Carlos Tavares era "radical" e "insostenible". Cómo Stellantis pasó de respaldar a su CEO en octubre a despedirle un mes más tarde

Carlos Tavares era "radical" e "insostenible". Cómo Stellantis pasó de respaldar a su CEO en octubre a despedirle un mes más tarde
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Salvar su reputación por encima del interés y necesidades de la compañía: ya se empiezan a señalar motivos de la "dimisión" de Carlos Tavares. Su estrategia en los últimos meses se ha focalizado en ello a base de objetivos "poco realistas o destructivos" y cortoplacistas.

El ahora ex CEO de Stellantis estaba en guerra con prácticamente todo el ecosistema de la firma: proveedores, distribuidores, sindicatos, incluso gobiernos. Eso le ha llevado al enfrentamiento con el propio Consejo de Administración y ha supuesto su adiós pese a que en octubre se le ratificó hasta 2026.

"No puedes hacerte enemigo de todo el mundo"

Carlos Tavares en realidad no ha dimitido: la junta directiva ha rescindido su contrato. Tavares aceptó "dimitir" a condición de que se recordarán sus logros. Es buen ejemplo de que el directivo portugués ha antepuesto su reputación a lo que necesita la compañía. También de las profundas discrepancias con el Consejo de Administración.

Oficialmente, el hermetismo sobre la marcha de Tavares desde Stellantis ha sido notable. En el comunicado meramente se señalaron "diferencias", pero fuentes internas han empezado destapar cuáles han sido. En parte, se intuían.

Carlos Tavares

Según publica Reuters, Tavares ha dejado de tener el apoyo de la directiva de Stallantis en las últimas semanas por sus últimas decisiones y movimientos cortoplacistas, que han supuesto una escalada de tensiones y malestar dentro de la propia Stellantis. "Algo se rompió en noviembre. No puedes hacerte enemigo de todo el mundo". La relación con la junta ha pasado a ser "totalmente insostenible".

Precios fuera de mercado y draconiana reducción de gastos. Las mayores discrepancias entre la junta y Carlos Tavares, se ha señala, han estado centradas en sus draconianos objetivos de ventas, señalados como "irracionales" y "radicales" y su agresiva reducción de costes, que lo ha enfrentado con importantes actores para las marcas de coches de Stellantis.

Por ejemplo, al no alinearse con las marcas europeas que están presionando a Europa para que retrase los límites de emisiones. Lo que a las postre suponía alcanzar una cuota de eléctricos irreal en un mercado de cero emisiones muy mermado y con las firmas tradicionales teniendo que hacer frente a la feroz competencia de los eléctricos que llegan desde China. "Los objetivos son inviables", señalaron los concesionarios en octubre.

Fábrica de Stellantis

Además, los distribuidores de las firmas de Stellantis consideran que ha fijado precios que la han dejado fuera del mercado tanto en Estados Unidos como en Europa en su obsesión por obtener más beneficios. Lo que a su vez ha provocado la bajada de ventas, el aumento del stock y tensiones con las cadenas de suministros en opinión de las fuentes consultadas. "Se han centrado en los márgenes y los dividendos y han olvidado del mercado a pesar de las marcas emblemáticas que hay bajo su paraguas", comentan comentan desde los sindicatos.

Por otro lado, Tavares seguía empeñado en reducir drásticamente los costes, cuando en Europa ya habían sido "reducidos hasta los huesos". Y eso ha derivado en el maltrato sistemático de proveedores, distribuidores, sindicatos. Tavares ha llegado a señalar que los proveedores eran prescindibles. "No se puede simplemente decir 'estás fuera' a los proveedores que llevan mucho tiempo en el mercado. Eso pone en riesgo su propia capacidad de producir automóviles".

También están las continuas tensiones con gobiernos. Sirve de ejemplo su tira y afloja con Italia, con amenazas continuas de cerrar fábricas por no ser rentables siendo un importante aporte a la industria transalpina. Desde septiembre su opción ha sido detener la producción de modelos como el Fiat 500e o el Fiat Panda, que es clave en el mercado italiano. Eso ha afectado a más de 10.000 trabajadores. Italia ha respondido retirando una anunciada inversión millonaria al sector, lo que afecta directamente a las factorías de Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Abarth o Maserati.

Concesionario Citroën

La reducción de gastos ha sido tan extrema como para hasta no comprar una máquina de café en un encuentro en una de sus fábricas en Reino Unido, trasladando una de otra planta. También se ha llegado a no pagar a un proveedor porque la persona encargada de dicho pago estaba de baja por maternidad. Baja que no se cubrió. Son ejemplos de hasta qué punto Tavares  ha llevado su estrategia al extremo.

En el menú, medidas impopulares continuas: por ejemplo amenazar con cerrar marcas de Stellantis que no fueran rentables, lo que supondría la desaparición de no pocos trabajadores, directivos y resto de actores.

Un cese con demasiados frentes abiertos. Todo esto, sumado a que las medidas no han dado frutos con los resultados nefastos de este 2024, señalarían las causas de su cese. Las acciones de Stellantis han perdido más de un 40 % de su valor este 2024 y se han reajustado los objetivos, lo que se mantendrán según la directiva de Stellantis. Se venía de firmar récord de beneficios desde su llegada al frente de la compañía en 2021.

Ante semejante panorama la tarea del sucesor de Tavares, será titánica: tendrá que estabilizar una compañía con demasiadas marcas, dar salida a enormes cantidades de stock y estabilizarse en un mercado muy tocado por la amenaza china.

También está sobre la mesa cuanto costará a Stellantis el despido de Tavares.   El salario de más de 35 millones de euros estaba en gran parte condicionado al rendimiento económico, se señala. Su indemnización se dará a conocer en el informe anual del presente ejercicio el año que viene. Desde la compañía aseguran que las cifras que se están señalando son "altamente inexactas y están muy lejos de la realidad".

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