En 1999 se formó la Alianza Renault-Nissan, al comprar la francesa una parte muy importante de las acciones de la japonesa (alrededor de un 44,4%). Desde entonces se comparten ya ciertos recursos, componentes y tecnologías para ser más eficientes, aun manteniéndose ambas marcas como independientes.
Ahora, quince años después, Renault quiere que haya todavía más convergencia entre las dos marcas para ahorrar más costes. Con el plan que se ha anunciado hoy se espera alcanzar los 4.300 millones de euros sinergias para el año 2016 (de costes compartidos, para que nos entendamos, y así ahorrar costes en total).
La mayor convergencia no se reduce solo a compartir algún motor o caja de cambios, no, pretende serlo a nivel global dentro de la gestión de ambas marcas. Para ello se gestionarán conjuntamente cuatro líneas:
- Ingeniería: investigación y desarrollo, motores, cajas de cambios, trenes de rodaje, trenes de rodaje eléctricos, plataformas, instalaciones de prueba, etc.
- Producción y cadena de suministros: compartir componentes, procesos y también factorías; la gestión y planificación serán globales.
- Compras: la gestión conjunta de proveedores para conseguir mejores precios de componentes y materias primas ya se venía haciendo en los últimos diez años, ahora se pondrá aún más énfasis.
- Recursos humanos: la gestión del personal, trabajadores, ingenieros y talento será también conjunta, casi como si de la misma marca se tratara.
Al gestionar en conjunto todos estos aspectos la Alianza Renault-Nissan espera poder ser más eficiente, reducir costes, y lograr economías de escala más competitivas, con costes de fabricación y venta de automóviles también más competitivos.
Y es que hay mucha competencia, y las ventas no van igual de bien en todos los mercados (particularmente Europa). Nissan se recuperó de una grave crisis con la Alianza, ahora hay que hacerla aún más fuerte para capear el temporal.
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