Volkswagen ya ha dicho que en 2030 va a abandonar las cajas de cambio manuales al son de la electrificación. También BMW, incluso en sus versiones deportivas M. Pero, a pesar de esta tendencia, los cambios manuales no están del todo muertos. Es más, sus ventas han crecido donde nunca pensaríamos que lo harían.
En EE.UU los coches con caja manual llevan tres años creciendo: sus ventas han aumentado y las previsiones es que lo sigan haciendo. Hay bastante romanticismo en esta tendencia, similar al resurgir de los discos de vinilo, que sobreviven como objeto de culto al adiós del formato físico con la llegada de la música en streaming.
Un renacer inesperado
La mayoría de los coches que se siguen vendiendo en Norteamérica son automáticos: más del 96 % de los comercializados en año pasado lo llevaban. Pero hay un dato muy relevante: el 1,7 % de los matriculados en América del Norte en 2023 llevaban caja manual. Lo es porque están creciendo: en 2021 representaron el 0,9 % y en 2022 el 1,2 %. Se estima que este 2024 seguirán creciendo y rondarán el 2 %.
Esto en un mercado donde el cambio manual lleva décadas siendo muy muy marginal, a diferencia de Europa donde esta tendencia se ha instaurado en los últimos años de la mano de híbridos y eléctricos. Es más, hay coches que sólo se venden en EE.UU con cambio manual, como el nuevo Honda Civic. Mientras, aquí en España la caja manual la encontramos sólo en el Type R, el único térmico puro de la gama ya que este compacto ha pasado a ser híbrido.
No pocas marcas están recuperado el cambio manual al otro lado del charco en modelos deportivos y coupés: Ford Mustang GT, Subaru Impreza WRX, Toyota GR86, los Hyundai N... También en marcas de altos vuelos. Por ejemplo BMW, pese a su órdago contra las manuales, ha visto como la mitad de los BMW M2 comercializados en Norteamérica el año pasado montaban este cambio. Y cerca de un 40 % de los modelos Porsche, incluyendo el 911, hacían lo propio.
Placer por conducir y rentabilidad. Las razones de este inesperado renacer del cambio manual son varias. Primero el público que los demanda: en su mayoría conductores menores de 30 años y con gusto por la conducción pura.
No en vano, los coches que llevan este tipo de cambio son compactos y versiones deportivas o bien coupés. Se señala que incluso tener cambio manual se ha convertido en motivo de orgullo entre los más petrolhead.
Aunque también la pandemia puso su grano de arena en este cambio de rumbo: la crisis de microchips llevó a los fabricantes a optar por los cambios manuales, mecánicos, ya que los automáticos exigían una unidad de control que suponía tener parada la producción.
Algo similar a lo que ocurrió por ejemplo con las instrumentaciones digitales o los navegadores, que dejaron de estar disponibles un tiempo con la escasez de semiconductores. Que las transmisiones manuales sean más baratas y por tanto más rentables, también ayudó.
Asociadas a coches deportivos y pasionales, las cajas manuales también predominan en nuestro mercado en este tipo de modelos, aunque son de claro nicho. Por ejemplo de los casi 550 modelos del Hyundai i20N que se vendieron el año pasado, más de la mitad fueron con cambio manual.
Sea como fuere, este cambio de tendencia retrasa el adiós a las cajas manuales, que no sólo siguen encontrado su hueco sino que gana adeptos año a año en un mercado donde lo daban por muerto años atrás.