,5 gramos de CO₂ por kilómetro.
Si los fabricantes quieren lanzar vehículos grandes, pesados, de alta cilindrada o todo junto tendrán que compensarlo con vehículos pequeños, de bajas o nulas emisiones como el recién propuesto
SEAT el-Born Concept eléctrico. Un tira y afloja en el que los coches electrificados y sobre todo 100% eléctricos tendrán una importancia fundamental. Luca de Meo afirmó que a día de hoy hay muy pocos coches de combustión con emisiones inferiores a 80 g de CO₂/km.
Esta afirmación sobre el elevado precio de los coches eléctricos en un futuro próximo es algo que hace unos meses ya anunció Hans-Dieter Poetsch, presidente de la junta supervisora de Volkswagen, contradiciendo al CEO de Volkswagen Herbert Diess quien afirmó que en 2020 tendrán coches eléctricos al nivel de Tesla pero por la mitad de precio.
Las nuevas tecnologías de movilidad eléctrica pese a que poco a poco se van amortizando, el constante esfuerzo de investigación, desarrollo y fabricación tiene un efecto arrastre que impide que el precio de los coches eléctricos pueda bajar al menos a medio plazo.
Así, desde la industria periódicamente nos mandan mensajes de este tipo, de un futuro en el que los coches sí o sí van a ser más caros tratando de proteger su imagen y un modelo de negocio en el que se han visto forzados a una electrificación no deseada, o al menos no deseada de momento, pero la Unión Europea ganó el pulso a la industria.
La cuestión de las homologaciones
Al igual que los fabricantes han aprovechado los resquicios en el etiquetado medioambiental para aprovechar, al menos en España, comercializando coches microhíbridos con etiqueta ECO aunque sean coches de alta cilindrada y con niveles de emisiones altos, las normativas anticontaminación también tienen algunas fisuras en lo referente a las medidas de emisiones.
Hasta hace poco con la normativa NEDC la homologación se hacía con una sola variante por toda la gama, así que los fabricantes homologaban los consumos y emisiones de la versión más favorable. De ahí se explican aquellas versiones de equipamiento pelado con pequeñas llantas de chapa que no se veían en los concesionarios y que nadie se compraba.
La normativa WLTP se ha dado un paso al frente estableciendo que para cada modelo de coche se tienen que homologar los consumos de todas las versiones: diferentes motorizaciones, diferentes tipos de cambio, medidas de llantas distintas... A partir de las medidas de consumo se extrapolan las emisiones a través de una tabla de equivalencias.
El paso definitivo se dará con la normativa Real Driving Emissions (RDE), esa que mide de forma fehaciente y en una conducción convencional cuánto emite un coche, cuya aplicación está prevista para este año, pero sólo para algunos coches nuevos y dentro de unos márgenes bastante permisivos. Su aplicación se hará de manera progresiva.
A día de hoy los vehículos eléctricos no tienen un efecto directo en una reducción en la media de emisiones debido al escaso porcentaje de ventas que suponen (en la Unión Europea las emisiones se cruzan con los datos de ventas), pero sí son una forma de allanar el camino y prepararse para el futuro.
Además, para compensar el desequilibrio en las ventas e incentivar a la comercialización efectiva de coches de bajas emisiones la Unión Europea permite contabilizar multiplicando cada vehículo de menos de 50 g de CO₂/km por kilómetro vendido por 2 en 2020, 1,67 en 2021 y 1,33 en 2022.
En definitiva, la expansión de las variantes electrificadas en las gamas será vital para los fabricantes de coches, pero a cambio de un incremento de costes que, como siempre, acabará repercutiéndose en el cliente final.